En Wall Street afirman que acordar con el FMI no cambiará el escepticismo sobre el rumbo del Gobierno

Ejecutivos de bancos de Nueva York expresaron a Infobae que el anuncio de un preacuerdo fortalecerá un rally de corto plazo, pero no prevén una mejora sustancial en el humor del mercado ante la ausencia de planes para eliminar los desequilibrios actuales

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Jorge Piedrahita
Jorge Piedrahita

Wall Street ya no cree en milagros. Ejecutivos y analistas de bancos de inversión afirman que si la Argentina logra un preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), podrá gozar de un rebote de corto plazo en el precio de los activos locales, aunque sin torcer el fuerte escepticismo previo por la falta de reformas importantes.

Meses después de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, viajara a Nueva York para examinar el ánimo del mercado, el mensaje no ha variado demasiado: los inversores quieren ver la implementación del acuerdo antes de entusiasmarse, aunque por supuesto que no perderán la oportunidad del rally que se genere de la mano de un anuncio en los próximos días.

En diálogo con Infobae, los expertos de Nueva York indicaron que el preacuerdo le dará más oxígeno a un Gobierno muy complicado por la falta de reservas internacionales, una inflación superior al 50% y un crecimiento que promete ser bastante anémico en 2022 luego del rebote fuerte del 2021.

¿Tiene fundamentos este escepticismo? La prueba para Wall Street es que, luego del canje 2020 con los bonistas, el Gobierno no avanzó en la resolución de los desequilibrios macroeconómicos, aumentó las trabas al movimiento de capitales y perdió capital político, con sus rivales internos y la oposición, para impulsar cambios que mejoren el humor de los inversores extranjeros.

Diego Ferro, fundador de M2M Capital, sostuvo que la concreción del acuerdo técnico “evidentemente le dará un poco de oxígeno al Gobierno, pero en el fondo no cambia la tendencia ya que el oxígeno se usa para seguir haciendo las cosas mal”.

Evidentemente el anuncio de un acuerdo le dará un poco de oxígeno al Gobierno, pero en el fondo no cambia la tendencia ya que el oxígeno se usa para seguir haciendo las cosas mal (Diego Ferro, M2M Capital)

De todos modos, Ferro aclaró que “obviamente los precios de los activos puede ser que reaccionen un poco, pero al no cambiar nada, subirán un poco y se quedarán ahí porque si bien se eliminó un riesgo, pensar que van a subir mucho” no parece un escenario probable.

Por su parte, Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital Partners, dijo que “el primer efecto es de alivio en el sentido que el país no se convirtió en un paria completo”.

“El segundo efecto será acotado, porque no es un un botón mágico que dicta el regreso de la confianza económica”, aclaró.

“Martin Guzmán, Alberto Fernández y la aprobación del Congreso -cualquiera que sea la forma que tome- pretenderán mostrar que el país cumplirá con los objetivos y medidas acordadas. Y el FMI pretenderá creerle a Argentina”, indicó.

Diego Ferro
Diego Ferro

Sin embargo, “cada tres meses nos tomarán examen; seguramente nos reprobarán en más de una oportunidad (más probable en el 2023 que es un año electoral) y pediremos perdón (waiver) para acercarnos a un nuevo ciclo político a finales del 2023″.

“En esos momentos se espera que tengamos nuevo gobierno más funcional pero también más lógico en sus ideologías y políticas económicas”, expresó.

En los bonos, Piedrahita pronosticó que “los spreads se comprimirán -pero no mucho-, la bolsa tendrá una suba moderada a lo largo de unos días y luego regresaremos al sube y baja de la política local”.

Los spreads se comprimirán -pero no mucho-, la bolsa tendrá una suba moderada a lo largo de unos días y luego regresaremos al sube y baja de la política local (Jorge Piedrahita, Gear Capital Partners)

En materia cambiaria, “la demanda por dólares seguirá siendo sostenida aun con el acuerdo. Sin el acuerdo será simplemente imparable”.

“Por el lado de la oferta tenés un buen comportamiento de las exportaciones y el ingreso de dólares sube a $7 u $8 mil millones en Mayo, Junio y Julio”, recordó.

Por el lado de la demanda de dólares y más allá de la demanda de importación, “continuara la fuga de capitales por la falta de confianza de los agentes económicos”.

En materia inflacionaria, posiblemente se ubique “más arriba del 50% en el 2022 por el nivel de monetización del déficit”.

“En el 2023 con las elecciones cumplir el acuerdo con el Fondo pasara a un segundo plano”, admitió el experto. “Todo esto no lleva a lo obvio que es que nadie ahorra en pesos, ni quiere pesos más allá de las necesidades transaccionales a las cuales todos debemos atender”, sentenció.

En tanto, el jefe de analistas de XP Securities, Alberto Bernal, dijo que llegar a un acuerdo será “una buena noticia, pero esto ya es como la historia del lobo y el pastorcito: en este momento nadie va a comprar la firma; van a querer ver el delivery”.

Un acuerdo será una buena noticia, pero esto ya es como la historia del lobo y el pastorcito: en este momento nadie va a comprar la firma; van a querer ver el delivery (Alberto Bernal, XP Securities)

De inmediato, como la mayoría, aclaró que “es inmensamente mejor tener un acuerdo a no tener un acuerdo, porque ayudará al mercado de equities, y debe disminuir la presión cambiaria. Pero no implica que ahora el mercado se va a entusiasmar en forma impresionante”.

“El mercado va a decir ‘buena noticia, one less thing, pero ver para creer’”, dijo Bernal.

Daniel Kerner
Daniel Kerner

Daniel Kerner, jefe de analistas de Eurasia para América latina, afirmó que “Alberto Fernández quiere un acuerdo, está muy comprometido, y evidentemente está dispuesto a aceptar condicionalidades que no son fáciles de cumplir. Más allá de que lo vendan como light, los ajustes fiscales y monetarios no son triviales”.

“El FMI parece estar en una posición parecida. Prefieren pasare el problema para adelante. Pero eso es si tienen que tener un plan que al menos en papel sea consistente. El marco que presentaron es, más o menos. Pero imagino van a necesitar que este claro cómo se va a llegar a las metas”.

De todos modos, Kerner afirmó que hay varios problemas: “Veo un riesgo de que el programa no sea del todo consistente; claramente no se va a cumplir; y deja todo para el próximo gobierno”

“Pero ahora me parece que el FMI y Estados Unidos están cómodos con estos riesgo y necesitan que el plan sea claro y consistente. Y que se apruebe en Argentina, algo que creo va a pasar”, indicó Kerner.

Por su parte, el asesor financiero a cargo de Lanin Financial Advisors, Marcelo Blanco, dijo que un anuncio será “positivo sin duda porque despeja el problema de lo pago en el corto y mediano plazo, fortalece a reservas del Central; y envía señal al mercado de un compromiso a disciplina fiscal que si bien es ‘light’, es un sendero que estamos obligados a seguir. No importa que sea por necesidad en vez de convicción”.

Marcelo Blanco
Marcelo Blanco

En off the record, el jefe de analistas de otro importante banco extranjero sostuvo que “es positivo que apunten a reducir el déficit y su monetización; el financiamiento del déficit sigue siendo desafiante por el mercado doméstico no da para tanto. Tampoco podés dar por seguro que con estos enunciados se produzca una baja significativa de la brecha, o que aumente la demanda de pesos”. “Ahí ya entras en los detalles: ¿cuán significativa en términos de ahorro es la estrategia para reducir subsidios con reacomodamiento tarifario segmentado?”

“Y, si conseguís financiamiento domésticos porque favoreces que los bancos pasen de riesgo Banco Central al Tesoro (de pases/ leliqs a bonos), ¿cómo esterilizas eso? podes terminar expandiendo la cantidad de dinero (aunque cumplas la meta de financiamiento vía del Banco Central)”.

Los ejecutivos más escépticos creen que el acuerdo será muy frágil, pero evitará caer en un escenario de descontrol inflacionario

De todos modos, aclaró que “por suerte hay viento de cola para no atrasar el tipo de cambio sin necesidad de devaluar al ritmo de la inflación. Eso por los altos precios de soja, la inflación afuera y la apreciación del real”.

“Lamentablemente es todo muy frágil. No hay reservas y cualquier shock negativo o incertidumbre te puede afectar la brecha. Si eso pasa y la inflación sube (lo que no es difícil y aparte tenemos un piso de expectativas de 50%), se va a complicar acelerar el crawling peg sin que pegue de nuevo en la inflación. Si todo sale más o menos bien, será un año de no crecimiento (pero positivo en promedio) y de alta inflación”, admitió.

De todos modos, sugirió que “el acuerdo en sí mismo no es ‘la solución’; se requiere de muchas más cosas; el mercado lo va a tomar bien y va a haber una mejora de los precios de los activos financieros. Si a eso le sumas expectativas políticas de cambio puede ser una buena combinación”.

“En cualquier caso, no creo cambie mucho. Si no se cumple realmente, el entorno macro no va a mejorar, los inversores van a seguir sin interés”, concluyó.

Uno de sus pares en Wall Street fue más crudo en su diagnóstico: “El acuerdo con el FMI es solamente una forma de continuar así sin caer en Sudán. No es un verdadero acuerdo. Es una salvación para el FMI, para no tener un default de un acuerdo grande que fracasó. Y para el Gobierno es la forma de seguir pateando las cosas para adelante, con un costo social brutal por la inflación”.

“Pero es un país que no se decide cómo financiar un gobierno demasiado grande, y mientras, más inflación. No hay nada ni habrá nada en estos acuerdos que se acerquen ni por las tapas a una solución o a mejorar nada, hasta que no se achique el Gobierno mucho, no solo el déficit. El tema no es el déficit, sino el tamaño del gobierno. Si lograses subir impuestos para no tener déficit, igual no crecerías nada”, afirmó, categórico, mientras observaba en sus pantallas las interesantes oportunidades de inversión que brindan otros países emergentes.

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