En medio de la negociación con Argentina, la jefa del FMI recomendó controlar la inflación con suba de tasas y menor déficit fiscal

Kristalina Georgieva admitió que se desaceleró el crecimiento y que los países enfrentan un creciente problema por la suba de precios; cuál es el ranking de tasas de interés entre los países del G20

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El presidente Alberto Fernández, el ministro Martín Guzmán y la jefa del FMI, Kristalina Georgieva (Reuters)
El presidente Alberto Fernández, el ministro Martín Guzmán y la jefa del FMI, Kristalina Georgieva (Reuters)

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó hoy que los países emergentes como la Argentina deberán endurecer su política monetaria y fiscal en medio del crecimiento global de la inflación, una decisión que choca contra las aspiraciones de un mayor crecimiento.

En medio de la negociación para lograr un nuevo programa financiero con la Argentina, Georgieva admitió en un artículo publicado hoy que el crecimiento mundial se ha desacelerado en los últimos meses por la persistencia de Ómicron y señaló qué caminos deberían tomarse para enfrentar los problemas macroeconómicos en 2022.

En este sentido, un gráfico del blog publicado refleja la política monetaria de los países del G20 y ubica las tasas de interés de la Argentina como las segundas más bajas en términos reales entre estas naciones, luego de Turquía.

“Algunas economías emergentes y en desarrollo ya se han visto obligadas a combatir la inflación subiendo las tasas de interés” (Georgieva)

“Aunque existe una gran diferenciación entre las economías y una elevada incertidumbre de cara al futuro, las presiones inflacionarias han ido aumentando en muchos países, lo que exige una retirada de los estímulos monetarios cuando sea necesario”, señaló Georgieva, en referencia a Estados Unidos y Gran Bretaña, “donde los mercados laborales están tensos y las expectativas de inflación están aumentando”.

Además, sostuvo que “algunas economías emergentes y en desarrollo ya se han visto obligadas a combatir la inflación subiendo las tasas de interés. Y el giro de la política en las economías avanzadas puede requerir un endurecimiento adicional en un mayor número de países. Esto agudizaría la ya difícil disyuntiva a la que se enfrentan los países a la hora de controlar la inflación al tiempo que apoyan el crecimiento y el empleo”, señaló Georgieva.

Las tasas de interés en el G20 (fuente: FMI)
Las tasas de interés en el G20 (fuente: FMI)

“Hasta ahora, las condiciones financieras mundiales se han mantenido relativamente favorables, en parte debido a los tipos de interés reales negativos en la mayoría de los países del G20. Pero si estas condiciones financieras se endurecen repentinamente, los países emergentes y en vías de desarrollo deben estar preparados para posibles reversiones de los flujos de capital”.

Justamente, el Gobierno aceptó en el entendimiento preliminar con el FMI que debe reducir el financiamiento monetario al Tesoro y subir las tasas de interés del Banco Central a niveles positivos en términos reales. La duda es qué pasará con este giro en términos de suba de precios y nivel de actividad.

Según los economistas consultados por Infobae, no será sencillo para el Gobierno colocar la tasa en un terreno positivo y, si lo hace, debería acompañarlo con otras medidas para no generar daños colaterales en materia financiera para el Estado.

Con la inflación no va a pasar mucho por estas tasas más altas porque nuestro sistema financiero es tan chico que la tasa más alta no enfría la economía cómo en EEUU, Gran Bretaña, Brasil o Chile; lo que sí hace es dar un incentivo adicional a no dolarizarte (Borenstein)

En este sentido, el director de Econviews, Andrés Borenstein, señaló que “cuando subieron en enero no tocaron la tasa de pases, la overnight, que es la que se utiliza en todo el mundo; no cambió ni la tasa interbancaria ni los adelantos a empresas de primera línea, ni las cuentas remuneradas. En cierta medida de enero no sirvió de mucho. Yo esperaría a ver qué pasa con la tasa de pases pasivos a un día, que hoy están 32 por ciento”.

“Con la inflación no va a pasar mucho por estas tasas porque nuestro sistema financiero es tan chico que la tasa más alta no enfría la economía cómo en Estados Unidos, Gran Bretaña o inclusive en Brasil o Chile; lo que sí hace es dar un incentivo adicional a no dolarizarte, un incentivo al exportador a que liquide más rápido, porque se accede a una rentabilidad en pesos más alta”, explicó Borenstein.

Andrés Borenstein
Andrés Borenstein

Además, “puede ayudar con la brecha otro poco siendo que no sea alguna persona que iba el blue o al CCL ahora a lo mejor se queda en pesos, pero no me imagino que la gente se vuelque masivamente al peso”.

“Si esto te ayuda a que no devalúen tanto puede tener un efecto bueno en la inflación; por otra parte, la frazada corta te va a obligar a emitir más pesos para cubrir los intereses del cuasi fiscal”, aclaró.

De todos modos, destacó que “esta economía no tiene futuro si no baja la brecha cambiaria del 100%; tenés que apuntar a ir de acá a un año al 50% y luego que desaparezca o quede en un 30%, porque si no no vas a tener nunca ingreso de capitales es serio ni la inversión en gran escala”.

En tanto, Sebastián Menescaldi, director de Eco GO, sostuvo que “a nivel global la política monetaria sigue siendo bastante laxa para sostener el nivel de actividad y la recuperación pos pandemia”.

Entre los emergentes, se observa que “Brasil ha subido fuertemente la tasa para combatir la inflación a lo largo del último semestre y así se contrapone a la Argentina, donde la política monetaria no busca tanto sostener la actividad, sino que refleja que el país se financia con emisión monetaria que después se va a las Leliqs y las quiere licuar para pagar un costo menor”

Si la tasa es positiva como parte de una corrección más amplia y profunda del esquema de política económica, entonces tiene más sentido. Pero eso hoy parece poco probable (Caamaño)

“Creo que, aunque el FMI está pidiendo tasas positivas, no lo van a poder lograr, aunque quedarán en una zona más neutral”, aclaró Menescaldi.

Por su parte, Gabriel Caamaño de Ecoledesma dijo que “esta una discusión más larga sobre qué es lo que busca el acuerdo con el FMI: si va ser tasa positiva en soledad o si habrá tasa positiva como parte de todo un esfuerzo de corrección del esquema de política económica local para estabilizar la economía”.

“Si es la tasa positiva en soledad, eso quiere decir que el acuerdo solo es para ganar tiempo (evitar entrar en atrasos) y contener los desequilibrios, no mucho más. Eso tiene sus costos por lados de los pasivos remunerados que probablemente, si sale bien, será parte de la herencia del próximo”, aclaró.

Esta decisión “tiene un límite; no puede ser muy positiva, porque sin estabilización, el Tesoro sigue sin financiamiento genuino al nivel necesario para financiar al Tesoro. Ergo, necesita que el BCRA le siga forzando financiamiento barato a nivel local”.

En cambio, “si la tasa es positiva como parte de una corrección más amplia y profunda del esquema de política económica, entonces tiene más sentido. Pero eso hoy parece poco probable. Habrá que ver bien el acuerdo”.

“Los países que impulsaron una política monetaria contractiva gozan de estabilidad en estos momentos en sus monedas, algo que claramente no podemos decir del caso de Argentina” (Zelpo)

A su vez, Gabriel Zelpo del Grupo Cohen dijo que “los países emergentes con banco central independiente movieron muy rápido la tasa: Brasil, Chile, México, Uruguay, Paraguay y Perú, entre otros; los países desarrollados, asustados por los problemas que pudiese traer la suba de tasas en la recuperación económica, se relajaron considerablemente más apostando a que era un tema transitorio por problemas logísticos. Y obviamente estamos nosotros que no tenemos política monetaria independiente”.

“Los países que impulsaron una política monetaria contractiva gozan de estabilidad en estos momentos en sus monedas, algo que claramente no podemos decir del caso de Argentina”, sentenció Zelpo.

Menor déficit y deuda

Por otra parte, en el artículo “Three Policy Priorities for a Robust Recovery”, Georgieva dijo que “los países deben centrarse en la sostenibilidad fiscal”.

“A medida que los países salen de las garras de la pandemia, necesitan calibrar cuidadosamente sus políticas fiscales. Es fácil ver por qué: las medidas fiscales extraordinarias ayudaron a evitar otra Gran Depresión, pero también han hecho subir los niveles de deuda. En 2020, observamos el mayor aumento de la deuda en un año desde la Segunda Guerra Mundial”, advirtió.

Al respecto, agregó que los países que prestan recursos “deben prolongar los vencimientos de la deuda cuando sea posible, al tiempo que contienen una mayor acumulación de deudas en moneda extranjera”.

También, destacó el rol del tipo de cambio flexible y de la intervención cambiaria cuando las circunstancias lo permiten, como medidas para suavizar el impacto en los cambios de flujos de capitales.

“En otras palabras, tenemos que asegurarnos de que todos los países puedan moverse con seguridad a través del ciclo de endurecimiento monetario”, señaló la economista búlgara.

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