Agustín Gerez, de IEASA: “El objetivo es que el nuevo gasoducto de Vaca Muerta esté operativo para el invierno de 2023″

El presidente de la empresa estatal, la ex Enarsa, dio detalles sobre los plazos para el Gasoducto Néstor Kirchner y el ahorro de divisas proyectado a partir de su puesta en marcha

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Agustín Gerez, presidente de Ieasa
Agustín Gerez, presidente de Ieasa

Esta semana, el Gobierno dio un paso clave para la construcción del nuevo Gasoducto Néstor Kirchner. A través de un DNU se habilitó a la empresa estatal Integración Energética Argentina (Ieasa, la ex Enarsa) a operar y a constituir un fideicomiso para la ejecución de la primera etapa de la obra, que tiene una inversión prevista de USD 2.000 millones.

El Gasoducto Néstor Kirchner prevé una inversión total de más de USD 3.400 millones, que serán desembolsados en dos etapas y unirá Vaca Muerta con el Paraná. Agustín Gerez, presidente de Ieasa dio detalles sobre los plazos para la obra y el ahorro de divisas proyectado a partir de su puesta en marcha.

— ¿Cuáles son los plazos para la licitación y el comienzo de las obras del gasoducto?

— Durante febrero se va a realizar la licitación para el abastecimiento de caños y los estudios de impacto ambiental, como una primera etapa. En marzo y abril se iniciarán los procesos licitatarios para la obra en sí de construcción del gasoducto.

— ¿Y eso cuándo permitiría comenzar las obras?

— Va a depender del abastecimiento de caños. El cronograma que nos hemos propuesto es muy exigente y tenemos previsto que para el mes de agosto o septiembre podamos iniciar los trabajo en las diferentes provincias.

— ¿Cuánto tiempo hace que no se encaraba una obra de este tipo en transporte de gas?

Con este proyecto el Estado busca retomar la iniciativa en desarrollo de infraestructura energética como sucedió entre 2003 y 2015 donde se construyeron más de 5.000 kilómetros de líneas de alta tensión para transporte de energía eléctrica y se ampliaron las redes de transporte de gas más de 3.000 kilómetros. Luego, hubo un bache entre 2015 y 2019 y esta obra retoma aquellos principios y esos valores que tenía el Estado de ser un actor activo en el desarrollo de insfraestructura energética que es importantísimo para el desarrollo de la Argentina.

Gasoducto Néstor Kirchner
Gasoducto Néstor Kirchner

— ¿Cuáles son las perspectivas de importación de gas para este invierno y cómo puede mejorar esa situación la obra del gasoducto?

— Uno de los grandes efectos que va a tener esta obra, cuando se finalice, es que reduce el costo de abastecimiento de la demanda nacional, con un efecto claro de sustitución de importaciones que va a repercutir favorablemente tanto en la balanza comercial como en los subsidios energéticos. En un análisis muy preliminar va a generar ahorros por mas de USD 1.500 millones anuales y vamos a cubrir esa demanda con trabajo argentino en las provincias gasíferas, más desarrollo de nuestro polo metalúrgico-siderúrgico y los vinculados al desarrollo de los yacimientos de gas. El efecto que va a tener este proyecto es positivo desde donde se lo mire.

— ¿El gasoducto también permitirá exportar a países vecinos?

En una primera etapa está previsto que el gasoducto sustituya las importaciones para poder abastecer al mercado local y, por otro lado, va a viabilizar la exportación al Norte y Centro de Chile y a Brasil en una segunda etapa. Y eventualmente al mercado internacional de GNL a localizarse en Bahía Blanca. Uno de los beneficios operativos es la liberación de capacidad de transporte en los gasoductos ya existentes y potencia los nuevos proyectos y los nuevos desarrollos hacia el mercado de exportaciones y los consumos de gas en los polos petroquímicos de Bahía Blanca, un sector de altísimo valor agregado.

— El invierno pasado los gasoductos estuvieron a tope sin capacidad disponible, ¿cuándo se podrá ver el efecto de las obras?

— No hubo capacidad ociosa en los gasoductos. Los productores por más que quisieran haber inyectado gas en las redes de transporte no hubieran podido porque ya no había capacidad disponible. De manera que le generaba una restricción de inversiones al sector privado. El efecto sobre el sector privado es la mejora en la valuación de las propias empresas que trabajan principalmente en Vaca Muerta porque uno puede tener mucho gas pero si no puede extraerlo y transportarlo para llevarlo a los centros de consumo ese gas vale cero. El efecto va a depende del éxito de la licitación de abastecimiento de caños. Nuestro objetivo es tener el gasoducto operativo para el inverno de 2023.

La Argentina cuenta con las
La Argentina cuenta con las segundas reservas de gas no convencional a nivel global

— ¿Qué estimaciones de importaciones de gas tienen para este invierno?

— Con el cierre del valor de GNL de ayer estamos calculando que este año vamos a estar gastando USD 3.500 millones en importaciones de GNL. Y de Bolivia depende de la negociación a la cual arribemos con los colegas de YPFB. Bolivia está en un proceso de declinación de la producción por el cual entrega los volúmenes que tiene disponible. Nuestra voluntad es requerirle más pero las restricciones de su producción hacen que los volúmenes que nos están entregando sean inferiores a los del año pasado. Por eso es importante este proyecto que trae soberanía energética.

— ¿Cuánto menos está entregando Bolivia respecto a lo pactado?

— En términos, de volúmenes está entregando un 25% o un 30% menos en esta época del año pasado. Para el inverno estamos ahora en un proceso de negociación que culmina el 31 de marzo.

— ¿Va a haber inversión privada o es todo aporte del Estado?

Es una inversión inicial de USD 2.000 millones íntegramente el Estado; en esta primera etapa no hay inversiones externas. Es un proyecto estratégico par el desarrollo de nuestro país. Es el gran anhelo de aquella soberanía energética de 2012.

— ¿Quién va a operar el gasoducto, una vez listo?

— Tenemos la posibilidad de operarlo nosotros o de contratar un tercero para la operación. Puede ser una de las empresas que ya están operando los gasoductos, pero es una decisión que vamos a tomar en el momento oportuno.

— ¿Qué rol puede tener la Argentina en un proceso global de transición energética?

— El gas ocupa un lugar de trascendencia hasta que lleguemos a los formatos de energía plenamente verdes. La Argentina tiene un rol central, ya que somos la segunda reserva de gas no convencional demostrado por las propias operadores de Vaca Muerta. No es potencial, es una realidad. Además de los beneficios económicos, sociales y laborales, el gasoducto va a generar ahorros en contaminación de emisiones de carbono por año año equivalente al 17% anual de lo que contamina la Ciudad de Buenos Aires. En cinco años se va a ahorrar un año de contaminación de la ciudad. La Argentina tiene un enorme potencial. Este gasoducto tiene que ver con eso porque va a permitir saldos exportables a nuestros países vecinos como Chile que tiene una política de descarbonización muy agresiva.

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