El conflicto de Rusia y Ucrania derrumbó los mercados mundiales mientras se complica el acuerdo con el FMI

El Gobierno está a punto de firmar un acuerdo que contiene la cláusula que fue fatal para Macri

La bolsa de Nueva York, atenta a Putin en Ucrania y Powell en la Fed. Comenzó el "vuelo a la calidad" REUTERS/Andrew Kelly/File Photo/File Photo/File Photo

El mundo se puso difícil para todos, pero particularmente para la Argentina que debe acordar con el FMI en las condiciones más desfavorables imaginadas. En primer lugar, porque va a encontrar las tasas más altas en el mundo y porque el FMI le aplicará la misma restricción que hizo naufragar el préstamo que le hizo a la Argentina durante la gestión de Mauricio Macri: le impedirá al gobierno utilizar el dinero nuevo para intervenir en el mercado cambiario.

Luis Caputo, presidente del Banco Central durante la presidencia de Macri, advirtió que pedir esa cifra al Fondo sin poder disponer de divisas para contener al tipo de cambio, la convertía en un préstamo sin sentido. Macri lo desoyó y Caputo le presentó la renuncia. Lo demás es historia conocida.

Lo cierto es que desde que en Europa dispusieron la evacuación del personal civil de Ucrania el viernes a la tarde, las Bolsas del mundo que venían digiriendo el futuro aumento de tasas de Estados Unidos y comenzaron la rueda en alza, se derrumbaron mientras el petróleo se encaminaba a los USD 100 dólares por barril y el oro subía más de 1%.

Seguridad por sobre riesgo

Los bonos del Tesoro norteamericano que venían en baja subieron su rendimiento por encima de 2%, porque la reserva Federal había advertido que comenzaría a vender lo que compró durante la pandemia, se convirtieron en refugio de los inversores y revirtieron el movimiento, La tasa de retorno, al subir el precio de los títulos norteamericanos, bajó a 1,95%, mientras el oro trepaba más de 1%. El vuelo a la calidad (flight to quality) comenzó a funcionar a pleno en detrimento de las acciones. Los inversores privilegiaron la seguridad sobre el riesgo.

El dólar trepó 0,50% frente a las seis principales monedas del mundo y el VIX, el índice del pánico, se acercó a los temidos 30 puntos que es lugar donde preanuncia una inestabilidad peligrosa para todos los mercados.

El EFT’s, el indicador de los bonos de los países emergentes perdió 1,5%. Los riesgos país de la región subieron todos. Brasil aumentó 18 unidades a 318 puntos básicos; Colombia subió 15 unidades a 352 puntos básicos y México 15 a 231 puntos básicos.

El mercado local

Fachada de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires REUTERS/Agustin Marcarian

La Argentina que tuvo una caída generalizada de los bonos, pero más suave porque están en uno de los pisos más bajos desde que se salió del default en agosto de 2020, subió 8 unidades a 1.786 puntos básicos.

Los AL30 (-1,30%) y los GD30 (-1,69%) que se utilizan para operar los dólares financieros, también perdieron paridad en dólares y el resultado fue que el dólar MEP cedió 90 centavos a $ 207 y el contado con liquidación, 35 centavos a $ 214. En una semana estos dólares bajaron hasta 8 pesos.

El “blue” se acopló al movimiento y se mantuvo en $ 215,50. Lo que más está brillando son los bonos que indexan por el costo de vida. Los Boncer son los más demandados porque la remarcación de precios en febrero resulta hasta absurda. La disparidad de precios que se encuentra en los negocios en pocas cuadras es una muestra de la desorientación que provoca una moneda sin valor.

Lo que suceda hoy en el conflicto de Rusia y Ucrania será clave para los mercados. La situación ha desbordado a todos los países. De hecho, en la Reserva Federal están pensando en cambiar la política de ajuste si la crisis no cede. En estas aguas está navegando la Argentina que debe firmar un convenio clave para el futuro. No acordar con el FMI será una debacle similar a las peores que conoció el país. El oficialismo no está unido y la oposición mira para otro lado. La desidia conque se maneja un tema tan vital asombra. Los bonos argentinos ya están cerca de precios de default, pero parece una notificación de la que nadie toma cuenta.

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