En paralelo a las reuniones técnicas diarias con el Fondo Monetario Internacional para terminar de afinar la letra chica del nuevo acuerdo, el ministro de Economía Martín Guzmán comenzó un rally de contactos con ministros de Economía de países miembros del directorio del organismo para buscar apoyo al entendimiento anunciado hace casi dos semanas y para asegurarse los votos que requiere el programa para su aprobación final.
El trabajo técnico entre funcionarios del Ministerio de Economía y el Banco Central con el staff del Fondo Monetario continuó apenas horas después de que en Buenos Aires y en Washington se oficializó el primer consenso sobre qué políticas clave debería tener el nuevo programa Extended Fund Facility (EFF) que refinanciará el préstamo Stand By fallido de 2018.
Guzmán comenzó un raid de contactos con ministros de Economía de países miembros del directorio del organismo para buscar apoyo al entendimiento anunciado hace casi dos semanas
El trabajo previo a ese anuncio sirvió para dar forma al croquis del nuevo programa pero todavía quedan cuestiones técnicas relevantes para definir. El resultado de esta segunda etapa de negociaciones terminará por darle formato definitivo al memorándum de entendimiento.
Además de los contactos de tipo técnico, que desde los dos lados califican como “intenso” en los últimos días, Guzmán desplegó una serie de reuniones virtuales con ministros de Economía de otros países para explicarles de forma directa el resultado de la primera etapa de negociaciones, conseguir una devolución de sus pares y perfilar el apoyo de algunos de los países que tienen peso en el directorio por fuera de Estados Unidos, China o Japón, que son los tres miembros con mayor participación accionaria.
La agenda técnica y política con los ministros del exterior es cargada y eso pone en duda la presencia de Guzmán la semana que viene en Yakarta, la capital indonesia, para la reunión de ministros de Finanzas y presidentes del Banco Central del G20, que tendrá un formato mixto virtual y presencial. Ya esta semana se bajaron del encuentro las dos principales funcionarias del FMI Kristalina Georgieva y Gita Gopinath. Dependiendo qué agenda presencial pudiera tener en Indonesia, Guzmán decidirá en las próximas horas si acudirá a la cita de ese foro de naciones.
La dimensión geopolítica del acuerdo con el FMI es un trabajo que el Gobierno encaró desde la Cancillería y también desde la embajada argentina en los Estados Unidos, a cargo de Jorge Argüello. El respaldo principal para el programa deberá llegar desde la Casa Blanca, que ocupa el sillón principal del directorio al tener el porcentaje más alto de participación accionaria y además es la única nación que tiene poder de veto sobre una resolución de ese órgano.
“La devolución de muchos países es que realmente se ha alcanzado el mejor acuerdo posible con el Fondo. Y reconocen que permite seguir la senda de la recuperación. Reconocen la gran negociación que llevo adelante el ministro logrando un buen resultado para el país dentro de lo que se podía”, dijeron fuentes oficiales.
A fines de enero el Gobierno se había puesto como meta tentativa poder cerrar la última parte de las negociaciones en cuatro semanas, lo que le daría un tiempo estimado durante todo febrero para darle forma final al memorándum de entendimiento
La agenda técnica y política con los ministros del exterior es cargada y eso pone en duda la presencia de Guzmán la semana que viene en Yakarta, la capital indonesia, para la reunión de ministros de Finanzas y presidentes del Banco Central del G20
Luego comenzarán los procesos de aprobación interno y del organismo. El oficialismo deberá sortear un contexto de tensión política considerable en el Frente de Todos, ya que el acuerdo preliminar con el Fondo expuso una nueva fractura en la coalición de Gobierno, lo que le quita respaldo político al entendimiento final. En el directorio del Fondo Monetario pesará la opinión de los Estados Unidos sobre el resultado de las conversaciones, en medio del acercamiento comercial de la Casa Rosada hacia China y Rusia.
El camino de las próximas semanas tiene algunas fechas en particular que funcionan como alerta. El 21 y 22 de marzo caerá otro vencimiento de deuda grande con el FMI por USD 2.800 millones, una suma que el Gobierno no podría afrontar independientemente de su voluntad de pago. Por ahora ni en el FMI ni en el Gobierno quieren hablar de alguna alternativa que posponga esa obligación de pago. El primer entendimiento fue alcanzado apenas horas antes de la fecha de pago. A fines de marzo, además, vencerá el “puente” de tiempo firmado con el Club de París antes de encarar una refinanciación de los USD 1.900 millones que el país le debe a ese consorcio de países acreedores.
El acuerdo con el FMI anunciado el 28 de enero formateó el “esqueleto” de medidas económicas que tomará el Gobierno por los próximos tres años, que incluyen metas de déficit, de asistencia monetaria desde el Banco Central y de acumulación de reservas, entre otros ítems clave para la macroeconomía que viene.
Hacia adelante, hay una serie de medidas que se esperan para que el Gobierno pueda empezar a perfilar el cumplimiento de las metas exigibles en las revisiones trimestrales del FMI. En primer lugar, cómo será el esquema de baja de subsidios y de aumento de tarifas. Guzmán aseguró que la intención de incrementar las boletas en un 20% no cambió tras el acuerdo y se espera una definición a ciencia cierta sobre qué alcance tendrá el sistema de segmentación y qué ahorro le habilitará al Estado en la abultada cuenta de subvenciones.
El Gobierno deberá además ajustar fuertemente la asistencia monetaria que recibe desde el BCRA. Mientras en 2021 fue equivalente a 3,7% del PBI; en 2022 se apunta a que sea del 1%, en 2023 0,6% y en 2024 que se aproxime a cero. Por el momento no hubo detalles sobre si esa reducción incluirá adelantos transitorios y giros de utilidades en conjunto o solo uno de ellos. Este cambio no implicará que deje de haber asistencia del BCRA a Economía, sino que dejará de ser “sistemática”, según se encargan de aclarar en el Gobierno.
Hay una serie de medidas que se esperan para que el Gobierno pueda empezar a perfilar el cumplimiento de las metas exigibles en las revisiones trimestrales del FMI, como la baja de subsidios y de aumento de tarifas
La cuestión de las tasas de interés también estará en la mira del Fondo Monetario. Si bien aún no se conoce si habrá algún tipo de meta a cumplir en este sentido, el Poder Ejecutivo anticipó que esa exigencia incluida en el acuerdo -esto es, que los rendimientos en pesos sean positivos en relación con la inflación- alcancen a los plazos fijos y a los bonos del Tesoro. Aún el BCRA no indicó si habrá otra suba de tasas de referencia tras el primer descongelamiento de Leliqs en enero.
Una de las metas que serán exigibles por parte del staff del FMI en las revisiones trimestrales será la de recorte del déficit fiscal, que este año debería reducirse desde el 3% del Producto con que finalizó el 2021 hasta 2,5% del PBI.
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