En los últimos días, el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, ya les venía comunicando a las empresas más grandes que el Gobierno está afrontando un cuello de botella en materia de divisas y que hasta fines de marzo o comienzos de abril, cuando comiencen ingresar los dólares de la cosecha gruesa, el escenario para pagar importaciones sería complejo. Así, a la clásica negociación de los cupos y las demoras en las autorizaciones de los permisos (SIMIs) se sumó la reducción -a dedo- de la Capacidad Económica Financiera (CEF), que dejó a muchas firmas directamente sin poder operar.
Y estas mayores restricciones no afectaron solamente a las empresas que son importadoras netas, sino que también incluyó a importantes compañías industriales, de los rubros que más crecieron en el último año y que demandan más divisas. El Gobierno se cansó de repetir que no complicaría, con el cepo, a las firmas que producen, generan empleo y exportan, pero la realidad superó el deseo y el relato, por lo que también las fábricas están sufriendo las dificultades de la falta de dólares.
“Por ahora, la situación no es generalizada, sino que afecta a los sectores más de punta, los que están haciendo un diferencial claro frente al 2020 y al 2019. Pero prometieron solución”, se ilusionan en la UIA. Su titular, Daniel Funes de Rioja, inició intensas gestiones con el BCRA con el fin de destrabar algunos de los escollos para las firmas más complicadas, muchas de las cuales tienen balanza superavitaria. Pero todavía no tuvo respuesta.
El Gobierno se cansó de repetir que no complicaría, con el cepo, a las firmas que producen, generan empleo y exportan, pero la realidad superó el deseo y el relato, por lo que también las fábricas están sufriendo las dificultades de la falta de dólares
En una de las compañías afirmaron que desde el Gobierno “están pedaleando las SIMIs y piden el diferimiento de los pagos, pero algunas operaciones no pueden hacerse si no mandás la plata”. Por ende, el objetivo por estas horas de las gestiones que se están haciendo es lograr algunos permisos puntuales, ya que el objetivo de las autoridades siempre ha sido no entorpecer el proceso productivo. “Dólares siempre hay; el tema es de dónde lo sacás”, dijo un empresario.
Tras los cambios en los CEF -algoritmo de la AFIP para controlar la capacidad financiera de las empresas para importar- en la central fabril dejaron trascender, este martes, que se realizaron gestiones y consultas ante el Ministerio de Desarrollo Productivo y la AFIP a los fines de clarificar criterios y procurar su resolución. “La AFIP confirmó que la determinación del CEF no ha tenido cambios de metodología de cálculo, sino que los nuevos montos se establecieron con la incorporación de información actualizada y que en algunos casos, el cupo disponible se vio absorbido por anteriores operaciones en el sistema de SIMIs no confirmadas ni despachadas. Por tanto, las empresas podrán tramitar reprocesos de cálculo (presentando documentación complementaria) y hubo compromiso para agilizar las gestiones y evitar que las empresas puedan enfrentar problemas productivos o de abastecimiento”, enfatizaron en la UIA.
En mayor o menor dimensión, los inconvenientes de estas restricciones ya llegaron a las industrias. Algunas firmas tienen incluso barcos con materia prima sin poder ingresar a plaza por no tener la SIMI aprobada. Y muchas son grandes exportadoras. La solución, en esos casos, es encarar una negociación con el proveedor para que acepte una dilación en los pagos, o eventualmente conseguir alguna línea de prefinanciación. La gran pregunta que se hacen todos los empresarios es por qué será diferente el panorama en abril. Si bien se espera un ingreso de dólares por la cosecha, ello podría descomprimir el escenario, pero el problema de fondo seguirá estando, advierten.
Las restricciones son mayores para las firmas importadoras netas, la gran mayoría socias de la Cámara de Importadores de la Argentina (CIRA). Y peores aún para las que ya incurrieron en la vía judicial para poder lograr la autorización de las SIMIs. Son 900 las compañías en esta situación, y en la mayoría de estos casos la reducción del CEF prácticamente las inhabilitó para operar.
En este contexto, muchas están analizando con sus abogados qué estrategia encarar. Una opción es ir a la Justicia -luego de los correspondientes pasos administrativos- de forma individual contra el CEF y otra es apelar a un recurso colectivo entre varias empresas, según explicó a Infobae el directivo de una de las compañías afectadas. Pero no hay ninguna decisión tomada.
Las empresas que puedan comprometerse a girar en abril las divisas podrían obtener mayores permisos para importar y que no se vea afectado su negocio, pero no será en todos los casos, ya que no todas las operaciones pueden hacerse sin un pago previo o a la vista (una vez despachada la mercadería pero antes de que la mercadería ingrese a plaza). El Gobierno no tiene otra alternativa -más aún hoy, que todavía no acordó con el FMI-, pero este cepo del cepo resentirá la actividad, aseguran en las industrias, lo que justamente las autoridades intentaron evitar hasta el final.
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