La llegada de la pandemia hizo que muchas personas redescubrieran y valoricen distintas áreas del hogar. Dentro de esa tendencia se expandió la construcción de casetas de madera que se instalan en el patio, parque, jardín o terraza para contar con espacio extra de guardado.
Tratándose de una iniciativa práctica y accesible que posibilita en esa superficie de madera (con todos los materiales a mano, se levanta en un día) almacenar objetos o herramientas, entre otras opciones. Las casetas admiten múltiples formas y diseños, son amigables con el medio ambiente y para quienes se animen, informan especialistas del ámbito constructivo, son ideales para encararlas en tiempo de vacaciones.
El desafío es hacer un buen plan. “Están pensadas para ser una extensión del hogar, pueden utilizarse como un almacén, una casa de herramientas, escondite, casa de té o espacio dedicado a la lectura, entrenamiento, yoga y zona de juegos infantiles. Una caseta de madera en el jardín cubre muchas funciones. Existen diferentes tipos y tamaños”, destacó Diego García Pezzano, responsable del departamento de arquitectura de la Cámara Argentina de la Madera (CADAMDA).
“Están pensadas para ser una extensión del hogar, pueden utilizarse como almacén, casa de herramientas, escondite, casa de té, yoga y zona de juegos infantiles” (García Pezzano)
Son construcciones ecológicas, económicas, rápida y sencilla de realizar y que ofrece un rendimiento de aislamiento térmico, por lo que representa un gran ahorro energético.
En nuestro país se utiliza la que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y certificados. Provee materia prima para productos de primera necesidad de la población, como viviendas, muebles, papeles, energía, químicos, reemplazando en muchos casos, el uso de productos no renovables provenientes de la minería y los combustibles fósiles. Con las nuevas tecnologías, como la nanotecnología y las biorrefinerías, se agregan un sinnúmero de otras aplicaciones.
García Pezzano amplió que las prestaciones de la madera superan incluso las de los materiales más modernos. “Por si fuera poco, las estructuras pueden durar 100 años si se realiza el mantenimiento adecuado. Para ello, se recomienda usar productos no contaminantes que se encarguen de protegerla. Con un tratamiento adecuado cada 3 o 5 años debería bastar para disfrutar la caseta de jardín durante mucho tiempo”.
Qué madera se usa
En cuanto a los tipos de madera, se privilegia el uso de pinos como el elliottis o el taeda. Lo ideal es que estos pinos estén impregnados para tener una mayor durabilidad con un mantenimiento menor que se limita a realizar un tratamiento de pintura exterior.
Los tiempos de repintado varían de acuerdo a los productos empleados. El látex o los sintéticos tienen mayor durabilidad en su exposición al sol y a lluvia pudiendo ser un tiempo razonable de repintado entre los 4 a los 6 años dependiendo el grado de exposición.
“Las terminaciones con lasures (productos realizados a base de pigmentos, que actúa como filtro solar, con propiedades hidro repelentes y que no forman películas) permiten seguir apreciando la textura de la madera, pero pueden durar un poco menos de tiempo. En el caso de los incoloros requieren repintado todos los años y los colores oscuros entre 3 a 4 años dependiendo de la orientación y grado de exposición”, precisó García Pezzano.
Tipos
Las casetas pueden estar destinadas a aumentar las superficies de guardado y otras pueden tener como destino el disfrute familiar u otros espacios recreativos.
Las de la primera categoría – espacios de guardado, anexos para herramientas, bicicletas y otros rodados, utensilios de huertas y jardines, guardamuebles, entre otros– pueden ser desde “simples armarios para colocar bajo techo o a la intemperie o casetas propiamente dichas en las cuales puede ingresar una persona. Las de tipo armario suelen tener anchos que pueden ir desde los 60 a 90 centímetros por 1.20 a 1.80 metros de ancho con alturas variables de entre los 1.5, 1.8 a 2.1 y con cubiertas a una o dos aguas. Se componen de un bastidor estructural con un entablonado machihembrado de cerramiento, del cual también se constituyen sus puertas.
“Las de mayor tamaño, si bien las podemos encontrar de varias medidas, es habitual que tengan 1.5 x 2, 1.8 x 2 o 2 x 3 metros con alturas de entre los 1.8 a 2.1 metros. Es decir, superficies que van de los 3 a los 6 m2. Es recomendable instalarlas elevadas unos 20 centímetros del terreno natural para aumentar su durabilidad”, dijo García Pezzano.
Si se piensa en construcciones destinadas al entretenimiento, ya sea de los niños o de la familia, las medidas y formas se asemejan a las anteriores, pero su altura puede ser algo más baja para darle a los niños la sensación de “casita de cuentos”.
Costos y cómo se arman
El precio para edificar estas casetas es variable en relación al tamaño y configuración, pero pueden ir dese $ 12.000 a 20.000 el m2. Se las puede conseguir pre-armadas, y como si fuera un mueble, ensamblarlas en el lugar de uso o para aquellos con cierta habilidad manual es posible construirlas uno mismo con herramientas simples.
Para su mantenimiento, los lasures se consiguen desde $ 4.600 pesos por 4 litros o de 1 litro, desde $ 1500, y los barnices salen de 4 litros desde 3.000 pesos.
Sea cual sea la forma elegida de instalar una “en nuestro hogar, las casetas de jardín son elementos decorativos muy útiles porque amplifican el espacio útil, son estéticamente agradables y se adaptan a cualquier requerimiento de cantidad de superficie, diseños, pintura, destinos y gustos”, concluyó García Pezzano.
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