Los bancos multilaterales prevén desembolsar cerca de USD 4000 millones este año a la Argentina, una suma que, a priori, parece algo lejana a las necesidades del Gobierno para consolidar su crecimiento mencionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última declaración.
Parte de los desembolsos dependerán de la firma del acuerdo con el FMI, según se desprende de la información de esas entidades.
Cabe recordar que el ministro de Economía, Martín Guzmán, había mencionado que contaría con unos USD 12.000 millones del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) este año, entre otras entidades, aunque luego tuvo que corregir esa previsión.
El Banco Mundial prevé, al menos, girarle USD 1200 millones al país este año; podrían surgir otros fondos, como ocurrió en 2021 con los USD 500 millones que se habilitaron para la compra de vacunas contra el Covid.
La entidad que preside David Malpass tiene una cartera activa de 23 proyectos de inversión con la Argentina por un total de US$7.380 millones de dólares y dos donaciones por un monto de US$10 millones de dólares. La estrategia se focaliza en apoyo a programas de salud, medio ambiente, educación, infraestructura, mercado laboral y protección social.
Desde 2019, el banco aprobó programas para mejorar la inclusión en la escuela secundaria (por USD 341 millones), apoyar la tarifa social en la provincia de Buenos Aires (USD 150 millones), apoyar la emergencia por el Covid (USD 35 millones); refuerzo a la protección de niños y jóvenes (USD 300 millones); provisión de agua y sanidad en las áreas vulnerables bonaerenses (USD 300 millones); inclusión digital e innovación en los servicios públicos (USD 80 millones); modernización de la línea ferroviaria Mitre (USD 347 millones); avances en la obra para el desarrollo del Matanza-Riachuelo (USD 265 millones); y apoyo a la cobertura universal de salud (USD 300 millones).
Por su parte, el BID prevé girarle USD 1800 millones este año a la Argentina, con USD 1500 millones para proyectos de inversión y USD 300 millones para créditos de libre disponibilidad.
Al 31 marzo de 2021, la cartera activa de operaciones con garantía soberana en Argentina era aproximadamente US$ 10,05 mil millones, conformada por 57 préstamos. La cartera activa de BID Invest, para el sector privado, constaba de 25 operaciones por un monto aproximado de US$ 591,1 millones, mientras que la cartera activa de BID Lab (para proyectos de innovación privados) incluía 18 operaciones por un valor de US$17,9 millones. El año pasado, la entidad que preside Mauricio Claver Carone preveía desembolsar USD 1438 millones sin el programa con el FMI y unos USD 1900 millones si ese acuerdo se hubiera firmado.
En el documento que explica la estrategia para el país entre 2021 y 2023, el BID enfatizó que “Argentina enfrenta el desafío de estabilizar la economía y de elevar el impacto de las políticas públicas, garantizando que el uso de los recursos públicos sea sostenible”, en sintonía con la retórica habitual del Fondo.
A su vez, la CAF -banco de desarrollo de América Latina- estima desembolsar USD 1000 millones este año, luego de haber aportado unos USD 1670 millones en 2021 al país.
En su declaración escrita del viernes, cuando se anunció el principio de acuerdo con la Argentina, el staff del Fondo indicó que “hemos acordado que el apoyo financiero adicional de los socios internacionales de Argentina ayudaría a reforzar la resistencia externa del país, y sus esfuerzos para asegurar un crecimiento más inclusivo y sostenible”.
La duda es si ese dinero alcanzará para cubrir las necesidades financieras de este año, ya que en principio Guzmán había estimado que llegaría a USD 12.000 millones, pero en diciembre admitió en el Congreso que serían USD 5000 millones para financiar la obra pública y otros gastos de capital.
Habrá que ver entonces si ahora estos bancos redoblan sus desembolsos o el ministro tiene que apelar a otras ventanas financieras para conseguir recursos; en principio los avances con el FMI permitirán la llegada de fondos de otras entidades regionales o bilaterales, por lo que el Gobierno le prenderá vela a cada dólar que llegue del exterior, más allá de los desembolsos del propio Fondo que comenzarán cuando el acuerdo finalmente se concrete.
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