Se estima que los continentes a futuro verán fuertemente reducida su superficie terrestre. Por eso expertos del ámbito de la arquitectura e ingeniería, entre otras profesiones, piensen cómo “ganarle” espacio” al agua. Así surgen propuestas de levantar viviendas sobre canales, costas de lago, ríos o lugares donde el mar es tranquilo.
En varias latitudes, por topografía y cercanía al agua, como Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Noruega o Canadá, estas edificaciones ya eran habituales. Pero la tendencia se expandió hacia nuestra región y avanzan obras en nuestro país, Uruguay, Perú, Brasil o Bolivia, por ejemplo.
Para poder terminarse con éxito y no sufrir sobresaltos las edificaciones deben levantarse, apuntan los especialistas, sobre lugares en los que un previo estudio del comportamiento de las aguas habilite la implantación.
Ese diagnóstico es fundamental, dijo a Infobae la arquitecta Myriam Heredia, para definir si son aguas tranquilas, si hay corrientes o subas de aguas considerables, Eso permite, señaló, “tener en cuenta la altura a la que debe estar elevada la vivienda si es que existe algún peligro. De esta manera, se evitan riesgos y se va por el lado previsible”.
“Antes de levantar la vivienda es vital hacer un estudio para definir si son aguas tranquilas si hay corrientes o si tienen subas considerables. Así se evitan riesgos y todo es previsible” (Heredia)
Para levantar viviendas sobre el agua deben construirse plataformas que pueden ser de hormigón liviano muy similares a las que se usan como pasarelas en los clubes o lugares náuticos, también pueden ser estructuras metálicas en cuyo interior se generan burbujas de aire por medio de barriles u otro material, incluida la fibra de vidrio reforzada (FRV) como las que se usan para los barcos. También se emplean estructuras de amarre que permitan subir y bajar la plataforma según el comportamiento de las aguas. Son particularmente útiles en lugares con subas habituales.
Los servicios son similares a los de cualquier vivienda sustentable. Inodoro seco, tanques de captación de agua de lluvia, equipos de cloración de agua, generadores eléctricos, paneles solares, entre otros elementos y accesorios vitales para la vida diaria.
Flavio Janches, profesor titular de Arquitectura y Diseño Urbano Universidad de Buenos Aires e investigador de la Universidad Tecnológica de Delft (ubicada en Países Bajos), destacó algunos aspectos. “Las casas se construyen sobre una estructura flotante y se llevan con remolque hasta la posición a emplazar. Son un concepto diferente al de las barcas adaptadas para habitarlas en forma permanente. Siempre reafirmo que se trata de un concepto de vida, no es solo una alternativa a la casa, por eso es fundamental el uso de tecnología que la haga integralmente sustentable. Se trata de construcciones en seco”.
“Siempre reafirmo que se trata de un concepto de vida, no es solo una alternativa a la casa, por eso es fundamental el uso de tecnología que la sustentable. Se tratan de construcciones en seco” (Janches)
Hay antecedentes añejos, como entre las fronteras de Bolivia y Perú sobre el lago Titicaca donde están las llamadas islas flotantes construidas sobre totora, una planta acuática abundante en el lugar. Las islas se ubican sobre una porción de la superficie del lago Titicaca, superpuestas a bloques de raíces de totora sobre las cuales se tienden capas sucesivas de totora tejida o entrelazada en esteras. Las habitan los Uros, un pueblo ancestral hoy concentrado en la meseta del Collao y en Perú en las islas flotantes ubicadas en la Bahía de Puno.
Otro ejemplo de vida flotante es la ciudad italiana de Venecia, fundada en el año 421 y trazada sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas, casi todas unidas entre sí por 455 puentes. Venecia abarca seis distritos donde vive la mayoría de la población: 60.000 habitantes en el centro insular y 200.000 en tierra firme.
En nuestro país y hasta ciudades futuristas en el mundo
También hay pasos legales a tener en cuenta, como definir en primera instancia dónde se instalará la vivienda y dónde se amarrará en caso que así lo requiera. “Esto no es un detalle menor, por un tema legal y según el municipio deben realizarse las tramitaciones correspondientes”, aclaró Heredia.
En lugares como San Fernando, Escobar y la costa de Tigre ya se están desarrollando pequeños barrios de viviendas flotantes. Las viviendas tienen entre 40 y 100 m2, con dos dormitorios en algunos casos.
En otras partes del mundo es una práctica habitual. En Dinamarca el estudio Dinamarques Bjarke Ingels Group desarrolló un barrio completo con conceptos sustentables, desde el cuidado del ambiente hasta la integración con la comunidad. Otro ejemplo es el grupo holandés Blue Revolution que proyectó ciudades completas en cuyas estructuras flotantes se produciría hasta comida de modo sostenible, mediante sistemas hidropónicos de cultivo, uso de biocombustibles de algas, pescado, marisco, por ejemplo.
“La tendencia crece cada vez mas por que aumenta la intención de vivir de manera sustentable. El 80% del planeta es agua y solo el 1 % es dulce. Uno se pregunta si es necesario seguir urbanizando tierra productiva cuando pueden desarrollarse emprendimientos de vivienda de excelentes características en el agua”, añadió Heredia.
Qué se necesita y costos
Para una vivienda flotante, en vez de elegir el terreno donde levantar el hogar hay que elegir primero un lugar de la ciudad o cercanía a los servicios para conectarlos a la unidad que se edificará sobre el agua. Cómo energía, cloacas (o red de saneamiento), agua potable (aspecto clave), y conectividad.
“Muchas de las zonas urbanas están emplazadas a lo largo de cuencas hídricas o próximas a áreas deltaicas, que proponen una forma amigable de convivir con el medioambiente. Es fundamental que se edifiquen en aguas calmas sin grandes corrientes”, apuntó Janches.
Para que los servicios lleguen a la casa flotante, al igual que la red de servicios urbanos se hace un sistema de conexión, cañerías y a veces se usan paneles solares como energía alternativa. Y para la vivienda deben emplearse materiales resistentes a la humedad y resistentes al peso.
Heredia aclaró que los materiales son de lo más variado. “El conjunto que desarrolló Bjarke Ingels Group en Dinamarca consiste en viviendas modulares metálicas, pero también las hay de madera de excelentísima calidad, como en Laguna Garzón, en Uruguay Laguna Garzón”.
El costo para edificar las viviendas oscilan entre USD 600 a 1.000 por m2 de base para una construcción estándar. Lo más caro en este caso son las plataformas para asentar la unidad que varía entre USD 1.000 a 2.000 según el material que se utilice.
Ricardo Ferrer, ingeniero naval y mecánico ex presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval (CPIN), dio a Infobae precisiones sobre los valores de construcción por metro cuadrado. “Son similares a los de tierra, varían según los detalles de construcción y calidad solicitada: podemos andar entre 700 y 1.500 dólares por m2 para edificaciones de buena calidad. Reemplazamos el valor de la tierra por el del pontón de flotación”, indicó.
El lugar elegido no debe afectar a la navegación, la estructuras del pontón pueden ser de acero, aluminio, FVR o de material compuesto. El resto de la obra sobre cubierta puede ser de steel frame, o material similar al utilizado en el casco, obvio con características no combustibles según lo dispuesto por la Prefectura Naval Argentina (PNA).
También pueden ser de acero y aluminio. En el interior se pueden adecuar a cada propietario y deben respetarse los compartimentos y accesos estancos que garantizan la flotabilidad, y la estabilidad en diferentes situaciones de uso.
Viviendas que “navegan”
También están las viviendas que pueden navegar por el agua o trasladarse a distintas partes al unirlas a un barco.
“Desde el punto de vista reglamentario, la embarcación debe cumplir la ordenanza marítima 3/19 de la PNA y haber sido presentada la encomienda profesional por un ingeniero matriculado en el CPIN. Puede ser con ingeniero, arquitecto o técnico naval según su incumbencia. Se puede presentar de forma individual o por prototipo, y se nota una demanda constante y creciente de estas embarcaciones, vinculadas a la vida al aire libre y la posibilidad de cambiar de lugar sin mucha dificultad”, explicó Ferrer.
Si se quiere mayor independencia, se puede incorporar un motor para su traslado. El lugar donde se puede fondear la embarcación debe estar habilitado para ello, o disponer de un terreno propio. Y lo recomendable, en este caso, es que la construcción se realice en un astillero o empresa registrada en la PNA.
“Los materiales utilizados deben garantizar la estanqueidad exterior y la no combustibilidad del mismo, similar a cualquier otra embarcación con vida humana habitando en ella. Sumado a normas de evacuación y lucha contra incendio. No olvidar que ante un accidente, estamos solos y lejos de un auxilio rápido, por lo cual hay que extremar la calidad de los materiales y mano de obra calificada”.
En nuestro país esta industria forma parte de la Cámara de Constructores de Embarcaciones Livianas (CACEL) y hay especialistas que trabajan en este tipo de barcos-viviendas flotantes como los ingenieros Jorge Pérez Patiño, Martín Delia y Hernán Gerino, entre otros.
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