El ministro de Economía Martín Guzmán dijo que le llevó dos años convencer al Fondo Monetario Internacional de que las causas de la inflación en la economía argentina son “multicausales”, más allá de que el programa técnico acordado con el organismo incluirá metas exigibles de reducción del déficit fiscal y de la emisión monetaria.
La inflación forma parte de uno de los “bloques” principales del conjunto de políticas macro que consensuaron la Casa Rosada y el staff técnico del FMI. Para Guzmán “hubo una construcción que duró dos años de entendimiento entre el gobierno argentino y el staff del Fondo Monetario Internacional, buscando pasar de la página vieja en la visión sobre cómo atacar la inflación, que fue parte del programa stand by del gobierno anterior, a una página distinta”, mencionó.
“Ese acuerdo anterior consideró que la inflación era un fenómeno puramente monetario y que la forma de atacarla era, básicamente, congelando la emisión, congelando la base monetaria. Bueno, ya sabemos que el resultado fue absolutamente fallido. La inflación, en lugar de bajar, subió”, consideró el funcionario.
El abordaje que hace el acuerdo técnico oficializado el viernes al problema de la inflación solamente habla de qué visión compartida tienen en Buenos Aires y en Washington sobre qué factores explican la persistente suba de precios, pero no estableció ningún tipo de meta cuantificable en términos de ritmo inflacionario.
“Hubo una construcción que duró dos años de entendimiento entre el gobierno argentino y el staff del Fondo Monetario Internacional, buscando pasar de la página vieja en la visión sobre cómo atacar la inflación” (Guzmán)
Sí habrá otras varibles macro con metas exigibles, como déficit fiscal y emisión monetaria, dos elementos que influyen en la dinámica inflacionaria de la economía. “En este acuerdo, lo que se plantea es que para atacar a la inflación hay que entender que es un fenómeno que tiene múltiples causas. Y que hay que atacar todas ellas de forma concurrente”, dijo Guzmán en diálogo con Página 12.
En ese sentido, el ministro de Economía nombró tres factores que explicarían la persistencia inflacionaria. “La primera está referida a la estructura productiva, consecuencia de decisiones políticas en la historia argentina que han impedido que el país pueda diversificar su estructura productiva”, mencionó.
“El segundo punto tiene que ver con cómo se financian las políticas públicas y en particular los déficit públicos. Y ahí es donde aparece la emisión monetaria, que para nosotros es importante bajarla. No llevarla a cero de golpe, pero sí que hay que ir bajando la emisión monetaria”, continuó.
“En tercer lugar, hay un problema de expectativas en una sociedad que ha tenido que convivir por tanto tiempo y de forma tan errática con problemas inflacionario. Por eso es tan importante que se puedan alcanzar acuerdos de precios, para que funcionen como un ancla más, para que aquello que es factible desde la macroeconomía, no quede desactivado o desanclado por expectativas muy nerviosas”, concluyó.
La reducción de la asistencia del BCRA al Tesoro será gradual. Mientras en 2021 fue del 3,7% del PBI; en 2022 se apunta a que sea del 1%, en 2023 del 0,6% y que en 2024 se aproxime a cero, indicó Guzmán. No hubo detalles sobre si la reducción incluirá adelantos transitorios y giros de utilidades en conjunto o solo uno de ellos.
Respecto al déficit, el acuerdo técnico contiene un sendero de reducción del déficit fiscal. Para el año 2022 prevé un déficit de 2,5% (desde el 3% con el que arrancó el año); para 2023 del 1,9% del y para 2024 del 0,9% y llegar al déficit cero en 2025. No hay precisiones sobre si la letra chica del acuerdo incluirá pautas de la composición de ese gasto, es decir si habrá “metas” precisas del peso de los subsidios en las erogaciones totales del Estado.
La reducción de la asistencia del BCRA al Tesoro será gradual. Mientras en 2021 fue del 3,7% del PBI; en 2022 se apunta a que sea del 1%, en 2023 del 0,6% y que en 2024 se aproxime a cero
Por otra parte, respecto a la brecha y al tipo de cambio, el ministro de Economía reiteró que no habrá un salto devaluatorio y que la distancia entre el dólar oficial y el paralelo está explicada por la presión de fondos de inversión que buscan salir de sus posiciones en pesos. “Esto pone mucha presión sobre la brecha cambiaria. Ese problema lo estamos solucionando al mismo tiempo que negociamos con el Fondo y seguimos normalizando las cuentas macroeconómicas”, dijo sin mencionar detalles sobre cómo planean bajar la brecha cambiaria.
Por último, el jefe del Palacio de Hacienda dijo cuál será el alcance de la política de tasas de interés positivas en pesos que está incluida en el set de políticas económicas acordada con el FMI. “El punto importante es sobre qué activos. Será sobre los bonos del Tesoro y sobre los plazos fijos. Lo más importante es que los activos financieros en general para el público tengan retornos real positivos para evitar que haya incentivos a la dolarización de carteras y, de esta forma, avancemos en una mayor estabilidad cambiaria”, consideró.
Actualmente los plazos fijos tienen rendimientos mínimos regulados por el BCRA. La autoridad monetaria estableció ese porcentaje en 39% anual, y todos los bancos se limitan a ofrecer entonces esa tasa, por debajo de la variación inflacionaria. Actualmente los depósitos a plazo fijo atados a UVA sí ofrecen una ganancia en términos reales, ya que tienen tasas que igualan a la inflación y otorgan algún punto porcentual extra para los depositantes.
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