Emiliano Kargieman, CEO de Satellogic: “No miro el valor de la acción y ser una empresa unicornio no significa nada, es pura vanidad”

La compañía de nanosatélites llegó a Wall Street la semana pasada y sus precios cayeron casi 40%. Los planes del ex hacker al que un día se le ocurrió hacer la revolución de la información espacial

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La imagen de Kargieman en la sede del Nasdaq, el miércoles pasado, cuando tocaron la campana de inicio de la cotización del día
La imagen de Kargieman en la sede del Nasdaq, el miércoles pasado, cuando tocaron la campana de inicio de la cotización del día

No quiero saber nada con ser un “unicornio”. “No representa absolutamente nada. Es un número al que no le doy ninguna importancia”, dice Emiliano Kargieman (46), CEO de Satellogic, la empresa de nanosatélites que esta semana comenzó a cotizar en Wall Street y rozó en ese lanzamiento un valor de mercado –market cap– de USD 1.000 millones, lo que en el mundo emprendedor tech es igual a ser un unicornio.

Pero a Kargieman –que le habló al Nasdaq por videollamada desde Barcelona donde vive con su esposa, la escritora Pola Oloixarac, y su hija– no lo vuelve loco la idea. “Ese número es una cuestión de pura vanidad… que ni siquiera es lo suficientemente ambicioso en términos de vanidad como para ponérmelo como meta. No representa nada”, insiste.

Como sea, es una categoría que su compañía alcanzó ni bien comenzó a cotizar. Así, aunque sea por un rato, se convirtió en el unicornio número 12, junto a Mercado Libre, OLX, Despegar, Globant, Auth0, Vercel, Aleph, Bitfarms, Ualá, Mural y Tiendanube. Después, en medio de un mercado muy volátil, la acción cayó un 35% ese mismo día (a menos de USD 6), rebotó el jueves un 42% y volvió a caer por debajo de los 6 dólares. Un verdadero subibaja que la dejó con una capitalización de mercado por debajo de los USD 650 millones.

“A medida que pasan los años estamos cada vez peor. Cualquiera de las métricas que se tomen para medir la situación del país son cada vez más malas”

El año pasado, la empresa se fusionó con CF Acquisition Corp. V, de Cantor Fitzgerald a través de una de las muy de moda Special Purpose Acquisition Companies (SPAC), una forma de salir a cotizar que es más simple que el tradicional y arduo IPO. De esa manera, una empresa se fusiona con una shell company —CF Acquisition Corp. V, en este caso— sin operación pero que ya cotiza y de esa manera se simplifica el proceso de llegada a Wall Street.

Satellogic nació hace 11 años y está detrás de una revolución: democratizar el acceso a datos desde el espacio. Promete hacerlo con una constelación de nanosatélites, del tamaño de una caja de zapatos, que van a fotografiar la Tierra casi en tiempo real y alta resolución. Es la mejor empresa posicionada para hacerlo en todo el mundo. Por ahora tiene en órbita 17 “cajitas” –Manolito, Tita, Fresco, Batata, Capitán Beto y otros– y el año pasado fue el primero de sus historia en el que facturó por sus servicios.

Render de dos de los satélites de Satellogic en órbita
Render de dos de los satélites de Satellogic en órbita

“Llegar a cotizar en Wall Street fue un evento muy importante para la empresa, el equipo y la industria. Es algo para celebrar, pero no es un fin en sí mismo. Nunca estuvo en el foco de la empresa hacerla pública, pero sin dudas es algo muy bueno porque fondea el plan de negocios y nos da una plataforma para seguir creciendo. Es un muy lindo paso, un momento emocionante. Son cosas que se alinean muy bien, parte del poder de fuego que necesitamos para ejecutar nuestra visión”, le dijo a Infobae desde España.

¿Y a nivel personal, qué significó, cómo lo vivió?

— Es un momento muy lindo. No pasa mucho en la vida de un emprendedor y es algo que difícilmente ocurra dos veces, además. Por eso se disfruta. Es muy importante la validación y darle liquidez a inversores y empleados que nos acompañan desde hace muchos años. Me da mucha intriga y ganas de pensar en lo que puede venir ahora desde este nuevo lugar y con muchas herramientas que como compañía privada no teníamos. Esa capacidad de ejecución a futuro es muy buena, es energía renovada para seguir adelante por muchos años más.

“Hoy tenemos una constelación de 17 satélites en órbita, entregamos información a clientes en todo el mundo y tuvimos un primer año de facturación, poco menos de USD 5 millones”

¿Por qué eligieron SPAC y no un IPO tradicional y cómo fue el proceso?

— Somos una empresa en crecimiento, en un estadío temprano. Generamos revenue recién el año pasado. El IPO está cerrado para empresas deep tech como la nuestra, en este momento. Nuestra idea era crecer y generar herramientas para hacerlo. El SPAC nos permite acceder a un mercado de capitales al que, de otra manera, hubiéramos demorado un poco más en llegar. Los inversores de ese mercado ven más estas empresas nuevas de esta manera, además, y pueden buscar potencialmente más upside. En ese sentido, la herramienta, que es relativamente nueva, cumple su propósito. Veo SPACs por muchos años, aunque tiene cosas por mejorar y regular; arrugas que hay que planchar. Para nosotros fue la solución indicada para este momento. Son días de bastante volatilidad, es un mercado complejo. Estoy mucho más enfocado en poner la cabeza para abajo y ejecutar el plan más que en mirar el precio de la acción. No lo voy a mirar por mucho tiempo, quiero concentrarme en el negocio.

Días atrás anunciaron una inversión de USD 150 millones de Liberty Strategic Capital, el fondo de Steven Mnuchin, ex secretario del Tesoro de EEUU, quien se sumó al board. ¿Qué cree que le aportará a la compañía?

— Estamos super contentos con la inversión de Liberty y la llegada de Mnuchin. Algo que nos acercó a él mucho fue su visión, cuando era parte del gobierno de EEUU, de la necesidad de contar con información actualizada y series de datos de alta frecuencia para tomar decisiones. Eso nos alineó. Él tiene contactos y llegada a muchos países y eso va a ayudar a nuestra estrategia comercial. Trae a la mesa, además, su experiencia y conocimiento de su carrera anterior en Goldman Sachs. Nos parece un socio de primera que nos va a apalancar para crecer.

Imagen de Lamanon, Francia tomada con satélites de Satellogic
Imagen de Lamanon, Francia tomada con satélites de Satellogic

Porteño, hijo de psicoanalistas y con hermana melliza, fue un chico de esos que rompen las cosas para ver cómo funcionan. Luego, fue hacker. Tanto que hizo de eso su modo de vida: fundó Core Technologies, una importante empresa de seguridad informática radicada en Estados Unidos. Se aburrió al tiempo: “Era el hijo que yo quería que fuera pianista y terminó siendo abogado”, dijo alguna vez.

Pensando cómo seguir con su vida, en Singularity University, se le ocurrió hacer la revolución satelital. En eso está.

¿Qué viene para la empresa en los próximos años?

— Hoy tenemos una constelación de 17 satélites en órbita, entregamos información a clientes en todo el mundo y tuvimos un primer año de facturación, poco menos de USD 5 millones. Vamos a duplicar este año los satélites y haremos crecer la facturación de manera significativa. Abriremos una planta de manufactura en Países Bajos y buscamos escalar el año próximo con nuestra plataforma SaaS, de software en la nube, que les permitirá a los clientes acceder directamente a la capacidad de los satélites en órbita al costo correcto.

“El objetivo para 2023 es volver a cualquier lugar del planeta 15 o 20 veces por día y remapear toda la superficie del planeta una vez por semana en alta resolución”

¿Cuántos clientes tienes y de qué rubros son?

— Son muchos, algunos grandes y otros más chicos que consumen un par de imágenes por mes. Otros no: remapean medio continente. Estamos atendiendo a decenas de clientes en todo el mundo con entre tres y cuatro revisitas diarias a cualquier lugar de la Tierra. El objetivo para 2023 es volver a cualquier lugar del planeta 15 o 20 veces por día y remapear toda la superficie del planeta una vez por semana en alta resolución. Así podremos ejecutar por primera vez nuestra visión de democratizar el acceso a la información espacial para que cualquier la pueda utilizar. Mayoritariamente, hoy nuestros clientes están en áreas como gobierno, seguridad y defensa. A largo plazo, con más satélites, más remapeo y menos costos, van a llegar las oportunidades comerciales en agro, forestal, seguros, monitoreo de infraestructura para energía y otras aplicaciones mainstream que aún son difíciles de tener por el costo de distribución de los datos.

¿La idea final es tener una constelación de 300 satélites?

— Queremos poder mapear toda la Tierra una vez por día. Mejoró la tecnología y ese número bajó a un poco más de 200. Y lo queremos hacer para 2025.

Steven Mnuchin, ex secretario del Tesoro de EEUU y ahora inversor y director de la empresa (Emil Salman/Pool via REUTERS/File Photo)
Steven Mnuchin, ex secretario del Tesoro de EEUU y ahora inversor y director de la empresa (Emil Salman/Pool via REUTERS/File Photo)

¿Cómo está la competencia global en el mundo de los nanosatélites?

— Es un mundo mucho más definido: se sabe qué empresa van a tener ofertas sostenibles en el mercado, quizás apuntando a distintos nichos. Somos unas cuatro compañías. Seguimos teniendo algo que es muy único: nuestros parámetros son 100 veces mejores que los de cualquier competencia. Eso nos permite ejecutar el plan de remapear la tierra una vez por semana y luego una vez por día. La competencia no está en condiciones de intentarlo. Esa será la clave para diferenciarnos y satisfacer este mercado antes.

¿Cómo ve a la Argentina desde España?

— Con mucha añoranza por estar lejos y, obviamente, con mucha preocupación. A medida que pasan los años estamos cada vez peor. Cualquiera de las métricas que se tomen para medir la situación del país son cada vez más malas. Veo todo con mucho cariño y mucha preocupación. Tratando de entender cuál puede ser el proyecto que haga que las variables que a mí me importan empiecen a mejorar.

¿Cuál sería ese proyecto desde su punto de vista?

— No tengo idea, ojalá la tuviera… No me toca a mí tener esas soluciones, me toca hacer una empresa de satélites. Tenemos una parte muy importante de nuestro equipo en el país y lo seguiremos teniendo. Tenemos ADN argentino y nos sentimos como una empresa argentina. Estamos súper comprometidos con el país: la preocupación no tiene que ver con la idea de que seguiremos apostando, invirtiendo y creciendo en el país.

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