A menos de 48 horas del vencimiento de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 712 millones de dólares, representantes de empresas de Estados Unidos en Argentina plantearon la necesidad de que el Gobierno Nacional acuerde con el organismo multilateral de crédito para terminar con la “incertidumbre”.
Alejandro Díaz, titular de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham Argentina), manifestó que “las empresas quieren que este proceso de incertidumbre se interrumpa rápidamente, y llegar a un acuerdo es el primer estadio para ese proceso”. “Es necesario pero no es suficiente, acordar con el Fondo no significa solucionar los problemas estructurales de la Argentina, y eso obviamente afecta las inversiones y el deseo de visualizar el mediano plazo de nuestro país”, agregó.
El Poder Ejecutivo Nacional aún no confirmó si cancelará la deuda de USD 712 millones que vence mañana y los 365 millones del martes próximo, o si incurrirá en un incumplimiento directo. Si bien no pagar no implica caer ya en default, esa decisión tendrá consecuencias en el desarrollo de la negociación y en las finanzas del sector privado.
En este marco, el CEO de AmCham expresó que “no existe ningún país que tenga un atraso con el Fondo; el último fue Sudán en 2021″, y advirtió que “los países que pudieron salir de estos procesos con atrasos, el promedio es 7 u 8 años para salir y luego reconstituir el crédito internacional”. No obstante aclaró que esta circunstancia se da cuando “el atraso se perfecciona en un período de tiempo que se consolida y llega un atraso relevante, no un atraso de no pagar el viernes o el martes”.
“Hay una tensión del Gobierno argentino de presentar un plan que no afecte políticamente la elección de 2023 y una definición en el Fondo que tiene dos actores: el staff, limitado por los requisitos de programas tradicionales a pesar de que conocen la vulnerabilidad de Argentina” y de que “es imposible aplicar políticas de shock -lo vieron en 2019-, y después están los miembros del Fondo que tienen un juego político”, contextualizó Díaz.
Este miércoles continuaron las conversaciones entre los funcionarios del Gobierno y el Fondo Monetario, que se sostienen sin interrupciones desde la semana pasada. Si bien hasta el martes ambas partes reconocían un acercamiento en el tema principal que divide las aguas, un probable acuerdo se enfrió en las últimas horas porque el FMI insiste en que el plan argentino es “poco sólido”, según explicaron fuentes desde EEUU.
Si el país incumple con los pagos inmediatos, se corre el riesgo de que el organismo multilateral de crédito considere a Argentina como un deudor “de mala fe” y que eso termine de empantanar las conversaciones.
“¿Están dispuestos, después de los resultados de 2018, los accionistas principales a acordar con Argentina un plan que dentro de dos años pueda fracasar nuevamente?, ¿Cuál sería la reputación de aprobar un plan que no tenga sustentabilidad en el mediano plazo?”, se preguntó el referente de las empresas estadounidenses en nuestro país.
En diálogo con A Dos Voces (Todo Noticias), al ser consultado por la llegada de inversiones al país en el actual contexto, Díaz respondió que la situación económica “no es un gran incentivo de la inversión”. “Hoy Argentina recibe inversores productivos, no especulativos, no hay grandes inversores que miren al país después de la renegociación de los fondos en 2020; invierte el que ya tiene operaciones en el país, hay pocos inversores nuevos”, desarrolló y detalló que en general invierten en “oportunidades” como las “energías no convencionales”.
El referente de AmCham descartó que frente a este panorama haya “una salida masiva de empresas” pero sí señaló que “hay salidas estratégicas”.
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