Frenar un minuto antes de chocar, fue una característica de Néstor Kirchner en los momentos clave. Por eso el país no solo no entró en default en su gestión, sino que realizó una de las mejores negociaciones para volver al mercado de capitales.
Ese estilo se quebró inesperadamente el último día de julio de 2014, cuando Axel Kicillof era ministro de Economía. La rueda del día anterior había terminado con inversores convencidos de que se firmaba el acuerdo y se jugaron todo a bonos y acciones que tocaron techos con sus precios. Pero a último momento, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner decidió no acordar y el juez Thomas Griessa declaró el default.
Esta historia muestra la diferencia de estilos de quienes rigen hoy el país. Alberto Fernández se proclama seguidor de Néstor Kirchner, por lo tanto, los inversores creen que a último momento pagará los vencimientos del viernes y del martes con el FMI por casi USD 1.000 millones. Los que creen en la vicepresidenta, opinan lo contrario. El silencio de Alberto Fernández es el que genera las dudas sobre el poder que efectivamente tiene para tomar esa decisión que parece contraria a la de la vicepresidente. De hecho, el pago es factible porque hay un rezago de USD 600 millones del último giro del FMI a la Argentina.
Lo que también saben los inversores es que ese pago no cambiará la decadencia de la economía local acelerada por la crisis que viene del norte. Nada cambiará al día siguiente del pago. Tal vez los primeros días se fortalezcan algo los bonos de la deuda, pero no más que eso.
Tener en el centro del planeta al Bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años con una tasa de 1,74% -llegó a estar 1,87% la semana pasada- no es de buen augurio porque tienta a fugarse a los dólares de los países emergentes. Por caso, el ETF de emergentes (EEM) y el de Brasil (EFW), que cotizan en la Argentina a través de los ADR’s, perdieron 1,4%.
El riesgo país aumentó en todos los países de la región. Brasil, Colombia y Ecuador, entre otros, vieron caer a sus bonos de la deuda. El riesgo de Colombia subió 5 puntos a 360 puntos básicos.
Estas adversidades se trasladaron a la Argentina en proporciones mayores por la debilidad extrema de la economía y, en particular, de su moneda. Y allí está la explicación de la caída de los bonos de la deuda con ley extranjera de hasta 3% que hicieron que el riesgo país anote el récord post default de 1.962 puntos básicos. Creció 43 unidades en el día (2,3%) y quedó a un peldaño de perforar el techo de los 2.000 puntos. El tratamiento que reciben los bonos de la deuda más cortos es de default. De hecho, el AL30D, el bono que se utiliza para comprar dólar MEP, bajó 1,31% y su renta es de casi 30%. La tasa de retorno manteniendo al título hasta su vencimiento asegura una ganancia anual igual a su precio. Es decir que si se cumpliera en tiempo y forma el pago de esta deuda un inversor ganaría 240% en dólares en 8 años. Esta simulación muestra a un bono que está más cerca del default que del cumplimiento.
Alberto Fernández se proclama seguidor de Néstor Kirchner, por lo tanto, los inversores creen que a último momento pagará los vencimientos del viernes y del martes con el FMI
Por eso no extrañó que el “blue” después de bajar a $ 218 recupere su valor del día anterior de $ 219 y quedó firme para hoy. El dólar MEP aumentó $ 2,50 a $ 216,75. Pero el más demandado y el que tuvo la mayor suba fue el contado con liquidación que avanzó $ 3,30 a $ 227,50 y elevó el valor del cable a 4,5%. Ese porcentaje es lo que cuesta colocar los dólares en cuentas del exterior.
El dólar oficial siguió ajeno a lo que sucede en los mercados que están fuera del control del Banco Central y aumentó 18 centavos (sumó sábado y domingo a su ritmo diario de devaluación) a $ 104,53. El BCRA, necesitado de divisas, pasó por encima de los importadores y compró USD 40 millones que hicieron crecer las reservas en tan solo 5 millones a USD 38.950 millones.
En contra le jugó la suba del dólar en el mundo de 0,26% frente a las seis principales divisas. Por eso el euro, la libra y el yen que integran las reservas argentinas perdieron valor. A favor estuvo el alza de 0,40% del oro. Pero hubo un pago menor a China que le restó las divisas que podrían haber engrosado las reservas.
El derrumbe de la Bolsa local no se pudo revertir, al revés de lo que sucedió Estados Unidos que abrió con los mercados con un pronóstico de lunes negro, pero a dos horas del final rebotó e impidió una debacle de las cotizaciones. El Dow Jones pudo cerrar con una suba de 0,29% después de haber estado cerca de 3% abajo. El S&P 500 (+0,28%) también sorteó el precipicio. El Nasdaq, que era el más castigado, fue el que más subió, 0,63%. Esta reversión de la tendencia alegró a los tenedores argentinos de ETF, que debutaron en el mercado de ADR’s la semana pasada.
En Buenos Aires, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes bajó 3,13%. Los más perjudicados fueron las empresas de energía y los bancos. Las caídas las encabezó transportadora Gas del Norte (-7,13%), seguido de Transener (-6,21% y Central Puerto (-5,63%). Lo más preocupante es que estas caídas se produjeron con un monto de negocios de $ 1.336 millones, que evidencia una salida en masa de los inversores desengañados porque la reacción de los papeles no solo no llega, sino que causa fuertes pérdidas. La semana pasada, el promedio de las líderes cedió 7,2% medido en dólares.
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones y de índices que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron el récord de $ 5.792 millones, pero con pérdidas muy fuertes. Banco Macro (-6,1%) e IRSA (-5%), fueron los más castigados.
Los que salieron airosos de este lunes negro para los inversores locales, fueron los que apostaron a los bonos indexados por el costo de vida. Los Boncer que vencen este año, aumentaron 0,51%. No hay tasa de plazo fijo que supere a la inflación mensual que se espera y que va a competir cabeza a cabeza con el dólar.
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