Desde el viernes y sábado de la semana pasada, los nuevos requisitos sanitarios del gobierno de Chile ocasionaron graves dificultades en el cruce fronterizo del Paso Internacional Cristo Redentor-Libertadores, que une Mendoza con la región de Valparaíso. A una semana de iniciado el conflicto, la tensión no cesa: cerca de 2.700 camiones están varados del lado argentino, con grandes dificultades para cruzar la frontera.
En este marco, este viernes la Cancillería argentina solicitó a las autoridades chilenas la urgente implementación de medidas necesarias para una pronta normalización y agilización de la circulación de personas y cargas en los pasos fronterizos entre ambos países.
El pedido fue necesario a raíz de la cada vez más grave problemática que afecta el normal funcionamiento no sólo del Paso Internacional Cristo Redentor en Mendoza, sino también del San Sebastián en Tierra del Fuego e Integración Austral en la provincia de Santa Cruz.
La presentación fue apoyada luego por la Federación Argentina de Entidades del Autotransporte de Cargas (Fadeac), la cámara que nuclea a los transportistas, que exigió la modificación de las medidas y denunció malos tratos a los choferes en la frontera del lado chileno, por las medidas sanitarias tomadas por las autoridades del Paso Fronterizo Los Libertadores.
“Queremos una medida concreta que solucione no sólo las demoras, sino el trato que están recibiendo los choferes, a los que han encerrado en minúsculas habitaciones sin atención médica y por varias horas. Hasta tanto no haya una respuesta del vecino país, sugerimos a las empresas no enviar cargas a Chile”, señaló Daniel Gallart, presidente de la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam).
El “cuello de botella”, indicaron, se generó a partir del cambio en la política de control sanitario por parte de las autoridades chilenas, que llevó a testear al 100% de los choferes en frontera, aun cuando sigue vigente la obligación de presentar un PCR hecho en origen para poder ingresar al vecino país.
Para ello, se dispusieron solamente 5 puestos de testeo, por lo que sólo se testea cada media hora a 5 choferes, los que a su vez deben esperar algunas horas hasta obtener el resultado para poder continuar su camino.
Las previsibles demoras, además, se profundizaron cuando se sumó al conflicto una medida de fuerza de los trabajadores aduaneros de Chile por una alta cantidad de casos de coronavirus en el organismo.
El paso, según explicaron fuentes de Gendarmería, se encuentra habilitado de 8 a 14, con el ingreso a la República Argentina receptivo al turismo de extranjeros que cumplan con los requisitos sanitarios de ingreso. El ingreso a Chile, por otra parte, solo está permitido a ciudadanos chilenos y extranjeros residentes en el país trasandino.
Para transporte internacional de cargas, en tanto, el cruce fronterizo se encuentra habilitado. Desde el lado argentino sólo se les pide a los chilenos el PCR negativo para ingresar al país. Sin embargo, en los últimos días los transportistas argentinos que se dirigen en sentido a Chile han suspendido el tránsito como reclamo a las medidas de control sanitario.
“Tomamos la decisión de apoyar el corte y que no circulen camiones en el sentido Chile-Argentina tampoco para que, de alguna manera, Chile sienta el desorden y el problema que hay”, señaló Gallart.
“Destacamos la importancia de abordar este tipo de conflicto de manera conjunta con las autoridades responsables del transporte internacional de cargas. Es urgente encontrar una solución para un tema que provoca un importante perjuicio económico y social para las empresas y los choferes”, dijo a su vez Roberto Guarnieri, presidente de FADEEAC.
Es que cada día de detención de un camión en frontera, explican, representa un costo extra de US$700 diarios, de acuerdo a los datos del Departamento de Transporte Internacional de la Federación que nuclea a 43 cámaras de transporte de la Argentina. Los empresarios argentinos estiman que la cifra de cerca de 1.000 unidades diarias que circulaban por día en el Paso Cristo Redentor se redujo a apenas 150.
“Esta situación no sólo perjudica a empresas y choferes argentinos, sino también de otros países de la región que forman parte del ATIT (Aplicación del Acuerdo de Transporte Internacional Terrestre)”, sostuvo Silvia Sudol, titular del área Transporte Internacional de Fadeeac, ya que transportistas brasileños, paraguayos, uruguayos y bolivianos también utilizan esa ruta para llegar a los puertos del Pacífico.
Sudol destacó en ese sentido que “el tema ya se está analizando en el ámbito del Consejo Empresarial de Transporte Internacional de Cargas del Mercosur”.
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