En los últimos días los agentes del mercado se encontraron sin brújula, desorientados y faltos de indicios para darle una dirección a los negocios. Este enero continuó exhibiendo un bajo volumen de operaciones y en la última semana volvieron a predominar las caídas de precios.
El dato sobresaliente fue el del desplome de las cotizaciones de los bonos del canje, las emisiones de títulos públicos en dólares que salieron al ruedo en septiembre de 2020 y ahora atraviesan su peor momento.
Este viernes los bonos Globales registraron la décima sesión consecutiva en baja. Es decir que perdieron en cada una de las ruedas operativas de este 2022 recién estrenado, para acumular un rojo promedio en rango del 10 al 11 por ciento.
En sus precios mínimos desde la salida al mercado, hay bonos con ley extranjera, como el Global 35 (GD35) y el Global 46 (GD46) que valen menos de USD 29, cuando llegaron a pagarse sobre USD 50 hace 16 meses.
Las tasas de retorno que ofrecen los bonos en dólares del tramo corto de la curva tocaron el 27% anual en dólares para las emisiones con ley argentina, y el 25% para las de ley extranjera.
El riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, siguió creciendo para la Argentina, otra vez próximo a los 1.900 puntos, cerca de sus recientes máximos de finales de noviembre.
Son muchos y fuertes los argumentos que le juegan en contra a los títulos de la deuda pública. Entre ellos, la desconfianza de los inversores a que se dilate, o no se logre, un acuerdo entre el Gobierno y el FMI para renegociar la deuda por unos USD 45.000 millones, la escasez de reservas líquidas en las arcas del Banco Central, las dudas sobre la fortaleza de la actividad económica en este 2022 y la ausencia de un plan que ayude a entender cuáles son los objetivos que se plantea el Gobierno en materia económica.
“La posibilidad de un rápido acuerdo con el Fondo se esfuma y la falta de avances profundiza el sentimiento negativo para la deuda. Recordemos que las negociaciones se dan a contrarreloj con pagos por USD 2.879 millones al FMI en marzo, y con reservas en estado crítico que aumentan las probabilidades de un atraso en el cumplimiento”, explicaron desde Portfolio Personal Inversiones.
Esta semana, sumó al malhumor financiero el dato de la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) de diciembre. “Este dato fue uno de los tres valores más altos del año anterior con 3,8%, superado únicamente por los valores obtenidos en marzo y abril del mismo año. De esta manera, el año finalizó con 50,9% de inflación”, comentó Priscila Bruno, analista de Rava Bursátil.
Para las acciones la semana fue relativamente favorable, si se toma en cuenta el derrumbe de los bonos y el ajuste de precios en Wall Street, donde el Nasdaq recortó un 4,8% desde que arrancó el año.
El S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires ganó un 1,3% en pesos, para quedar en los 85.481 puntos, mientras que medido en dólares “contado con liquidación” ganó un 2% en cinco ruedas, aunque permanece un 0,5% negativo desde que empezó el año.
En el mercado se habló de un informe del banco de inversión Morgan Stanley, que señaló que el arreglo podría postergarse hasta el segundo trimestre del año, con un escenario catastrófico si se extiende más allá: sin acuerdo con el FMI, la Bolsa se derrumbaría más que en las primarias del 2019.
Subió el dólar y la brecha sigue sobre el 100%
El dólar libre finalizó la semana negociado a $209,50 , con una ganancia semanal de 1,50 peso en lo que va de enero. Con un dólar mayorista ganó 56 centavos (+0,5%), a $103,84, la brecha cambiaria con el dólar “blue” se sostuvo en el 101,5 por ciento.
Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio, comentó que el BCRA “cierra las dos primeras semanas del mes sin pérdidas de divisas por acciones de regulación en el mercado”.
Aunque en las dos últimas jornadas cambiarias el Banco Central no logró sumar divisas por su participación cambiaria, sostiene un apreciable nivel de compras netas en el mercado mayorista, por encima de los USD 200 millones en lo que va de enero, en un período del año donde crecen los ingresos por la liquidación de exportaciones de trigo.
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