El costo de financiarse con tarjeta de crédito subirá en los resúmenes del mes que viene como resultado del ajuste a la tasa de interés de referencia que decidió este mes el Banco Central, tras más de un año en el que la entidad monetaria mantuvo sin cambios ese indicador a pesar de picos de inflación que llegaron a rozar el 5% mensual.
Junto con el retoque a la tasa, la entidad conducida por Miguel Pesce subió el tope que impone a la tasa de refinaciamiento de consumos con tarjeta del 43% nominal anual al 49% nominal anual. Los seis puntos de diferencia tienen un impacto mucho mayor si se calcula la tasa efectiva anual y el costo financiero total que surge de aplicar impuestos y cargos.
De esa manera, no llegar a pagar el 100% del resumen de la tarjeta pasa a ser mucho más caro para los consumidores. Como así también el costo financiero de hacer el pago mínimo, una medida de emergencia a la que recurren los usuarios de servicios que no llegan a pagar los vencimientos y que genera el riesgo de acumular deudas crecientes.
La Comunicación A 7432 del Banco Central explicitó el nuevo tope a la tasa que pueden cobrar los bancos. El punto 11 de la circular resuelve “sustituir, con vigencia a partir del ciclo de facturación correspondiente a enero de 2022, al 49 % nominal anual el límite al interés compensatorio para financiaciones vinculadas a tarjetas de crédito que pueden aplicar las entidades financieras”.
El cambio empieza a correr para consumos y gastos hechos este mes más para cualquier otro que esté vigente en el próximo resumen aunque provenga de consumos previos -es decir, para todo saldo impago- aunque deberá ser comunicado a los clientes con antelación, estableció la autoridad monetaria.
“Ello, sujeto a que las entidades financieras arbitren los medios necesarios a fin de notificar tal límite a los tarjetahabientes de manera previa a su aplicación”, se lee en la misma norma.
La tasa máxima rige para saldos de hasta $200.000. Para montos de financiación mayores, los bancos pueden aplicar números más altos.
Pero el tope del 49% puede confundir respecto a cuánto termina saliendo financiar saldos impagos de la tarjeta.
La tasa nominal anual que regula el Central no es el indicador pleno del costo que deberán pagar los usuarios. La tasa efectiva anual, que surge de estimar el interés combinado a lo largo de un año, llega con esta modificación a un techo de algo más del 59,92% efectivo anual. Y el costo financiero total, que suma IVA y otros cargos que se aplican a los saldos con tarjeta, avanza así a poco más del 75,71% anual. Hasta ahora, ese costo tenía techo en el 66,45% anual.
Sin embargo, no todas las formas de financiarse con plásticos se encarecen. El tope a las tasas rige sobre una forma de financiamiento específico llamado revolving en la jerga y que, según los bancos, los clientes tienden a evitar en favor de compras en cuotas, en especial alrededor del programa Ahora 12.
La vía de financiamiento que se encarece a partir de este mes es la de patear para adelante parte del monto del resumen. Uno de los que se vuelven más caros el clásico “Plan V” que detallan los resúmenes mensuales de los plásticos y que permiten hacer un pago mínimo y, luego, saldar el resto del resumen en 3, 6, 12 o 24 cuotas.
O, de manera similar, al simple hecho de pagar sólo una porción del resumen -cualquier cifra que esté entre el pago mínimo y el total- y dejar el resto para otro mes.
“El usuario de tarjetas prefiere financiarse con la tasa fija que dan las cuotas de Ahora 12, que es una tasa subsidiada. El pago mínimo y el refinanciamiento de saldo es casi nulo, porque la diferencia de tasa es abismal”, dijeron desde una empresa de pagos.
El tope a la tasa y la competencia de Ahora 12 volvió casi irrelevante al financiamiento con tarjeta como negocio para los bancos. De ahí la reducción de beneficios como planes de puntos, millas con empresas aéreas y hasta, en muchos casos de acuerdo al segmento al que pertenezca la tarjeta, la desaparición de la cobertura médica para viajes. Son todos costos que, cuando no están incluidos en el paquete que ofrecen Visa, American, Mastercard y otras firmas para sus productos premium, los bancos han decidido recortar ya que no vale la pena captar clientes para un negocio que no les rinde.
Junto con ello, la caída en el consumo con plásticos de familias que han alcanzado los montos máximos de financiamiento y cuyos inhgresos en pesos se han quedado rezagados frente al avance de los precios a hecho caer los montos colocados. Y el poco interés de los bancos en impulsar un negocio sin rentabilidad también influye.
Un análisis de First Capital Group en base a datos del Banco Central muestra que durante 2021 los préstamos en pesos con tarjetas de crédito crecieron 38%, un número bien por debajo de la inflación anual que cuando se conozca el dato de diciembre rondaría el 50%. Es por lo tanto una caída en términos reales.
“Nos encontramos con un diciembre particularmente flojo para el endeudamiento del público con dinero plástico, las limitaciones y dificultades para utilizar cuotas en los servicios turísticos, impidieron una expansión de este segmento a pesar del mayor volumen que alcanzaron las compras navideñas”, aseguró Guillermo Barbero, Socio de First Capital Group.
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