A raíz del caso de “Generación Zoe”: guía básica para no ser víctima de ofertas engañosas

Cuáles son las recomendaciones básicas para evitar un fraude y reconocer los “sesgos” propios a los que estar atentos para que no nos agarren distraídos. El caso de Albania, que cayó en la guerra civil por la proliferación de esquemas fraudulentos

Cositorto, de Generación Zoe: desde fideicomisos hasta criptomonedas y "coaching ontológico"

El caso de Generación Zoe, la firma que ofrecía a inversores inexpertos rendimientos exorbitantes en dólares y que ya había motivado un alerta de cese por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV), pone otra vez sobre el tapete la cuestión de las estafas de tipo piramidal (o esquemas Ponzi), que se multiplican en esta era de hiperconectividad e historias de ganancias fabulosas a partir de alternativas de inversión antes desconocidas, como las criptomonedas, y oportunidades -reales o ficticias- que ofrecen los cambios en el funcionamiento de la economía a partir de la irrupción de la pandemia.

“Lo he dicho 300 veces, pero el público se renueva y las estafas también. Rajen de cualquier propuesta que les ofrezca 17% mensual en dólares (incluso de las que les ofrezcan 17% anual); es un Ponzi”, tuiteó este fin de semana el economista y diputado nacional (UCR-JxC) Martín Tetaz, quien suele patrullar la frontera entre la economía y la psicología.

El posteo generó numerosas reacciones, desde el tema de las apuestas (“menos que menos, tremenda estafa la de apuestas deportivas”, respondió Tetaz) hasta las promesas del mundo cripto y el ecosistema DeFi (Finanzas Descentralizadas).

Otro tuitero preguntó si los bonos argentinos, que rinden más del 17 % anual son un “Ponzi implícito”, a lo que Tetaz explicó que “por eso tienen una probabilidad implícita de default del 95%”.

“Las Leliqs ofrecen 30% anual, me parece que la codicia vence al miedo y el sentido común”, observó un tercero. Y replicó Tetaz: “38% y en pesos … es menos que la inflación”.

El tuit de Tetaz aconsejando "rajar" de cualquier oferta que ofrezca altos rendimientos en dólares

Otro participante observó que alguien que ofrece quintuplicar o duplicar los rendimientos del mercado “no necesita levantar guita de nadie”, un buen principio para olfatear trampas y chapucerías como las que ofrecía Leonardo Cositorto, el factótum de Generación Zoe SA, firma a la cual la CNV le inició un sumario administrativo que alcanza también a la “Universidad del Trading SA” y a Cositorto, quien se presenta como CEO de la firma, “por la posible realización de oferta pública e intermediación irregular en el ámbito del mercado de capitales”.

La Comisión anticipó también la emisión de una alerta internacional en el portal de IOSCO –organización internacional que agrupa a todos los reguladores del mercado de capitales del mundo- y comunicaciones específicas a los reguladores de Colombia, España y Paraguay –países donde también se detectó actividad de Zoe/Cositorto y un alerta a los demás reguladores y al público inversor en general.

Criptomoneda propia

Generación Zoe tiene su propia criptomoneda, un pie en el mundo del fútbol y ofrece “coaching ontológico”, educación financiera y hasta espiritual. Cositorto habla como un predicador, notó un portal de Villa María que llegó a entrevistarlo. A través de su “billetera digital”, Cositorto prometía rendimientos en dólares del 7,5 al 10% mensual y de hasta el 120% anual y aseguraba ser el fundador y presidente de la Confederación Mundial y la Asociación Latinoamericana de Coaches. Sus “cursos de formación costaban hasta 8.000 dólares pero –ofrecía- “con Generación Zoe los tenés incluidos con solo hacer una inversión de 500 o de 1.000 dólares en adelante”.

Cositorto habla como un predicador, notó un portal de Villa María que llegó a entrevistarlo

Ya en octubre la CNV había intimado a las empresas y a Cositorto “al cese inmediato en todo el país de cualquier ofrecimiento público de negociación o de otro acto jurídico con valores negociables dirigido a personas en general, sectores o grupos determinados”. Pero Cositorto siguió ofreciendo su elixir financiero, un esquema piramidal consistente en ofrecer un rendimiento mensual que se agranda a medida que quienes entran reclutan a su turno nuevos participantes.

Cositorto, exhortando a sus seguidores a vencer el miedo. Pero a menudo el miedo no es zonzo.

Las recomendaciones para evitar fraudes son de sentido común: hacer preguntas, ya que los estafadores esperan no ser investigados y presionan por decisiones ràpidas; desconfiar de ofertas no solicitadas, en especial si no hay información sobre ellas más que las que ofrece el oferente; investigar, protegerse en internet con configuraciones de privacidad restrictivas y otras recomendaciones parecidas.

Una “guía de protección a las personas inversoras” elaborado por la subgerencia de protección de inversiones de la CNV dice, respecto de fraudes y estafas, que hay tres tipos principales: 1) aquellas completamente falsas, 2) aquellas en que la inversión existe, pero el dinero que se entrega se destina a otra cosa, y 3) aquellas en que la persona estafadora dice que representa a una empresa de inversión conocida, pero miente.

Cuando la limosna es grande....

“En cualquier caso, el dinero que se ‘invierte’ va directamente a la cuenta bancaria de la persona estafadora y no a una inversión real”, dice la guía. Cualquiera puede ser estafado y si bien hay muchas variedades de estafa, hay ciertas carnadas a las que conviene estar atentos, a saber:

-Rendimientos elevados y rápidos o, a veces, beneficios libres de impuestos;

-Inversiones en acciones, hipotecas, bienes inmuebles o divisas virtuales, planes de “alta rentabilidad”, Forex (mercado de divisas);

-Oportunidad sin o con poco riesgo, porque –se promete- el inversor “puede vender en cualquier momento”, puede “obtener un reembolso en caso de incumplimiento”, tiene “aseguradas las transacciones”, “puede cambiar una inversión por otra” o el profeta salvador dispuesto a compartir la fórmula del éxito tiene “información privilegiada, que otros supuestamente no poseen, o la oportunidad de invertir antes de la salida al mercado de capitales o descuentos para las primeras personas inversoras”.

Otras cuestiones, más formales, a tener en cuenta, son que una inversión muy probablemente es una estafa si la persona o empresa que la ofrece no está inscripto o matriculada en la CNV o dice que no necesita estarlo; es muy reiterativo en su comunicación, urge decisiones rápidas para no “perder la oportunidad”; ofrece prospectos, folletos, certificados de acciones o recibos de aspecto profesional, con información no disponible ni en la CNV ni en ningún otro lugar chequeable

Ante cualquiera de esas señales, la guía recomienda “cortar la comunicación y contactarse con la Oficina de Atención al Inversor de la CNV para consultar por la veracidad de la o las ofertas.

Los tipos de estafa son numerosos, pueden incluir información falsa o engañosa u oportunidades ficticias en acciones, bonos, pagarés, commodities, divisas, incluso propiedades, y adoptar muchas formas. Las más tipificadas o habituales son los esquemas piramidales, basadas en la búsqueda constante de nuevos participantes. El “esquema Ponzi” es un tipo concreto, por Charles Ponzi, que en la década del veinte del siglo pasado convenció a miles de personas para que invirtieran en un complejo plan con sellos de correos.

Inflación de expectativas

Otro tipo de estafa es el Pump & Dump (o inflar y desechar), en el que una persona compra deliberadamente acciones de una empresa pequeña y poco cotizada o criptoactivos a un precio muy bajo y luego difunde información falsa para despertar el interés en la acción o activo y así aumentar su precio, creando una demanda a precios cada vez màs altos, hasta que desaparece y deja a los inversores colgados del pincel, con un producto sin ningún valor. “Essta operatoria se lleva adelante a través de redes sociales, boletines de noticias en línea, correos electrónicos de spam o mensajes de texto”, dice la guía.

Otros fraudes tipificados son las “comisiones por adelantado” o las estafas a través de plataformas virtuales o empresas domiciliadas en el extranjero por internet, particularmente difícil de detectar por los organismos de control, o el “fraude por afinidad”, cuando se interpela a algún grupo que se enorgullece de sus características compartidas (profesionales, religiosos, étnicos, ancianos, militares, etc) por personas que simulan ser miembros del grupo o se aprovechan de la confianza y la amistad de alguien, en particular si es bien reputado, que pertenece al mismo. Y también està el “fraude avalado por famosos”, como deportistas, artistas, influencers, que respaldan un producto o línea de productos y servicios e incluso oportunidades de inversión. El respaldo de una persona famosa no significa que una inversión sea legítima o apropiada para todas las personas inversoras, dice la guía. Y agrega que los famosos, como cualquier otra persona, pueden ser engañados para participar en un plan fraudulento, ya que no suelen tener la suficiente experiencia para garantizar que una inversión sea legal o adecuada.

Guarda los sesgos

Además de la sagacidad y osadía del victimario, la posibilidad de estafas depende también de los “sesgos” de las potenciales víctimas, tales como “ilusión de control” (sobreestimar la influencia de uno mismo sobre algo que en verdad no controla, lo que lleva a asumir riesgos excesivos y olvidar que la rentabilidad siempre va asociada al riesgo); “sesgo de confirmación” (por el cual las personas “compran” cualquier cosa que coincida con sus creencias, con lo cual prescinden del análisis de lo que están haciendo), “anclaje” (privilegiar lo que uno cree ya saber y desechar cualquier dato o información que lo contradiga, lo que también lleva a una subestimación de riesgos) y “autoridad” (consiste en sobreestimar la habilidad o capacidad de ciertas personas, lo que las vuelve susceptibles a aceptar consejos sin evaluar posibles consecuencias), entre otras (ver abajo)

Sesgos propios, riesgos asociados y consejos para evitar ser victima de una estafa

El 22 de octubre pasado, la CNV había informado en su página, como alerta de “protección al inversor” que “el Sr. Leonardo COSITORTO (DNI N° 21.552.225), GENERACIÓN ZOE S.A. y UNIVERSIDAD DEL TRADING S.A. no se encuentra autorizada a operar en la oferta pública y/o a ofrecer la realización de cualquier acto jurídico con valores negociables en todo el territorio de la REPÚBLICA ARGENTINA, dirigido a personas en general o a sectores o grupos determinados”. Y precisaba también los sitios web identificados a través de los que operaba.

La más reciente notificación, el viernes pasado, alertaba por caso que “el Sr. Lautaro LOPEZ CORSICO (D.N.I. 36.275.492)” no está autorizado a operar en la oferta pública y/o a ofrecer la realización de cualquier acto jurídico con valores negociables en todo el territorio de la REPÚBLICA ARGENTINA”, notificando también los sitios web a travès de los cuales lo hace.

Este tipo de información es accesible a través de internet, pero la principal alerta es alejarse siempre de ofertas de grandes rendimientos y ganancias rápidas. Cuando son ciertas, y raramente lo son, están asociadas a enormes riesgos, incluido el de una lisa y llana estafa.

De la estafa a la guerra civil

Las grandes estafas fueron muy comunes en los países del centro y este europeos a la salida del comunismo, debido al escasísimo conocimiento popular en materia de inversiones. Un caso paradigmático fue Albania, el país más pobres de Europa, que en 1991, tras medio siglo de dictadura del stalinista Enver Hoxha, que había cerrado el país casi tanto como la actual dinastía norcoreana, tuvo sus primeras elecciones e inició el camino de la democracia y el capitalismo. Albania era tan pobre, precisó entonces un informe del Washington Post, que tras 50 años de estatismo absoluto no había un solo semáforo en todo el país (en verdad, no eran muy necesarios, pues casi no había autos) y en la capital, Tirana, había 12 ascensores, algo desconocido en el resto del país.

En medio de una población ignorante y necesitada, florecieron los esquemas Ponzi. Se calcula que hacia 1996 dos tercios de la población había invertido dinero en alguno de esos engaños. Todo explotó a principios de 1997 y llevó a una amplia insurrección que algunos caracterizaron como guerra civil: la proliferación de grupos armados obligó a casi todos a armarse, algo que pudo revertirse solo a partir de la intervención de tropas enviadas por Naciones Unidas, a las cuales Italia aportó más de 7.000 soldados.

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