El Directorio del Banco Central anunció ayer la puesta en marcha de un conjunto de medidas destinadas a reconfigurar los instrumentos de la política monetaria, entre los que se destaca un aumento de 2 puntos porcentuales en la tasa de interés de 38% a 40% anual y la suba de los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos, con el propósito de mejorar el retorno de las colocaciones a plazo en pesos y evitar que éstos queden retrasados respecto a la inflación de este año.
Cabe destacar que la suba de tasas fue un pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco de las negociaciones por una restructuración del acuerdo stand by por USD 44 mil millones.
Pero, ¿alcanza este incremento de la tasa de interés para estimular la demanda de pesos y evitar que los ahorristas busquen refugio en el dólar, en un contexto de escasez de divisas y en el que los analistas esperan una inflación para 2022 por encima del 50%?
La tasa seguiría siendo negativa en términos reales y los plazos fijos seguirían corriendo detrás de la suba de precios
Según dispuso la autoridad monetaria, el nuevo piso de interés para los plazos fijos para personas humanas pasa a ser del 39% anual para las imposiciones a 30 días, mientras que para el resto de los depositantes del sistema financiero la tasa mínima garantizada será de 37% anual.
De esta manera, la Tasa Efectiva Anual (TEA) para los plazos fijos es de 46,8%, mientras que los analistas que releva el Banco Central todos los meses esperan una inflación del 52,1% en 2022, de acuerdo con el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Esto quiere decir que la tasa seguiría siendo negativa en términos reales y los plazos fijos seguirían corriendo detrás de la suba de precios.
Nicolás Alonzo, economista principal de la consultora Ferreres dijo a Infobae: “No creo que sea muy relevante esta suba de la tasa de plazos fijos. Solo es una señal muy preliminar, pero que tendrá que consolidarse en lo que viene”.
Por poner un ejemplo, afirmó que las expectativas de inflación saltaron 6,7 puntos porcentuales en los últimos tres meses, y las de devaluación 11,5 puntos porcentuales, por lo que “la corrección de tasas ni siquiera corrige la caída de las tasas reales que se produzco en el último tiempo”.
“Estamos esperando una inflación punta a punta de 57% para 2022, así que esto no es suficiente. Sin embargo se espera que sea un paso inicial hacia un esquema de tasas reales positivas, y de ser así, se deberían observar correcciones adicionales en los próximos meses”, opinó.
“No creo que sea muy relevante esta suba de la tasa de plazos fijos. Solo es una señal muy preliminar, pero que tendrá que consolidarse en lo que viene” (Alonzo)
Por su parte, el director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, dijo a este medio que los plazos fijos a una tasa menor se venían sosteniendo en 2021, aunque los que más crecían eran los plazos fijos atados UVA (atados a la inflación) que otorgaron un rendimiento anual del 41% en el acumulado del año.
“Los que apostaron al dólar oficial, paralelo o blue tampoco estuvieron por encima de la evolución de precios del 51% el año pasado. No hubo muchas alternativas para ganarle a la inflación salvo en algunos bonos. En ese marco, la tasa hoy sigue siendo negativa y tampoco se esperaba que diera un salto de 15 puntos. Se espera sí que haya correcciones graduales a medida que se avance con el FMI. Esta suba de la tasa es un guiño solamente, ya que sigue siendo real negativa”, analizó.
“A los argentinos les cuesta conseguir otro refugio contra la inflación por fuera de los plazos fijos. Han ido por el dólar y las criptomonedas en 2021. No obstante, el primero tiene un retraso sobre la inflación mientras que los criptoactivos son muy volátiles. El Bitcoin, punta a punta, tuvo un rendimiento real del 37% en 2021, es decir que tampoco le ganó a la inflación”, añadió.
Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, afirmó que la suba de tasas de los plazos fijos va en línea con la suba de la tasa de política monetaria. Sin embargo, aclaró: “Lejos esta de convertir a los plazos fijos en una opción atractiva para los ahorristas. Con la última modificación, la tasa mínima anual nominal para un plazo fijo a 30 días se ubicó en 39%, dando una tasa efectiva anual de 46,8%, más de 5 puntos por debajo de la inflación esperada promedio (52%) y muy lejos de las previsiones de algunos analistas que hablan de inflación en el orden del 60% para 2022″.
“Con la última modificación, la tasa mínima anual nominal para un plazo fijo a 30 días se ubicó en 39%, dando una tasa efectiva anual de 46,8%, más de 5 puntos por debajo de la inflación esperada promedio (52%) y muy lejos de las previsiones para 2022″ (Martí)
En consecuencia, para el economista los plazos fijos tradicionales seguirán siendo un instrumento débil para defender los ahorros frente a la inflación y, menos aún, como instrumento financiero para tener ganancias reales.
En cambio, dijo que “lo más seguro es que en 2022 sigan ganando atractivo los plazos fijo UVA y otros instrumentos financieros ajustados por CER. Y también, ante las expectativas de devaluación que existen, aquellos instrumentos atados a la evolución del dólar, como pueden ser los CEDEARs”.
En un comunicado de prensa, el organismo que conduce Miguel Pesce dijo que las medidas apuntan a “continuar acompañando el sendero de recuperación y reforzar las condiciones de estabilidad monetaria, cambiaria y financiera”.
“El nuevo nivel de la tasa de interés de política monetaria se adecua con los objetivos y planes del BCRA para el año 2022, en los que las autoridades establecieron como meta fijar el sendero de la tasa de interés de política de manera de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, y de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria”, se sostuvo.
El Banco Central señaló que “a lo largo del 2022, se espera que cedan los factores que presionaron sobre el nivel general de precios” y manifestó su convencimiento en que “la política cambiaria y de tasas de interés, junto con una administración prudente de la liquidez, contribuirán a mejorar las expectativas cambiarias”.
La carrera contra el dólar
Si bien los ahorristas tienden a refugiarse en el dólar para no perder contra la alta inflación que existe en el país –por lo menos en los casos más conservadores– no siempre resulta la mejor inversión.
Tal como indicó Infobae esta semana, el año pasado la divisa resultó una de las peores opciones para los ahorristas. A lo largo del 2021, el dólar libre subió apenas un 25%, pasando de $166 a 208 pesos siendo cualquier otra opción de inversión en pesos ampliamente superadora.
En 2021 la tasa anual fue 38%, pero la tasa efectiva (que surge de esa reinversión mensual de los intereses) se acercó al 44% anual en pesos. O sea que prácticamente una inversión a tasa fija en pesos le sacó 20 puntos al dólar.
A modo de ejemplo, si alguien hubiera invertido $100.000 en dólares, hubiera terminado el 2021 con 125.000 pesos. En cambio, si ese dinero se invertía en un plazo fijo hubiera finalizado el año con casi 144.000 pesos.
Todavía más atractivo hubiera sido invertir en un plazo fijo ajustado por UVA, es decir inflación minorista, ya que en ese caso el rendimiento superó el 50% en el año. En el mismo ejemplo, el inversor hubiera terminado con poco más de 150.000 pesos.
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