El peso argentino fue una de las monedas del mundo que más se devaluó en 2021: sólo la castigada lira turca lo superó

La moneda de Turquía se encuentra envuelta en su propia crisis política y monetaria. El peso argentino, en cambio, se destacó entre las moneda emergentes a pesar de que su precio fue administrado por el Banco Central

La moneda argentina se destacó en el mundo y en la región como una de las que más valor perdió frente al dólar estadounidense. REUTERS/Agustin Marcarian/Ilustración

El peso argentino fue la segunda moneda emergente con peor desempeño frente al dólar estadounidense a lo largo del año pasado. La moneda local perdió casi 17% de su valor medido en dólares en 2021, un desempeño que sólo fue superado por la Lira turca, que se derrumbó casi 45% en medio de presiones del poder Ejecutivo sobre el banco central de ese país.

Los números surgen de un indicador de Bloomberg que compara el desempeño de monedas emergentes. El peso argentino cayó de la mano de varias monedas de la región: el peso colombiano, el sol peruano y el real brasileño también perdieron terreno durante el año que terminó la semana pasada frente al dólar estadounidense. Pero, en la región, el peso argentino se destacó entretodos.

La moneda colombiana perdió 15,9%, la de Perú 8,32% y la brasileña 7,38%.

Más aún, el peso argentino se destacó por sus pérdidas tanto en la región como a nivel global a pesar de estar en un régimen de tipo de cambio administrado que limitó las subas del dólar en el mercado local. El monitor de monedas emergentes de Bloomberg sigue el desempeño de las cotizaciones oficiales, no presta atención a tipos de cambio financieros o paralelos.

A lo largo de 2021, el Banco Central de la Argentina condujo una suba gradual y suave del dólar. Tanto su presidente, Miguel Pesce, como el ministro de Economía, Martín Guzmán, hicieron explícita esta estrategia que se profundizó aún más luego de que en marzo último el índice de precios al consumidor del Indec sorprendiera con un salto del 4,8%.

La conducción del deslizamiento del tipo de cambio, al menos hasta la llegada de los congelamientos de precios más cerca de fin de año, fue el eje de la política paliativa que se aplicó para intentar reducir el ritmo de avance del nivel general de precios.

Ninguno de los diferentes tipos de cambio que conviven en el mercado local consiguió al menos acercarse a la inflación anual del 50 por ciento. La evolución de la cotización del dólar libre acumuló a un día de cerrar el mes y el año financiero un incremento de 25,9% respecto del nivel de cierre de 2020, en valores récord de $209 para la venta. La suba del dólar oficial, la inversa de la devaluación del peso, fue del 22%.

A noviembre, el IPC del Indec se movía a una tasa del 51,2% interanual, muy por encima del deslizamiento del dólar oficial lo que se tradujo como una apreciación del tipo de cambio formal que el propio Banco Central buscará desanadar este año.

Así lo entiende el consenso de analistas que responde cada mes el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central. En la última encuesta, la mediana de expectativas llegó a esperar un dólar de $161 para diciembre de 2022. Estimaciones de máxima, que suponen la necesidad de un ajuste mayor del dólar oficial en el marco de un acuerdo con el FMI, llegan hasta $180 para fin de año.

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