En las últimas horas circularon algunas versiones tanto de analistas financieros como de acreedores de la deuda externa argentina respecto a la idea de que el Banco Central estaría vendiendo oro de sus tenencias con el propósito de mitigar la caída de sus reservas, sobre todo teniendo en cuenta que aún no existe un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) respecto a la deuda de USD 44.000 millones y que el Gobierno deberá afrontar vencimientos de deuda en el corto plazo. En ese marco, fuentes de la autoridad monetaria desmintieron a Infobae esas versiones y afirmaron que no se está vendiendo el oro de la entidad.
“Es una versión disparatada”, destacaron las fuentes. Asimismo, afirmaron que “los balances semanales del BCRA reflejan las inversiones financieras que normalmente realiza el área de Administración de las Reservas a los efectos de obtener la rentabilidad pautada en los planes anuales”.
“Esas inversiones financieras siguen las pautas usuales de los bancos centrales y están sujetas a los controles de auditoria interna y externa y de la Auditoría General de la Nación (AGN). Estas operaciones se vienen realizando desde 2016 en forma periódica”, detallaron a este medio.
Y remarcaron: “En ningún momento esto significa que se modifique la posición de tenencia de oro en las reservas del BCRA”.
Cabe recordar que un grupo de bonistas extranjeros que entraron en los últimos dos canjes de deuda cuestionaron la baja cantidad de reservas del Banco Central pese a que Argentina tuvo en 2021 una cosecha récord y precios máximos, sumado al ingreso de dólares como consecuencia de un giro hecho por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Se trata del grupo de acreedores representado por el abogado que logró embargar temporalmente La Fragata Libertad hace nueve años.
“A pesar de una cosecha récord, precios máximos de una década y una ganancia inesperada de DEG de 4.300 millones de dólares, Argentina finaliza 2021 con reservas netas de 2.600 millones de dólares. Y parece que el BCRA ha recurrido a la venta de oro. Todo al servicio de un esquema de divisas descabellado que eleva la política por encima de la economía sólida. Argenzuela?”, publicó en Twitter el grupo de bonistas extranjeros denominado Argentina Exchange Bondholders.
De esta manera, los acreedores plantearon también que el Banco Central que conduce Miguel Pesce, estaría vendiendo oro como forma de sostener sus escasas reservas en medio de grandes compromisos de deuda que debe asumir la Argentina en 2022. No obstante, fuentes de la autoridad monetaria lo desmintieron.
En línea con los bonistas, un analista del mercado también planteó las posibilidad de que el Central estuviera vendiendo oro. Se trata de estratega de Max Capital, Joaquín Pastor, quien publicó días atrás en Twitter que “la línea oro en el balance del BCRA cayó bastante en las últimas 2 semanas”.
“El primer dato (balance al 15-dic) nos pareció sospechoso pero una golondrina no hace verano. Ahora se conocieron datos al 23-dic. En estas 2 semanas el oro cayó en USD 218 millones (-6%), mientras que el precio internacional en el mismo período subió 43 USD por onza (2%)”, afirmó.
Y cuestionó: “¿Están vendiendo el oro? En el pasado hubo momentos donde se dijo que se estaba vendiendo el oro y después se comprobó que no. Por las dudas fui a chequear la serie histórica. Comparando la cantidad de onzas que surgen de declarado por el BCRA al FMI todos los meses (marcadores grises - ´Normas Especiales para la Divulgación de Datos´) y lo que da el implícito que surge del balance y el precio internacional, acá parece que alguna operación hay”, destacó.
Sin embargo, aclaró: “No necesariamente están vendiéndolo; tal vez lo usan como colateral para alguna operación de crédito... Ya nos enteraremos?”.
En ese sentido, Pastor dijo que hay tres alternativas. “Directamente vendieron el oro (sería raro), algo pasó con la calidad del oro (en teoríiiiia puede pasar que si el tipo de oro cambia o algo así puede haber cambios en esa cuenta), o lo swapearon para conseguir liquidez. La 3ra parece la más probable. Veremos”.
Las reservas llegaron al cierre del 2021 con lo justo, aún con un calendario de vencimientos de deuda accesible, amplio superávit comercial y una salida de divisas por turismo modesta por las medidas contra la pandemia del COVID-19
No hay que perder de vista que el Gobierno terminó el 2021 con un endurecimiento extremo del “cepo”, con restricciones para los pagos en cuotas de viajes y consumos en el exterior, y las limitaciones a bancos para la disponibilidad de divisas en propia cartera, en un período en el que se advirtió una abrupta merma en los volúmenes negociados en el mercado mayorista del dólar.
Las reservas llegaron al cierre del 2021 con lo justo, aún con un calendario de vencimientos de deuda accesible, amplio superávit comercial y una salida de divisas por turismo modesta por las medidas contra la pandemia del COVID-19.
El estrés sobre las reservas se produce porque el refuerzo para los activos provino de un préstamo -los DEG del Fondo-, pero la entidad utilizó dólares líquidos para intervenir en el mercado de contado y otros USD 2.500 millones para actuar en la Bolsa, donde sacrificó divisas para comprar bonos e influir en la baja del tipo de cambio implícito del MEP y el “contado con liquidación”.
También presionaron a las reservas los pagos de deuda pública. El 22 de diciembre el Central canceló un vencimiento con el FMI por USD 1.900 millones, que consumió el refuerzo de DEG que se inyectó cuatro meses atrás.
Por eso las reservas del BCRA están otra vez cerca de sus mínimos y casi en el mismo nivel de diciembre de 2016, mientras que las reservas estrictamente líquidas -las que se utilizan para intervenir el mercado, están acercándose “a cero”.
SEGUIR LEYENDO: