Antes de que hacia marzo de 2020 la pandemia y la principal respuesta oficial al flagelo viral, la extensísima cuarentena, con su secuela de aislamiento de personas y cierre de empresas–que en muchos casos terminó siendo definitivo- irrumpieran en la Argentina, la economía ya enfrentaba el desafío de recuperar un sendero sostenible de crecimiento.
La pandemia fue un cimbronazo de magnitud, pero durante 2021 la economía se recuperó hasta alcanzar prácticamente los niveles pre-pandemia, lo cual deja planteado el desafío que ya existía: volver a crecer de manera sostenible.
Pero el desafío, observa un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que dirige el economista Nadin Argañaraz, no es igual para todos los sectores. Ni la dinámica sectorial de la última década fue igual para todos, a lo que se agrega que la pandemia generó cambios de comportamiento, en algunos casos coyunturales, en otros más profundos y quizá estructurales, que condicionan el desempeño presente y futuro.
La demanda de ocio se vio muy resentida y si bien este año tuvo una importante recuperación, hay inquietud de cuánto es factible que se recupere en 2022.
A casi dos años de la irrupción de la pandemia, muchas personas trabajan desde sus casas, lo que implica por ejemplo el no uso de transporte público o particular y otras cuestiones de logísticas, tiempos y organización, como la comida y los bienes y servicios que se usan para trabajar. Además, la demanda de ocio se vio muy resentida y si bien este año tuvo una importante recuperación, hay inquietud de cuánto es factible que se recupere en 2022.
“La tercera ola, plenamente vigente en este momento, va a tener impacto en la actividad de ciertos sectores; son muchos los aspectos en juego, por lo que no resulta viable una proyección sectorial de mediano plazo”, dice el estudio, que como punto de partida identifica sectores que crecieron, sectores que se movieron al ritmo del promedio y sectores que cayeron en el balance 2011-2021.
Tasas y proyecciones
Como observación general, y en base a los datos de los primeros tres trimestres, el estudio precisa que el PIB creció 10,8% respecto al año previo,, pero aún manteniendo esa tasa de crecimiento para todo el año, seguirá estando un 2,7% debajo del nivel alcanzado en 2011.
Lo que el estudio llama “década de estancamiento”, esconde dinámicas sectoriales muy diferentes, a saber:
Sectores que más crecieron: Allí se encuentran Pesca (37,8%), Enseñanza (18%), Servicios sociales y de salud (17,1%), Electricidad, gas y agua (14,8%), Administración pública y defensa (13,1%), y Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (8%). En conjunto, representaban el 26,2% de la actividad económica en 2011.
Sectores que crecieron en línea con el promedio de la economía: Este grupo de actividades incluye Intermediación financiera (1,6%), Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (0,4%), y Construcción (-2,1%). Representaban el 16,4% de la actividad económica en 2011. El estudio destaca además en el periodo 2012-2018, la Intermediación Financiera promedió un nivel 9,2% superior al de 2011, mientras lo opuesto sucedió con la Construcción, que declinó 4,6 por ciento.
Sectores que decrecieron respecto a 2011: Aquellos que mostraron una mayor caída decenal representaban el 57,4% de la actividad económica en 2011 y distingue dos grupos: los que crecían hasta 2019 y los que no.
Entre los primeros se encuentran Transporte y comunicaciones, que tuvo una caída del 5,5% entre 2011 y 2021, pero un crecimiento del 8,7% entre 2011 y 2019, los Hogares Privados con Servicios Domésticos, cuya economía declinó 7,6% en el último decenio, pero entre 2011 y 2019 había crecido 9,7%) y Hoteles y restaurantes, cuyo nivel de actividad cayó un brutal 40,1% si se cotejan las cifras de 2011 y 2021, pero había crecido 6,1% entre 2011 y 2019.
Entre las actividades que tenían una dinámica negativa ya antes de la pandemia el estudio consigna al Comercio mayorista, minorista y reparaciones, que muestra una declinación del 7,2% en diez años y una caída aún mayor, del 15,0%, entre 2011 y 2019. También es el caso de la Industria manufacturera (-10,9 y -18,5%, respectivamente), Explotación de minas y canteras (-12,9% y -8,7%), y Otras actividades de servicios (-18,7% y -3,7%).
El Transporte, si bien venía creciendo, cayó tanto que la recuperación de 2021 todavía lo deja lejos de los niveles de 2011; su suerte dependerá de los cambios de comportamiento laboral y otros factores. “Se podrá seguir recuperando, pero tal vez no vuelva a niveles previos, por lo menos en el corto plazo”, dice el estudio.
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