El precio del dólar tuvo un comportamiento dispar a lo largo de 2021. Gracias al estricto control de cambios que rige en el mercado argentino, el precio del billete no se disparó, ni mucho menos, aunque deja un arrastre alcista que puede afectar el desempeño económico del 2022.
Y esto esto se da porque la actividad económica todavía requiere más fuerza para afianzar un sendero de recuperación que se transforme en crecimiento. Después de tres años de notoria contracción entre 2018 y 2020, el rebote en torno al 10% para el PBI en 2021 no hizo más que nivelar con el registro del 2019. Por lo tanto, un crecimiento real, por encima de los máximos de la década anterior va a requerir expansión real en lo que resta del mandato presidencial de Alberto Fernández.
Y un dólar que se desboca es la principal amenaza para este proceso. Basta recordar que la recesión que se desató en mayo de 2018 -y se profundizó en 2020 por las medidas de aislamiento contra el coronavirus- tuvo inicio con una histórica corrida cambiaria que llevó al tipo de cambio oficial de $20 pesos a $60 en 16 meses.
¿Qué pasó en los últimos 12 meses? La realidad es que ninguno de los diferentes tipos de cambio que conviven en el mercado local consiguió al menos acercarse a la inflación anual del 50 por ciento.
La evolución de la cotización del dólar libre acumuló a un día de cerrar el mes y el año financiero un incremento de 25,9% respecto del nivel de cierre de 2020, en valores récord de $209 para la venta.
El dólar libre y el oficial subieron menos de la mitad que la tasa de inflación
Un ritmo similar exhibió el tipo de cambio oficial. El dólar mayorista, en $102,70, anota una suba de 22% en 2021. De esta forma, la brecha cambiaria superó ligeramente el umbral del 100%, se elevó a 103,5%, seis puntos porcentuales más que un año antes.
El dólar “solidario”, es decir aquel al que pueden acceder los ahorristas en bancos hasta un máximo de 200 por mes -incluidos el pago de consumos fuera del país con tarjeta de crédito-, previo recargo del 65% por la aplicación del adelanto del Impuesto a las Ganancias y el Impuesto Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), se encareció -según el promedio que publica el Banco Central- un 20%, desde $148,28 del 30 de diciembre del año pasado a poco más de 178 pesos.
El dólar contado con liqui subió 46,8% y el MEP poco más de 40%, fueron los que más se acercaron a la inflación
Las paridades que más se le acercaron a la inflación fueron los bursátiles. El “contado con liquidación” ganó 46,8%, para terminar el año en los $206 por unidad. Este tipo de cambio, que resulta de operaciones con acciones y bonos que cotizan en simultáneo en el mercado local y el exterior, permite hacerse de divisas que quedan depositadas en el exterior.
El dólar MEP, que en operaciones similares al “liqui” dejan a las divisas depositadas en una cuenta local, ascendió en 2021 un 43,6%, a la zona de 201 pesos.
Fue justamente la aplicación de estrictas regulaciones para operar dólares financieros, parcialmente flexibilizadas en 2021, lo que habilitó una suba más acelerada de los dólares bursátiles.
Nuevas regulaciones alteraron al mercado
En la reseña del año se destacó el “cepo” de divisas para las empresas aplicado en septiembre del 2020, pues el BCRA dispuso la reducción de la provisión de dólares oficiales para compañías que debían saldar compromisos con el exterior.
Las compañías necesitadas de dólares para pagar capital de deuda solo pudieron contar con el 40% de las divisas. Esto las obligó a reestructurar pasivos, apelar a los que tenían guardados en cartera o acudir al “contado con liqui” para hacer frente a sus compromisos en el exterior.
La evolución de los dólares financieros están muy sujetas a decisiones de Gobierno que no son del todo predecibles
Entre otras iniciativas, el año pasado, el BCRA eliminó la posibilidad de que los agentes financieros no residentes lleven adelante operaciones de liquidación de títulos valores contra moneda extranjera, con el fin de regular la salida de divisas mediante el mercado de capitales local.
Además, el Banco Central decidió extender hasta junio de 2022 la vigencia de las restricciones cambiarias que establecen límites en el acceso a las divisas para pagar importaciones, según la Comunicación A 7030 y en muchas otras posteriores que la actualizaron. Por lo tanto, hubo importaciones se efectuaron con divisas obtenidas en el canal bursátil.
Después de las elecciones legislativas, el BCRA dejó de intervenir sobre los dólares bursátiles y subieron las cotizaciones
También fue clave que después de las elecciones legislativas, el BCRA se abstuvo de participar en el mercado secundario de deuda, donde efectuaba operaciones de compraventa de bonos para pisar al “liqui y al MEP.
Cálculos privados cifran en un rango de USD 2.500 millones a USD 3.000 millones la pérdida de reservas líquidas del Central por esta intervención para mantener acotada la volatilidad del dólar Bolsa.
Proyecciones para 2022
El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que efectúa el Banco Central entre analistas privados resultó en una proyección del tipo de cambio oficial de $161 a fines de 2022, que implica un ascenso del cambio mayorista del 57% en los próximos doce meses.
Pero lo cierto es que ningún escenario futuro puede trazarse sin contemplar un evento crucial, previsto para el primer trimestre del año, el de un acuerdo del Gobierno con el FMI por el calendario de vencimientos del préstamo stand by, desembolsado entre 2018 y 2019, que recae con fuerza en los próximos años.
El último REM del BCRA proyecta un tipo de cambio oficial en $161 para diciembre de 2022, con un alza del 57%, acorde a la inflación esperada
“Los inversores seguirán esperando señales de avances en el acuerdo con el FMI. Probablemente recién a principios de enero se tengan más novedades, donde mientras más se acerque marzo sin acuerdo más aumentará el nerviosismo”, expresó Roberto Geretto, economista de Fundcorp.
“Los compromisos del primer trimestre del año entrante dejan al país en la cuerda floja, especulando con un posible acuerdo rápido con esa entidad y el ingreso de las exportaciones de la cosecha fina, sin reservas líquidas propias”, advirtió la consultora VatNet Research. “Si no se toman rápidas medidas consensuadas y razonadas para equilibrar las cuentas de un Estado quebrado y aumentar la productividad general, la realidad económica se va a encargar de hacerlo de manera abrupta más pronto que tarde”, agregó VatNet.
Un eventual acuerdo con el FMI -y el detalle de sus condiciones- será la clave para proyectar la suba del dólar el año próximo
“El 2022 luce desafiante: el rebote post pandemia ya ocurrió y muy posiblemente el abordaje de los desequilibrios existentes implique afrontar ciertos costos. Además, los limitantes económicos impedirán continuar profundizando la heterogeneidad nominal, por lo que esperamos que dichas variables se muevan conjuntamente en el rango del 50%”, estimó la consultora Delphos Investment.
Con tasas de inflación y devaluación que en 2022 convergerían en un 50%, las brechas cambiarias entre el dólar oficial y las paridades alternativas se mantendrían en el muy elevado umbral del 100%, el más amplio desde marzo de 1991, durante la hiperinflación.
Asimismo, un Banco Central necesitado de recomponer sus reservas líquidas estará impedido de levantar las rígidas restricciones cambiarias, que deberá mantener por largos meses e incluso años, para evitar una corrida de depósitos en pesos hacia el dólar en el corto plazo.
El economista Roberto Cachanosky explicó por A24 que “no hay dólares en el Banco Central, prácticamente; dólares en serio, no hay. Respecto de la brecha cambiaria y la distorsión de precios del dólar el acuerdo con el Fondo no va a cambiar nada, porque el FMI no va a entregar un bono. Va a decir: ¿qué me debés? ¿Tanto? Hacé una cosa, estos son los deberes que tenés que hacer. Pero no nos va a dar un solo dólar más de lo que nos prestó”.
Mientras el BCRA no acumule reservas líquidas, el cepo cambiario deberá mantenerse para evitar una corrida contra el peso
“En una economía cuasi cerrada y con cepo, las exportaciones volverán a constituirse en casi la única fuente de ingresos de divisas para abastecer las distintas demandas de dólares. Es que se espera que las otras fuentes potenciales alternativas sigan en niveles insignificantes en una economía que tiene cuasi cerrado el acceso a los mercados globales de crédito a tasas razonables y el clima regulatorio no fomenta los flujos de ingresos de capitales”, destacó la consultora Abeceb.
Abeceb pronostica exportaciones por USD 74.500 millones el año entrante, un saldo “que si bien figura en tres los cuatro mejores registros de los últimos 20 años, resultarán un 3% menores que en 2021 (USD 77.000 millones), con riesgo a que la caída sea mayor”.
La consultora no descarta “que ingrese algún recurso fresco en el marco de la firma del acuerdo con el FMI con el fin de fortalecer las reservas -quizá algo así como lo pagado por DEG en 2021, pero no será una lluvia de dólares que alteren esencialmente la dinámica esperada del mercado cambiario”.
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