A lo largo de 2021, el Gobierno implementó varios programas de controles de precios: desde los Precios Cuidados lanzados a comienzos de año, con una lista de 660 productos y actualizaciones trimestrales, hasta los Precios Congelados desde octubre —con la llegada de Roberto Feletti al cargo de secretario de Comercio Interior en reemplazo de Paula Español— cuando se elaboró una nueva lista de cerca de 1.400 productos que no fue consensuada con las empresas.
Con una inflación en alimentos que en el año (hasta noviembre) fue de 44,2%, los analistas coinciden en que los resultados del programa son solo de muy corto plazo. Y que genera una disociación entre precios y costos que es compensada con ajustes en otros productos.
En las últimas semanas, con una inflación más acelerada hacia el final del año, se fueron agregando nuevas versiones del programa, cada vez más cortas. A fines de noviembre, se congeló el precio de la carne vacuna solo durante un fin de semana largo, luego de fuertes subas en el precio de la hacienda en la semana previa.
La lista que hoy está vigente vence el próximo 7 de enero. Y desde la Secretaría de Comercio ya anticiparon que están elaborando una nueva con una cantidad similar de productos —pero más consensuada con las empresas— que tendrá vigencia por un año y un porcentaje de aumento de precios todos los meses (se irá revisando en forma trimestral). Las empresas proveedores ya enviaron sus listas donde proponen qué productos sacar del programa y por cuáles reemplazarlos, pero aun no cuentan con el OK oficial, a pesar de los pocos días que quedan para el anuncio del nuevo listado.
Las empresas proveedores ya enviaron sus listas donde proponen qué productos sacar del programa y por cuáles reemplazarlos, pero aun no cuentan con el OK oficial
“Es una negociación compleja porque es punto a punto, mano a mano”, señaló Feletti en declaraciones a Télam. Y detalló que hay “discusiones muy fuertes” en productos como la mayonesa donde incide un precio internacional como el aceite. Desde una de las compañías del sector, por ejemplo, presentaron una lista con varios productos que querían sacar del listado oficial: son los artículos premium que representan cerca del 40% de su facturación total.
El 16 de diciembre pasado se acordó mantener estable el precio del pan y de la bolsa de harina de 25 kilos (principal insumo de las panaderías) hasta el 31 de diciembre. Y luego el programa de “cortes parrilleros” con precios más económicos para cinco cortes pero solo los días 22, 23 y 24 de diciembre (previos a Navidad) y 29, 30 y 31 de diciembre (Año Nuevo).
¿Fueron efectivos estos planes de controles de precios?
El noviembre, con un índice de 2,5%, se logró una baja en la inflación que mide el Indec con respecto a los niveles de los dos meses anteriores (3,5%). Sin embargo, los especialistas destacaron que la lista de productos dentro del programa de precios congelados —que comenzó a mediados de octubre— coincidía en muchos casos con los productos más representativos, que se toman en las mediciones.
En el corto plazo, en el IPC mostró una baja de la inflación. Pero hacia adelante no puede persistir en todo tiempo (Menescaldi)
“El programa tuvo su efecto; en noviembre, los precios tuvieron una cierta desaceleración en particular en consumo masivo. Eso se debió a que el programa tiene una particularidad que coincide con las pruebas que mide el Indec, que de cada producto toma la variedad más representativa. El programa atacó esos productos. Eso permitió tener un gran alcance del programa en la medición del IPC. En GBA alcanzó el 13% de los productos relevados”, detalló Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora EcoGo.
“En el corto plazo, en el IPC mostró una baja de la inflación. Pero hacia adelante no puede persistir en todo tiempo. Las empresas de alimentos necesitan rentabilidad y probablemente si bien algún precio bajó y Precios Cuidados no aumenta, van a aumentar el resto de los precios o eventualmente lo van a discontinuar. Sirve para el cortísimo plazo. Para un mediano plazo la efectividad para la baja de inflación pasa por una consistencia entre lo monetario, cambiario y la política salarial”, agregó.
“El alcance de los congelamientos de precios en un contexto de fuerte inflación general es por definición un plan de corto plazo y alcanza a un universo de productos limitado. Es un paliativo temporario hasta encontrar soluciones de fondo de carácter macroeconómico”, señaló el economista Pablo Besmedrisnik, director de la consultora Invenómica.
“Las empresas encastran los productos con precios cuidados en sus canastas de bienes, de forma tal de lograr que los precios promedio a los que venden se alineen con el aumento de sus costos, específicamente insumos, mano de obra y el dólar. La sujeción artificial de precios que impliquen una disociación respecto de los costos necesariamente será compensada con ajustes en otros productos y el resultado final en el mediano y largo plazo será por lo menos pobre”, agregó.
La sujeción artificial de precios que impliquen una disociación respecto de los costos necesariamente será compensada con ajustes en otros productos y el resultado final en el mediano y largo plazo será por lo menos pobre (Besmedrisnik)
Con todo, advirtió que si los productores no pueden generar esa compensación, en un contexto de presión importante desde el lado de los costos, el desabastecimiento es una posibilidad porque ninguna empresa venderá a pérdida.
“En muchas ocasiones el plan de precios cuidados se constituye en una herramienta de marketing de las grandes empresas para ganar participación en segmentos o canales, y apuntar a vender productos no regulados y con mayores márgenes. Pero la contribución a limitar el aumento de precios es restringida”, señaló Besmedrisnik.
Por otro lado, se genera un “efecto confusión” sobre el consumidor: los productos incluidos en Precios Cuidados no suelen estar abarcados en las promociones específicas de los supermercados y de los bancos.
Luego de 36 meses consecutivos en los cuales la inflación interanual de los alimentos fue superior al nivel general, en los meses de octubre y noviembre se invirtió la tendencia. “Si bien hubo factores externos que contribuyeron a que la inflación de alimentos sea superior al promedio durante tres años completos, quedó demostrado que la política de congelamiento de precios no es eficaz en el mediano y largo plazo”, apuntó el economista.
“Las regulaciones de los precios finales de los alimentos, en conjunto con el congelamiento de tarifas y especialmente la contención del dólar oficial, demostraron ser insuficientes para frenar los precios de los alimentos y evitar la profundización inflación. Los congelamientos no solo no pueden tapar los desequilibrios económicos que encuentran en la inflación su expresión más cabal, sino que exacerban las expectativas de mayor inestabilidad e inflación en el mediano plazo”, concluyó.
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