La demanda de pesos de fin de año, cuando para pagar aguinaldo y otras erogaciones las empresas recurren a vender parte de sus tenencias de dólares y algo similar hacen las familias para bancar las fiestas y regalos de fin de año, así como una parte sustancial de sus gastos vacacionales, no alcanzó para contener el dólar blue, que cerró en $ 204 en las vísperas de Navidad.
Parte de la respuesta al por qué de esta situación está en un informe publicado el jueves por la consultora Equilibra. “Hasta mediados de diciembre –precisa un pasaje- el Banco Central le giró al Tesoro $ 345.000 millones a través de adelantos transitorios, mientras que el Tesoro obtuvo financiamiento neto en el mercado de deuda local por AR$ 133.500 millones (AR$ 127.591 millones si consideramos el valor nominal adjudicado)”.
Sucede que, según los cálculos contenidos en el informe del equipo encabezado por el director ejecutivo, Martín Rapetti, el director de análisis macroeconómico, Lorenzo Sigaut Gravina, y la economista-jefe, Lorena Giorgio, el déficit primario del último mes del año,, que en el último quinquenio promedió 0,9% del PBI, con un máximo de 1,1% en 2017 (por anticipo de pagos a Cammesa, la administradora del mercado mayorista eléctrico) y en 2020, será de $ 452.000 millones, cerca de 1% del PBI, por un motivo parecido al récord de 2017, el anticipo de pagos de subsidios.
Pero eso no es todo: el próximo jueves Economía hará la última licitación del año, ejercicio al que ya se habituó en su bicicleta fija y que cuando sobrecumple metas el ministro Martín Guzmán llama “financiamiento neto positivo” a lo que en otras circunstancias llamaría simplemente “deuda”.
Según Equilibra, la licitación del 29 de diciembre “será la más desafiante del mes”. Al respecto, precisa: vencen $ 282.995 millones) y difícilmente el ratio de roll-over alcance el 100%; estimamos que el BCRA deberá asistir al Tesoro en al menos unos AR$ 50.000 millones adicionales hacia fin de mes”.
Sumado a los $ 345.000 millones con que la entidad ya asistió al Tesoro, la asistencia total bordeará los $ 400.000 millones, si es que no aparece alguna otra cuenta en el medio que haga superar esa cifra.
El Central debería asistir al Tesoro en $ 50.000 millones más por sobre los 345.000 millones que le transfirió en lo que va del mes
¿Qué efectos puede tener esto? Por de pronto, una mayor presión inflacionaria, en la medida que la gente busque desprenderse de la sobreoferta de pesos.
“Hay que monitorear de cerca cómo cierra el programa financiero de diciembre, porque cuantos más pesos inyecte el Central este mes, mayor será el desbalance monetario en el primer bimestre de 2022, pues se diluye la estacionalidad positiva que suele mostrar la demanda de dinero a fin de año en un contexto de creciente escasez de divisas”, advirtió Equilibra.
Pesos y estaciones
En otras palabras, así como en diciembre empresas y familias demandan más pesos, en enero y febrero el fenómeno empieza a revertirse, con lo que los $ 400.000 millones de diciembre probablemente vuelvan como resaca monetaria en los meses calientes del verano 2022.
La tensión monetaria se deriva a su vez de previas peripecias fiscales. Como nota el mismo informe, los subsidios económicos registraron en noviembre una suba real del 58,4% interanual y en términos del PBI treparon hasta 2,7% del PBI. De hecho, como muestra el gráfico de abajo, en los primeros once meses de 2021 el gasto en subsidios, en porcentaje del PBI, ya superó el nivel de todo el año pasado.
Se trata de una de las canillas más significativas del déficit fiscal, al punto que los economistas energéticos Alejandro Einstoss y Julián Rojo calcularon que cerrarán el año en USD 10.500 millones y que explican prácticamente el 100% del déficit fiscal. En esa cuenta están los fondos para Cammesa (la administradora del mercado eléctrico, que compensa a las distribuidoras por el mantenimiento de las tarifas) y otras empresas, como Yacimiento Carboníferos de Río Turbio y, en el sector transporte, las empresas ferroviarias y Aerolíneas Argentinas.
Para poder afrontar esas cuentas, el Banco Central provee. La contrapartida es la resaca monetaria que dejará para enero y febrero cuando, como dice el informe de Equilibra, “se diluye la estacionalidad positiva que suele mostrar la demanda de dinero a fin de año en un contexto de creciente escasez de divisas”
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