La Argentina se ubicó en el lugar 148 del ranking de Libertad Económica elaborado por una entidad norteamericana de orientación conservadora.
Según el Index of Economic Freedom 2021 de la Heritage Foundation, en una escala de cero a cien, el país obtuvo 52,7 puntos, una calificación inferior al 53,1 de la edición 2020. Aun así, ascendió un lugar en el ranking, al pasar del puesto 149 al 148, pero eso debió a que la reciente edición abarcó 178 países, contra los 180 que habían sido incluidos el año pasado.
Los cinco países mejor calificados, aquellos con mayores grados de libertad económica, son Singapur, Nueva Zelanda, Australia, Suiza e Irlanda; sus puntajes van a de 89,7 a 81,4, en tanto los cinco del extremo opuesto son, de abajo hacia arriba, Corea del Norte, Venezuela, Cuba, Sudán y Zimbabwe, con notas que van del 5,2 del régimen totalitario de Kim-Jong un a 39,5 en el caso del país africano, uno de los que comparte con la Argentina el Top 10 de inflación y devaluación de su moneda.
Cinco grupos de países
El informe diferencia cinco grupos de países, según su grado de libertad económica: libres (puntaje de 80 a 100), mayormente libres (de 70 a 79,9), moderadamente libres (60 a 69,9), mayormente no libres (50 a 5,9) y reprimidos (0 a 49,9).
La Argentina es identificada así como una economía “mayormente no libre”. Su puntaje de 52,7 puntos es inferior a los promedios mundial (61,6) y regional (59,5). En el ranking general aparece inmediatamente después de Brasil, Camerún, Malawi, Afganistán y Dominica, una isla del Caribe, y precede a Ecuador, Sierra Leona, Etiopía y Pakistán. A nivel regional, entre los 32 países de “las Américas”, ocupa el puesto 26, con una calificación general inferior a la de países como Guyana y Nicaragua y levemente mejor que las de Haití, Surinam y Bolivia.
De este modo, según el índice, en la Argentina el grado de “libertad económica” sería inferior al que existe en Afganistán bajo el régimen Talibán, conclusión que luce exagerada.
La Fundación elabora su ranking desde 1995; la Argentina recibió ese año una calificación de 68 puntos. El año de mejor nota fue 1997 (73,9 puntos). No necesariamente un mejor puntaje implica prosperidad económica: de hecho, el país obtuvo una calificación de 68,6 en 2001, año al cabo del cual se derrumbó la convertibilidad uno-a-uno entre el peso y el dólar y se produjo una brutal crisis socio-económica. A su vez, la peor calificación la recibió en 2016, durante el primer año del gobierno de Mauricio Macri, que había empezado a desmontar restricciones impuestas en los años previos.
Argentina obtuvo su más alta calificación en 1997 (73,9 puntos). No necesariamente un mejor puntaje implica prosperidad económica: la nota más alta del país fue en 2001, año al cabo del cual se derrumbó la convertibilidad y se produjo una brutal crisis socio-económica
El puntaje general de cada país surge del promedio de calificaciones en 4 aspectos, a su vez evaluados según 3 indicadores cada uno. El primer aspecto es “Regla de la ley”, medida a través de indicadores del derecho de propiedad, efectividad judicial e integridad del Gobierno. Un segundo aspecto es el “Tamaño del gobierno”, medido a través de la Carga Fiscal, el Gasto público y la Salud fiscal. La “eficiencia regulatoria” es medida a través de las libertades para hacer negocios, trabajar y operar financieramente. Por último , la “Apertura de mercado” se evalúa en función de los grados de libertad para comerciar, invertir y financiera.
El informe precisa que la Argentina tiene 8 acuerdos de preferencias comerciales vigentes, una tarifa promedio (ponderada) del 13,7% y 144 barreras no tarifarias. Dice también que el “pesado involucramiento” del Estado en la economía ralentiza la aprobación de inversiones y que una medida para alentar la inversión extranjera en el sector energético “ha sido pospuesta”, por el proyecto de ley de promoción de inversiones hidrocarburíferas que el Ejecutivo envió al Congreso el 14 de septiembre, desde entonces congelada en el Senado.
Lo mejor y lo peor, según el informe
Argentina obtiene los peores puntajes en “Salud Fiscal” (38,4) y “Libertad monetaria” (41,9). En sus comentarios sobre el país, el informe menciona los controles cambiario y a la importación, la “expropiación de empresas en sectores clave” y “nuevos subsidios”, medidas que -dice- “probablemente degradarán aún más la libertad económica”.
La Argentina también obtiene una nota inferior a 50 puntos (que según el criterio corresponde a las “economías reprimidas”) en “efectividad judicial” (45,7 puntos). Paradójicamente, la mejor nota es en “Carga fiscal” (70,4), aunque esto probablemente se deba más al alto grado de evasión que a la presión tributaria legal, que según un reciente estudio del Ieral de la Fundación Mediterránea es comparable e incluso superior al de países europeos de alta tributación, pero en los que los servicios del Estado en Salud, Educación y otros bienes públicos son de calidad superior a la que se observa en la Argentina.
Los recientes aumentos de alícuotas en el impuesto a los Bienes Personales y el nuevo “Consenso Fiscal” que el Gobierno nacional firmará el próximo lunes con las provincias, alentándolas a cobrar nuevos impuestos (herencia y donaciones) y aumentar otros (en especial Ingresos Brutos, el de mayor peso a nivel provincial) probablemente se reflejen en el Ranking de Libertad Económica 2022.
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