Aguinaldos, viajes al exterior y hasta el consumo de fin de año impulsan la suba del “dólar Navidad”

Paradójicamente, el buen momento del consumo le juega en contra al Gobierno por la vía del dólar libre: los comerciantes dolarizan rápidamente su facturación. También sube por la demanda de efectivo para viajar al exterior

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(Foto: Franco Fafasuli)
(Foto: Franco Fafasuli)

En un contexto de incertidumbre por el nivel de reservas en nivel crítico tras el pago de USD 1.900 millones, el miércoles, al FMI, la cotización del dólar blue acusó ayer el impacto de un contexto que cambió rotundamente respecto de los primeros días del mes. El billete en el mercado informal anotó un avance de $3,5 en el día y de $9 en los últimos 10 días cuando tocó su nivel más bajo desde las elecciones, en $195,5. En ese momento, la estacionalidad jugó su previsible rol, dada la mayor necesidad de pesos por parte de empresas para el pago de aguinaldos y el mayor gasto de las familias, típico por el movimiento de fin de año y también por el mayor turismo interno en época de vacaciones.

Sin embargo, esta semana la tendencia a la baja se frenó en seco. El punto de inflexión podría encontrarse en la falta de aprobación del Presupuesto, en el marco de la falta de avances en la negociación con el FMI y el millonario desembolso de reservas realizado para cubrir el vencimiento con el organismo. Pero lo cierto es que con ese telón de fondo, el de una macroeconomía incapaz de generar expectativas positivas, hasta el mejoramiento de algunas variables fundamentales, como el aumento del consumo, juegan paradójicamente en contra.

Las malas noticias que llegaron desde la política económica coincidieron con varios factores, también estacionales, que estimularon prematuramente una mayor presión cambiaria que se daba por descontada pero recién empezado el próximo año. El primero de esos factores, señalaron cambistas a Infobae, fue precisamente el pago de aguinaldo y bonos que cobraron trabajadores de los distintos sectores. La mayor demanda de pesos por parte de las empresas para hacer frente a esas obligaciones durante las primeras semanas del mes, se tradujo en los últimos días en mayor demanda de dólares por parte de aquellos que cobraron ese dinero, con capacidad de destinar a ahorro ese plus de fin de año.

Con todo, como es habitual, parte de la mayor liquidez de fin de año se volcó a una mayor consumo y actividad comercial. Los informes preliminares de las distintas consultoras privadas indican un movimiento mayor a 10% en términos reales respecto del año pasado, lo que es una excelente noticia para el nivel de actividad económica, aun cuando la perspectiva de corto plazo sea confusa. “El aumento del consumo no está basado en la percepción de un buen panorama por delante sino todo lo contrario: el público sabe que la inflación va a aumentar entonces se saca los pesos de encima cuanto antes, lo convierte en activos. El que tiene, además, capacidad de ahorro, compra dólares” , afirmó Augusto Posleman, analista de Portfolio Personal.

En ese sentido, las expectativas de devaluación llevan a comercios y a muchas pequeñas y medianas empresas a dolarizar los excedentes por mayores ventas, ante el temor de perder capacidad de compra a la hora de reponer stocks.

“El aumento del consumo no está basado en la percepción de un buen panorama por delante sino todo lo contrario: el público sabe que la inflación va a aumentar entonces se saca los pesos de encima. El que tiene, además, capacidad de ahorro, compra dólares” (Augusto Posleman)

En un mercado pequeño como es el blue, esos movimientos tienen alto impacto. En el Banco Central no se cansan de repetir que el mercado oficial del dólar mueve unos USD 800 millones diarios, USD 40 millones el contado con liquidación y le asignan apenas USD 1 millón al dólar blue. Con esas cifras, cualquier movimiento inusual altera rápida y notoriamente las cotizaciones.

Existe un último factor que apuntan en las casas de cambio, consecuencia directa de la suba del precio del billete que se retroalimenta, relacionado al turismo. “Los límites de las tarjetas, en dólares, son bajísimos. A una familia que viaja al exterior no le alcanzan para nada, o se tiene que llevar diez tarjetas. Se está sintiendo la compra de quienes necesitan cash para viajar”, explicó un operador.

Con la cotización paralela del dólar cerca de sus máximo preelectoral y la brecha con el oficial otra vez en la zona de 100%, la pregunta que se impone es si la suba de esta semana marca el inicio de las turbulencias que se anticipan para el verano en materia cambiaria. “No creo que haya un cambio de tendencia todavía, este movimiento de corto plazo no lo explica, eso se va a ver más cuando arranque el próximo año, sobre todo si hay demoras o dificultades con el acuerdo con Fondo Monetario”, opinó Posleman.

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