La irrupción de la variante Ómicron del coronavirus no solo trajo preocupación por los alcances sanitarios en el mundo: en los mercados globales se observó un drástico recorte de precios y recién pudo revertirse este pesimismo en las últimas tres rondas de negocios.
Por lo tanto, quedó lejos el tradicional refrán del “rally de Papá Noel” con el que se grafica la tendencia compradora que muchas veces predomina en Wall Street en el cierre de los ejercicios anuales. Sin embargo, no puede obviarse que la reciente recuperación de las cotizaciones contagió al resto de las bolsas y también a los volátiles activos argentinos.
“Si bien existe la sensación de querer dejar de lado el factor Ómicron del mercado de Wall Street, el temor en torno a este no se disipa y son más los países que propusieron restricciones para frenar la propagación, lo que podría afectar nuevamente la recuperación económica”, explicó Javier Rava, director de Rava Bursátil.
“En este sentido, junto a las dudas sobre las políticas económicas que pueda adoptar la Fed (Reserva federal de EEUU) a base de un panorama inflacionario, el contexto propone ser un desafío para los mercados tanto para los pocos días que restan del año como para todo un enero que dé inicio al año 2022″, agregó Rava.
Mientras que los índices de Wall Street progresaban cerca de 1%, los indicadores de la Bolsa de Buenos Aires subieron este jueves por compras de cobertura previo al feriado de Navidad, pues este viernes 24 no habrá negocios locales ni en Nueva York.
El índice líder S&P Merval ganó un 1,4%, a 84.850 unidades, tras ceder un 0,6% en la sesión anterior por toma de utilidades intradiarias.
En tanto, los bonos Globales en dólares subieron un leve 0,1% en promedio, con un riesgo país de JP Morgan que descendía dos enteros para la Argentina, a 1.752 puntos básicos a las 17 horas.
Aunque la tendencia fue positiva, perdura en el mercado doméstico una sensación de selectividad tras el pago del Gobierno al Fondo Monetario Internacional (FMI) por unos USD 1.900 millones, en el marco de negociaciones para refinanciar una millonaria deuda pendiente con el organismo.
El FMI publicó el miércoles una evaluación sobre el acuerdo firmado con Argentina en 2018 por USD 57.000 millones -de los que llegaron a desembolsarse unos USD 45.000 millones- en la que reconoce que sus condiciones no eran lo “suficientemente robustas” para afrontar sus problemas estructurales.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones puntualizaron que “el Fondo concluye que el programa no cumplió con su objetivo”, pues “fracasó en recuperar la confianza del mercado, reducir los desequilibrios externos y fiscales, reducir la inflación y proteger a los segmentos más vulnerables del país”.
“La estrategia del programa y los condicionantes que acompañaron no fueron lo suficientemente sólidos para afrontar los problemas estructurales de Argentina. El organismo considera que las exigencias del programa no fueron suficientes dada la debilidad de las cuentas públicas, el grado de dolarización y la elevada tasa de inflación. También destacó los límites impuestos por la fragilidad en los mecanismos de transmisión de la política monetaria con un sector financiero acotado y un sector exportador estrecho”, recordaron desde Portfolio Personal.
SEGUIR LEYENDO: