El déficit fiscal de 2021 terminará bien por debajo de lo que se había establecido en el Presupuesto para el año. Así lo informó ayer Martín Guzmán, en lo que fue una de las pocas novedades de su presentación ante la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados.
En 2020, el déficit primario había llegado a un récord de 6,4% del PBI a causa de los gastos de la pandemia. Pero la baja del rojo fiscal de este año resultó aún mayor de lo pronosticado. Hubo varios factores que explican este comportamiento, por ejemplo el aporte solidario, también llamado impuesto a la riqueza, una inflación más alta que permitió mayor recaudación y fuerte aumento de los precios internacionales de las materias primas que exporta la Argentina, que también posibilitaron mayores ingresos vía comercio exterior.
Ni siquiera el “plan platita” llegó a modificar sustancialmente la ecuación fiscal, dado que no parece haber impactado mayormente en el sobrecumplimiento de las metas.
El grueso de los recursos para hacer frente al déficit fiscal del año próximo será la emisión de títulos públicos, por un monto que prácticamente duplicará la expansión monetaria prevista
Algunos economistas como Fernando Marull sugerían ayer en redes sociales que el Gobierno tendría margen para ir hacia una reducción del déficit aún mayor. Sin embargo, Guzmán se mostró cauto al defender la idea de un aumento del gasto que permita sostener la recuperación económica del 2021, que estimó en torno al 10%.
Uno de los objetivos más ambiciosos que se impuso el ministro de Economía para el 2022, en línea con las exigencias del FMI, es reducir la emisión monetaria del Banco Central para financiar al Tesoro. El grueso de los recursos para hacer frente al déficit fiscal del año próximo será la emisión de títulos públicos, por un monto que prácticamente duplicará la expansión monetaria prevista. Incluso, también aseguró que la base monetaria se mantendrá estable en términos del Producto, lo que debería favorecer a controlar la inflación.
Para el año próximo el ajuste sería ínfimo, ya que rojo de las cuentas públicas descendería de 3,5% a 3,3%. A ese valor se le debe sumar el déficit financiero por el pago de intereses de la deuda, que lo aumenta hasta 4,9% del Producto.
Martín Guzmán adelantó que en 2022 habrá menor emisión monetaria para financiar al Tesoro y la principal fuente de financiamiento será la colocación de títulos públicos en el mercado local. El ministro reconoció que esa mayor colocación de deuda requerirá de tasas más altas
En el comunicado divulgado el viernes último, tras las reuniones en Washington con parte del equipo económico argentino, el staff del FMI enfatizó la necesidad de ir hacia una reducción del déficit fiscal para llegar a un acuerdo, aunque al mismo tiempo aseguró que ese camino se debe dar en forma “gradual”. No especificó, sin embargo, a qué velocidad debería bajar el rojo de las cuentas hasta llegar a un equilibrio fiscal. El propio organismo defendió la idea de no descuidar las necesidades sociales que enfrenta la Argentina, como también a mantener la inversión en infraestructura.
Por lo tanto, las necesidades de financiamiento para el año próximo ascienden casi a 3 billones de pesos. ¿De dónde saldrán los recursos para hacer frente a este agujero fiscal? Un 1,8% del PBI provendrá de adelantos transitorios del Banco Central, equivalente a 1,1 billones de pesos. Esto significa que el 37% de las necesidades financieras provendrán de expansión monetaria. En cuanto a recursos frescos de organismos internacionales serán 1,1% del Producto, por un total de $ 676.000 millones. Pero el mayor volumen del financiamiento tendrá como origen la colocación de títulos públicos por parte del Gobierno. Se trata del equivalente a 2% del PBI, por un volumen total de 1,2 billones de pesos.
El diputado Luciano Laspina, integrante del bloque PRO en la comisión de Presupuesto, puso en duda las proyecciones: “Si no se producen todos los supuestos optimistas que maneja el Gobierno, la expansión monetaria se ubicaría en torno al 60%, lo que es muy preocupante”.
En su presentación del proyecto de Presupuesto 2022 ayer ante la comisión de Presupuesto, Guzmán explicó que para captar los fondos que precisa vía emisión de deuda en el mercado local se está avanzando en “un aumento de las tasas de interés para llevarlas a terreno positivo”, que es justamente uno de los requisitos que puso el Fondo para avanzar en un acuerdo. Ahora se está empezando a producir un “desacople” entre la tasa de Leliq y plazos fijos que establece el Central (en niveles del 38% anual en pesos) y los títulos emitidos por el Tesoro, que tienen rendimientos sustancialmente más altos (ya superan el 45% según el caso).
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