A pesar de la baja del dólar, se detuvo la euforia por los bonos de la deuda y las acciones

El precio del dólar parece contener un subsidio para los que se quieren cubrir de un futuro que no está muy claro, que ni siquiera un arreglo con el FMI solucionará

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Un operador mira su pantalla en la Bolsa de Nueva York, EEUU. 8 noviembre 2021. REUTERS/Brendan McDermid
Un operador mira su pantalla en la Bolsa de Nueva York, EEUU. 8 noviembre 2021. REUTERS/Brendan McDermid

Un fluido abastecimiento de divisas en el mercado mayorista, sumado a la oferta de empresas y privados, crearon el escenario para una notable baja de todos los tipos de dólar que cotizan en el mercado, incluido el “blue” que perdió $ 2 y bajó a $ 196.

En el mercado de futuros el dólar a fin de año cerró a $103,46 y para fin de enero a $ 108,50 (-0,14%). Llama la atención que el dólar a fin de enero sea 4,87% más caro que a fin de año ¿Quiénes apuestan a una devaluación de casi 5% en ese lapso? Si bien el cambio del anclaje a una devaluación más acelerada es una realidad, los números no proyectan un aumento de esa magnitud.

Por caso, en la plaza mayorista el dólar aumentó 11 centavos a $ 101,54 porque en la suba está incluido el feriado del miércoles. En lo que va de la semana la divisa aumentó 44 centavos sumando el sábado y domingo pasados, lo que da un promedio de 7,3 centavos diarios que casi duplica al ritmo anterior. En otras palabras, si el dólar evolucionara en esos porcentajes en un mes subiría $ 2,19, lo que equivale a 2,16% mensual, bien por debajo de la inflación, y seguiría acumulando retraso.

El error del cepo fue que el Banco Central quedó atrapado y no puede subir las tasas de interés, por lo que perdió un arma para controlar el tipo de cambio y acelerar la entrada de divisas. Si sube la tasa en pesos alentaría a los exportadores a liquidar sus posiciones y pasarse a pesos, pero, al mismo tiempo, la deuda en pesos y las Leliq en poder de los bancos se volverían ingobernables y obligarían a una mayor emisión para cancelar sus vencimientos.

Los precios del dólar, teóricamente, deberían reflejar estos problemas. Pero ¿cuánto hay de influencia por la negociación del FMI y cuanto de los problemas estacionales de diciembre? Eso se sabrá cuando comience el pago de aguinaldos y aparezcan los compradores individuales y los institucionales que quieren girar divisas al exterior. Por ahora, el precio del dólar parece un subsidio a los que se quieren cubrir de un futuro que no está muy claro y que un arreglo con el FMI no solucionará.

Pero como el Banco Central contesta a las dudas vendiendo reservas y alimentando a los importadores, el precio de la divisa baja. En esta oportunidad, la autoridad monetaria le vendió a los privados USD 90 millones que hicieron perder USD 89 millones a las reservas que quedaron en USD 41.160 millones. Perforaron el piso de USD 42.000 millones y se acercan peligrosamente a quebrar el de USD 40.000 millones que psicológicamente es el más fuerte.

Llama la atención que el dólar a fin de enero sea 4,87% más caro que a fin de año ¿Quiénes apuestan a una devaluación de casi 5% en ese lapso? Si bien el cambio del anclaje a una devaluación más acelerada es una realidad, los números no proyectan un aumento de esa magnitud.

Pero el precio de bajar al dólar es muy alto. Los bonos con los que se negocia el MEP, el AL30D, perdió 0,52% y parece que llegó el techo a la suba de los títulos de la deuda. Los GD30D que se utilizan para operar el contado con liquidación, principalmente, bajaron 0,52%. Estaban ofrecidos y no había manos que los tomen.

Esto hizo que el dólar MEP en el mercado del AL30D pierda $2,12 (-1,1%) y cierre en $195,98. Pero la gran caída fue contra el GD30 donde no hay límites de volumen para operar. En esta plaza cerró a $ 196,79 que representa una baja de $4,21. Los demás bonos de la deuda también tuvieron leves bajas y coincide con la caída de los títulos en la región.

El contado con liquidación, en el Senebi, cerró a $ 210. Bajó $ 8 (-3,7%) y dejó varios contusos. Pero la brecha entre el MEP y el contado con liquidación se redujo de 8% a 6%. En otras palabras, se abarató el costo de fugar divisas de la Argentina.

La volatilidad arrastró a la Bolsa. Los negocios bajaron a $ 1.239 millones y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 3,02%. Las mayores bajas fueron las de Transportadora Gas del Norte (-5,24%) e YPF (-5,13%).

Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- también bajaron el monto de negocios al operar $ 3.475 millones. En la rueda predominaron las bajas, arrastradas por la caída de las operaciones de contado con liquidación. Estas acciones se utilizan para triangular con dólares y pesos. Las mayores bajas fueron las de MercadoLibre (-6,5%) que siguió la tendencia al derrumbe de las tecnológicas en el Nasdaq y Tenaris con 2,6%. La contracara estuvo en Edenor que aumentó 6,2%.

La volatilidad del mercado es el preanuncio de grandes cambios. La Secretaría de Finanzas anunció su licitación del lunes y el menú está integrado por Letras de Liquidez, bonos dollar linked que ajustan por el tipo de cambio oficial y ya no resultan atractivos y, los que son la opción preferida del momento, dos Boncer que ajustan por la inflación con vencimientos el 13 de agosto de 2023 y el 25 de marzo de 2024.

Nadie duda de que el lunes, se cubrirán los vencimientos porque más de la mitad de las ofertas se orientará a los títulos indexados. El mercado, en tanto, espera nuevas medidas del Central porque sabe que no puede seguir vendiendo dólares a este ritmo.

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