La decisión de que Débora Giorgi no sea designada formalmente como subsecretaria ya estaba tomada por el propio presidente Alberto Fernández hace una semana y el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, lo sabía desde ese momento. Así lo juran miembros del equipo económico al tanto del nombramiento “fallido” de la ex ministra de Industria como funcionaria a cargo de la negociación con los empresarios de consumo masivo.
El affaire Giorgi trajo reminiscencias de un conflicto interno previo que salió a la luz de forma intempestiva en el Frente de Todos y que configuró un primer episodio del “síndrome subsecretaría”: la renuncia que no fue de Federico Basualdo en la Secretaría de Energía a fines de abril, algo que buscaba el ministro Martín Guzmán en medio de una disputa política por la dirección que debería tomar la política tarifaria. Basualdo, de terminal política en Cristina Kirchner, se mantuvo en su puesto.
El affaire Giorgi trajo reminiscencias de un conflicto interno previo que salió a la luz de forma intempestiva en el Frente de Todos y que configuró un primer episodio del “síndrome subsecretaría”: la renuncia que no fue de Federico Basualdo
El patrón se repite en el caso Giorgi: una funcionaria de segunda línea enfrentada con la conducción de su ministerio y cuya continuidad en el cargo genera un conflicto interno. A diferencia de Basualdo, la ex ministra de Industria no era formalmente funcionaria porque su designación nunca pasó por el Boletín Oficial.
“Técnicamente no es una renuncia porque nunca fue funcionaria”, mencionaba con algo de sorna un integrante del equipo económico pocas horas después de conocido el anuncio de salida que dejó trascender el entorno de Feletti. Desde ese despacho oficial apuntaron directamente contra el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, a quien acusaron de haber presionado para que el nombramiento vía Boletín Oficial de la virtual subsecretaria no terminara de salir.
Cerca de Kulfas descartan esa versión y aseguran que fue pura y exclusivamente una decisión del jefe de Estado. “Buscaba otro perfil”, aseguran desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, más allá de que se trata de un puesto de menor jerarquía. “El Presidente estaba enojado porque en las últimas semanas tuvo errores que no le gustaron”, dejaron trascender, sin mayores detalles.
La relación del jefe de la cartera productiva con Giorgi no era muy cercana ni siquiera antes de la llegada de la ex ministra de Industria al gabinete. Si bien la relación con Feletti “no es un lecho de rosas”, según aseguran cerca del ministro, reconocen que el ritmo de trabajo es aceptable para tratarse de dos funcionarios que responden políticamente a referentes distintos dentro del Frente de Todos. Kulfas, por ejemplo, no tuvo siquiera una reunión con Giorgi en los 52 días que tuvo la ahora ex funcionaria en la Secretaría de Comercio Interior.
Si bien la relación entre Kulfas y Feletti “no es un lecho de rosas”, según aseguran cerca del ministro, reconocen que el ritmo de trabajo es aceptable
No es un detalle pero tampoco es sorprendente. Kulfas fue muy crítico de la gestión de Giorgi al frente del ministerio que ahora él comanda. El libro Los tres kirchnerismos que Kulfas escribió durante el macrismo para analizar la política económica de los tres gobiernos de ese signo político incluyó fuertes críticas a la política industrial de esos años, en especial durante la segunda mitad de ciclo kirchnerista, cuando Giorgi encabezó esa área.
El ahora ministro cuestionó, por ejemplo, el fuerte déficit de divisas de la industria que en 2010 pasó de ser de poco más de 6.000 millones de dólares en 2010 hasta los 15.400 millones de dólares en 2013, según el ministro.
En ese sentido, también criticó: “Hubo una multiplicidad de acciones y programas, pero faltó una institución coordinadora con criterio estratégico. Ese papel podría haber sido cubierto por el Ministerio de Industria, pero adoleció de una mirada muy poco innovadora”, concluyó.
Según aseguran desde el equipo económico, la decisión de Alberto Fernández de no convalidar la llegada “formal” de Giorgi al gabinete ya había sido tomada desde hace una semana y Feletti conocía la decisión desde ese momento. El descargo cerca del secretario de Comercio Interior fue fulminante: “A 52 días de haber asumido el decreto presidencial con su designación no fue firmado, entendemos que por presión de Kulfas. Se cansó y acordamos que se fuera”.
Según aseguran desde el equipo económico, la decisión de Alberto Fernández de no convalidar la llegada “formal” de Giorgi al gabinete ya había sido tomada desde hace una semana y Feletti conocía la decisión desde ese momento
Las costuras del Frente de Todos quedaron una vez más expuestas en episodio traumático que muestra las dificultades con las que coexisten las tribus de la coalición de Gobierno. El capítulo entre Kulfas y la Secretaría de Comercio Interior ya había comenzado la semana pasada. Feletti había asegurando en una entrevista que la opción de aumentar retenciones estaba en análisis en el Gobierno para evitar aumentos de precios en la carne.
Dos días después el ministro de Desarrollo Productivo lo desautorizó gravemente por radio, cuando aseguró que “un funcionario no puede pensar en voz alta”. Para colmo, el fondo de la cuestión también fue motivo de inquinas internas. Tanto Kulfas como Domínguez -de buena relación con las entidades rurales- consideran que esa alternativa “no es la opción favorita” porque implicaría un desincentivo a la inversión. Feletti había dejado trascender en los últimos días un plan para aumentar escalonadamente los derechos de exportación a la carne.
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