Las exportaciones argentinas hacia Brasil se incermentaron un 99,6% de forma interanual en noviembre, al sumar USD 1.355 millones, el undécimo incremento seguido y el registro más elevado desde octubre de 2013, según informó este miércoles la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
En tanto, las importaciones desde Brasil alcanzaron los USD 1.047 millones, con un alza de 11,5% contra noviembre del año pasado.
De esta manera, “el saldo comercial para Argentina arrojó un superávit -por tercer mes consecutivo- de USD 307 millones, marcando un incremento de 232,3% mensual, al tiempo que se observó una reversión frente a noviembre de 2020, cuando se había verificado un déficit de USD 260 millones, de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de Economía de Brasil”.
El comercio bilateral entre Argentina y Brasil fue de USD 2.402 millones en el undécimo mes del 2021, un 48,5% superior al valor obtenido en 2020 (cuando había sido de USD 1.618 millones), y el más alto desde agosto de 2018. Asimismo, el intercambio tuvo un incremento del 2,5% en relación al mes anterior.
La suba de las exportaciones de Argentina hacia Brasil (99,6%) correspondió a vehículos de motor para transporte de mercancías, vehículos de turismo y trigo y centeno sin moler
En ese marco, la consultora ABECEB destacó que en la moderación importadora, y en línea con lo que se venía observando en septiembre – octubre, “incidieron, por un lado, los problemas que está teniendo el sector automotriz de Brasil para producir por la escasez mundial de chips y, por otro, las restricciones a las importaciones desde Argentina”.
Y agregó que las importaciones de vehículos para transporte de pasajeros provenientes de Brasil sufrieron una caída interanual del 42,7% en noviembre y los vehículos para el transporte de mercancías cayeron un 12,7% interanual.
Argentina se posicionó en cuarto lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China, Hong Kong y Macao (USD 4.507 millones) y los Estados Unidos (USD 4.189 millones)
Por su parte, la CAC destacó que “la suba de las exportaciones de Argentina hacia Brasil (99,6%) correspondió a Vehículos de motor para transporte de mercancías, Vehículos de turismo y Trigo y Centeno sin moler, mientras que el incremento en las importaciones argentinas (11,5%) se explicó principalmente por Vehículos de turismo, Piezas y Accesorios de vehículos automotores y Minerales de hierro y sus concentrados”.
En relación con los orígenes de las exportaciones, Argentina se posicionó en cuarto lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China, Hong Kong y Macao (USD 4.507 millones) y los Estados Unidos (USD 4.189 millones). A su vez, entre los principales compradores de Brasil, Argentina también se ubicó cuarta, de la misma manera detrás de China, Hong Kong y Macao (USD 5.028 millones) y Estados Unidos (USD 2.671 millones).
Respecto del volumen de comercio acumulado en el período enero–noviembre, “el flujo de comercio entre ambas economías se incrementó un 46,1% interanual alcanzando USD 21.628 millones, mientras que el déficit comercial de Argentina mostró una disminución de 64,8%, al situarse en USD 202 millones frente a los USD 572 millones en el mismo período de 2020.
“Este desempeño responde al crecimiento de las exportaciones de Argentina hacia Brasil (50,6%), que superó el avance de las importaciones argentinas desde Brasil (42%) en dicho período”, remarcó la CAC.
Respecto a las perspectivas, desde ABECEB indicaron que hacia fines de 2021 prevén que el intercambio comercial con Brasil se sostenga en niveles elevados. Sin embargo, con vistas a 2022 afirmaron que hay una serie de interrogantes que generan incertidumbre sobre el Comercio Bilateral.
“Tanto Brasil como Argentina se encontrarán en 2022 ante un contexto internacional no tan auspicioso. En primer lugar, la subida de tasas de la FED puede provocar una caída en el precio de los commodities, lo que reduciría el ingreso de divisas a ambos países. En segunda instancia, el riesgo incipiente del surgimiento de una nueva variante, como lo puede ser Ómicron, podría generar un freno en la recuperación de varios países y generar nuevas distorsiones en los flujos de Comercio Internacional”, analizó.
Y añadió: “Por otro lado, con relación al sector automotriz, la crisis de los chips semiconductores presente en el gigante latinoamericano no parece tener una solución a corto plazo. Esto se debe a que la escasez de dichos insumos sólo podría verse compensada con una elevada inversión de las empresas para elevar la capacidad de producción, algo poco factible en un entorno político y económico poco estable”.
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