Tarifas y subsidios: restablecer los valores reales de 2019 implicaría 14 puntos más de inflación

El incremento necesario para retrotraer el nivel de subsidios al de hace dos años es claramente inviable pero dimensiona la magnitud del atraso en el precio de la energía y también del agua. El último aumento presupuestario agrava el problema

Guardar
Gran parte del desequilibrio de las cuentas públicas proviene de mantener congeladas las tarifas de la electricidad y el agua
Gran parte del desequilibrio de las cuentas públicas proviene de mantener congeladas las tarifas de la electricidad y el agua

El desequilibrio de las cuentas públicas financiado con emisión monetaria complica el frente cambiario y es producto, en gran medida, del enorme gasto público destinado a los subsidios para mantener congelados los precios del agua y la energía. En ese mecanismo reside el núcleo duro de las dificultades que enfrenta hoy el Gobierno para estabilizar la economía.

En ese cuadro, la normalización de las tarifas surge no sólo como inevitable sino como la llave para alcanzar el imprescindible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: ese entendimiento, se presume, incluirá una meta de déficit fiscal en torno a 2,5% del PBI, exactamente la misma cifra que representará este año el gasto en los subsidios energéticos.

De acuerdo a los cálculos de Julián Rojo, del Instituto Argentina de la Energía, contemplando la última ampliación presupuestaria de la semana pasada (que implica USD 1500 millones adicionales para subsidios a la energía) el monto total en 2021 trepa a los USD 10.500 millones. El gasto es mayor si se considera también el congelamiento en las tarifas del agua.

“El retraso de las actualizaciones tarifarias permitió, como buscaba el Gobierno, modificar la estructura de consumo de las familias. Mientras que las tarifas de electricidad, gas y agua en 2018 eran el 7% del gasto de los hogares, hoy representan apenas el 3%” (informe de consultora Analytica)

Pero el enorme escollo para subsanar este agujero por el que se escurren los fondos públicos va más allá del costo político. Si se apuntara a eliminar casi por completo los subsidios a las tarifas, el nivel de aumento necesario en las boletas de los servicios se ubicaría en torno a 150% lo cual, en términos de inflación, implicaría llevarla a un nivel en torno al 65% anual. Dicho de otro modo, es de tal magnitud el esfuerzo fiscal para sostener invariables las tarifas -o su nivel de atraso- que recuperar el equilibrio precario que se había alcanzado hace dos años implicaría un salto de 14 puntos en la inflación, de acuerdo al último informe semanal de la consultora Analytica, en el que se ensaya un ejercicio posible de segmentación de tarifas y se analiza su impacto inflacionario.

“El retraso de las actualizaciones tarifarias permitió, como buscaba el Gobierno, modificar la estructura de consumo de las familias. Mientras que las tarifas de electricidad, gas y agua (EGA) en 2018 eran el 7% del gasto de los hogares, hoy representan apenas el 3%”, señala el informe, en el que advierte que “si el gobierno decidiera llevar todas las tarifas domiciliarias de la EGA a los niveles de inicios de gestión (diciembre de 2019), se requeriría un salto superior al 100%. Hacerlo de una vez y para todos implicaría 14 puntos más de inflación, ubicándola en la zona del 65% anual. Este resultado es claramente insostenible desde lo social y pone a la economía al borde un cambio de régimen inflacionario”.

De ahí que la segmentación en la que insiste el ministro de Economía, Martín Guzmán, pero que expertos consideran de escasa viabilidad, surge como la alternativa preferida para avanzar en la solución.

“Evidentemente el aumento de tarifas según nivel de ingresos es difícil de implementar. Lo más probable, entonces, es que haya ineficiencias en el proceso. Pero el costo de la segmentación es inferior a recortar otras partidas de gasto, como la asistencia social, las jubilaciones o la obra pública” (informe de consultora Analytica)

De acuerdo al ejercicio teórico de la consultora, el impacto inflacionario de una segmentación que implique que el 50% de los hogares, aquellos de menores recursos, mantienen el subsidio sin ningún incremento en sus boletas y que el otro 50%, el de mayores recursos, afronte un incremento de 155%, sería infinitamente menor. En ese escenario, el ajuste sumaría a la inflación del año apenas 2,5 puntos dado que, según explicó el economista Claudio Caprarulo, “se relaciona con el peso del pago de tarifas en la canasta de consumo de los hogares de mayores ingresos según pondera el INDEC. Ciertamente es el efecto más difícil de medir al segmentar”. Con esos supuestos, el Gobierno se ahorraría 0,7% del PBI en subsidios.

Aunque tal vez la principal, el impacto inflacionario no es la única dificultad. La complejidad central de la segmentación de tarifas pasa por determinar con la mayor precisión posible aquellos hogares que deberían mantener el subsidio en detrimento de aquellos que pueden soportar un incremento mayor al que afrontarían en caso de una suba generalizada. Es por esto que para Rojo, por ejemplo, la mejor herramienta es la ampliación de la tarifa social en lugar de establecer nuevos parámetros que podrían derivar en nuevas distorsiones o resultar, en el peor de los casos, inaplicables.

“Evidentemente el aumento de tarifas según nivel de ingresos es difícil de implementar. Lo más probable, entonces, es que haya ineficiencias en el proceso. Pero el costo de la segmentación es inferior a recortar otras partidas de gasto, como la asistencia social, las jubilaciones o la obra pública”, consideraron en Analytica.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar

Últimas Noticias

Los bonos siguen en alza y fondos de inversión extranjeros los priorizan entre los títulos latinoamericanos

El riesgo país se acerca a un punto crucial por euforia en bonos. Fondos de inversión que se especializan en América Latina están comprando títulos locales
Los bonos siguen en alza y fondos de inversión extranjeros los priorizan entre los títulos latinoamericanos

La industria autopartista bajó el déficit comercial un 12,8% entre enero y agosto

El informe de comercio exterior de la entidad que nuclea a los fabricantes de autopartes señala que es debido a la caída de producción automotriz de este año. Si bien toma los primeros ocho meses y el mercado mejoró entre agosto y noviembre, los números no deberían cambiar porque el crecimiento mayor fue de los autos importados
La industria autopartista bajó el déficit comercial un 12,8% entre enero y agosto

Los alquileres que ajustan con la ley derogada tienen aumentos que van cayendo a la par de la inflación

Los contratos bajo la Ley de Alquileres enfrentarán un aumento significativo hasta noviembre de 2025. Sin embargo, el indicador que informa el BCRA ya descendió un 57% en lo que va del año, comparado con los meses anteriores
Los alquileres que ajustan con la ley derogada tienen aumentos que van cayendo a la par de la inflación

Cuál es el dato que alienta la expectativa de recuperar el acceso al mercado, más allá de la baja del riesgo país

Aun cuando bajara a niveles aceptables el eventual costo del financiamiento, quedan dudas sobre el interés potencial de los inversores de nuevos títulos argentinos
Cuál es el dato que alienta la expectativa de recuperar el acceso al mercado, más allá de la baja del riesgo país

El Gobierno apura las nuevas “cédulas azules” digitales para evitar un colapso en las vacaciones de verano

El trámite debía estar disponible desde mayo, pero pasaron seis meses y sigue sin funcionar. Ante la proximidad de un flujo de autos en todas las rutas y pasos fronterizos, implementarlo es una necesidad urgente. Hay 1.500.000 vehículos que no pudieron reemplazar la cédula azul con este nuevo sistema
El Gobierno apura las nuevas “cédulas azules” digitales para evitar un colapso en las vacaciones de verano