El Banco Central (BCRA) tomó este jueves una de las medidas más difíciles de vender ante propios y ajenos con el objetivo de proteger el nivel de reservas internacionales. Al frenar la financiación en cuotas para viajes al exterior, que financiaban consumos dolarizados con préstamos en pesos a menos del 30% anual cuando las expectativas de devaluación corren al 70%, la entidad conducida por Miguel Pesce buscó cortar el chorro de salida de divisas por turismo antes de que se vuelva relevante.
Según datos de la propia entidad, los gastos con tarjeta por viajes y turismo habían llegado en septiembre pasado a unos USD 240 millones en todo el mes. Una cifra muy baja en comparación con salidas que, por ejemplo, llegaron a los USD 1.567 millones en enero de 2018. Y que es minúscula si se la compara con reservas brutas por encima de los USD 42.000 millones.
Los datos de septiembre son los más actualizados. Octubre y lo que va de noviembre, con la flexibilización de las trabas para viajar al exterior, probablemente hayan mostrado una aceleración. Pero, de todas formas, entre analistas sorprende que la entidad no haya dudado en beber el mal trago dado que el surgimiento de los consumos en moneda extranjera todavía es muy marginal.
El apuro de Pesce, leen, muestra que las reservas de la entidad quedaron en una situación desesperada.
“Es muy crítica la situación de las reservas”, sostuvo el economista Gabriel Rubinstein, ex asesor de Roberto Lavagna en la autoridad monetaria. “La salida por turismo es la que se venía, no la que pasó, lo pararon antes de que venga la maroma, pero puede tener efectos contraproducentes porque el que no llega a viajar en las nuevas condiciones puede presionar en el resto de los tipos de cambio”, dijo.
“Siempre podés seguir reprimiendo otros canales, como consumos sustitutos, importados, o bienes con insumos dolarizados. Pero los efectos económicos los vas pagando”, concluyó.
Según cálculos de la consultora que lleva su nombre, las reservas líquidas son negativas en casi USD 1.500 millones. Para llegar a esa cifra, Gabriel Rubinstein & Asociados resta a los USD 42.237 millones de reservas brutas al 25 de noviembre la parte que se explica por el swap de China, operaciones similares con el Banco de Basilea y otras entidades, encajes bancarios -los depósitos de empresas y ahorristas que están en los bancos-, el oro y los derechos especiales de giro (DEG) que cedió el FMI.
Para Marina Dal Poggetto, de EcoGo, la cifra es más alta porque considera que las tenencias de oro y Derechos Especiales de Giro son recursos disponibles pra que el BCRA enfrente pagos de deuda y otras obligaciones. Estima que las reservas netas rondan hoy los USD 5.000 millones.
“Y USD 5.000 millones son una cifra crítica. Con una brecha del 100%, la demanda de dólares a $100 tiende al infinito. Entonces estos parches cierran algunas salidas, dan un poco de margen. Pero con esto o sin esto si no hay un acuerdo con el Fondo y no atacás la brecha no solucionás nada”, dijo la economista.
“Hasta hace poco estaban muy parecidos el dólar tarjeta y el dólar MEP, ahora que el MEP saltó quedó muy incentivado el consumo con tarjeta. Hoy por hoy, no hay subsidio más grande que el que obtiene quien accede a dólar oficial”, concluyó Dal Poggetto.
Por eso, una sangría todavía pequeña de divisas se volvió tan relevante para el Gobierno. En junio habían salido sólo USD 227 millones, en julio USD 209 millones y en agosto USD 211 millones. Pero salió a cortarla de raíz.
Para Amilcar Collante, economista de Plan M, lo llamativo es que hasta las elecciones el BCRA no tuvo ningún prurito en gastar reservas para mantener bajos al dólar MEP y al dólar contado con liquidación hasta las elecciones.
“Durante la previa electoral no estaba muy preocupado por el nivel de reservas .Y por eso subsidiaba a los dólares alternativos . Así, gasto USD 1700 millones de dólares entre julio y noviembre Ahora sobre reacciona por USD 200 millones mensuales”, dijo.
Desarbitraje
Al cortar el chorro de financiamiento a viajes y estadías en el exterior el BCRA frena sólo uno de los “desarbitrajes” que existen.
Al pagar en cuotas consumos en el exterior, de acuerdo al banco los argentinos llegaban a financiarse en pesos a menos del 30% nominal anual, cuando las expectativas de devaluación en futuros de dólar y bonos atados a la divisa está entre el 60% y el 69%. Es decir, con su política de tasas bajas y constantes inyecciones de pesos la propia entidad genera el financiamiento para que los viajeros se lleven sus reservas, explican en un banco.
Pero no es la única vía que queda abierta. Al pagar servicios del exterior y bienes que en algunas webs tienen financiamiento en cuotas se genera el mismo desarbitraje.
“Van a tener que ir prohibiendo una a una todas las vías de salida”
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