Tras el resultado electoral de las PASO, prácticamente ratificado en las elecciones legislativas generales, el presidente Alberto Fernández se convenció de que necesita relanzar su gobierno y de que para eso necesita del apoyo del sector empresario. Quedan dos años de gobierno, un acuerdo con el FMI por delante y desequilibrios macroeconómicos que el oficialismo deberá resolver si quiere llegar con algo de aire al 2023. Para todo, necesita del aval del sector privado, que observa la realidad con marcada incertidumbre mientras aprovecha este año de recuperación.
La derrota en las primarias, en las que el Frente de Todos había perdido por cinco puntos en la provincia de Buenos Aires -diferencia que luego fue reducida- impulsó al Gobierno no sólo a hacer un cambio de gabinete, forzado por el fuerte malestar al interior de la coalición, sino también a mejorar la relación con el sector empresarial, especialmente con la UIA, a quien venía ninguneando desde que Daniel Funes de Rioja asumió como presidente. Tanto es así que ningún ministro asistió al festejo del Día de la Industria que la entidad organizó en la planta de Cerámica Alberdi, en José C. Paz. Menos aún, claro está, el Presidente.
Pero la llegada del tucumano Juan Manzur a la jefatura de Gabinete comenzó a revertir esta situación, aún en un contexto en el cual la mirada industrialista del Gobierno se nubla con medidas del Ejecutivo o leyes sancionadas por el Congreso antipáticas para el sector privado. El decreto que prohíbe los despidos, la doble indemnización con tope, los controles de precios, la Ley de Etiquetado Frontal, el proyecto de ley de Envases, entre otras. Los industriales navegan en medio de este clima de contradicciones con un sutil equilibrio, especialmente el presidente de la UIA, quien también lidera la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), la más afectada por muchas de las medidas mencionadas.
El Gobierno dejó atrás los desplantes y comenzó a asistir a cada uno de los encuentros empresarios -de hecho, el jefe de Estado participó del Coloquio de IDEA, cuando la idea inicial era que no vaya- y también a invitar a la UIA, a la que venían desairando, a los eventos organizados por ellos. De hecho, no sólo la central industrial espera una alta presencia oficial para la 27° Conferencia Industrial, que se realizará el 1° y 2° de diciembre en Parque Norte, sino que también hoy asistirá una gran cantidad de ministros al encuentro del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), que también preside Funes de Rioja, y que tendrá como principal orador a Manzur.
El evento se realizará en el salón Versailles del hotel Alvear y estarán presentes, entre tantos otros empresarios, Miguel Acevedo, de la UIA y Aceitera General Deheza; Nicolás Pino, de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Eduardo Eurnekian, de la Cámara Argentina de Comercio (CAC); Iván Szczech, de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco); Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio; Javier Bolzico, de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba); Bettina de Bulgheroni, de Samconsult S.A.; Jorge Brito, del Banco Macro; Juan Marotta, del HSBC; y Enrique Mantilla, de la Cámara de Exportadores (CERA).
La mirada industrialista del Gobierno se nubla con medidas como el decreto que prohíbe los despidos, la doble indemnización con tope, los controles de precios, la Ley de Etiquetado Frontal, el proyecto de ley de Envases, entre otras
Manzur irá acompañado de varios ministros, aunque hasta ayer algunos no estaban confirmados. Pero se espera la presencia de los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Trabajo, Claudio Moroni; y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, según fuentes privadas.
Kulfas y Moroni también estuvieron este miércoles en el relanzamiento del Departamento de Educación y Formación Profesional de la UIA, que se realizó en la Escuela Roberto Rocca que el Grupo Techint tiene en Campana. También asistió el ministro de Educación, Jaime Perczyk. La presidencia de Funes de Rioja le está dando un fuerte impulso al tema educativo y a cómo generar el nexo entre las escuelas técnicas y las fábricas.
La visita de los funcionarios a este evento muestra, una vez más, el acercamiento del oficialismo con el sector empresarial, que volverá a verse la semana próxima, durante la conferencia industrial. “Del lado de la UIA hay voluntad de diálogo y de colaboración, siempre y cuando el Gobierno plantee cuestiones razonables. El albertismo es razonable; resta saber cómo se va a dirimir esa interna con Cristina. Pero hoy el Gobierno, más allá de la derrota, necesita armar un marco de acuerdos con el sector privado”, dijeron fuentes de la entidad fabril.
Y agregaron que “la industria está creciendo mucho y hay una mirada a favor del sector productivo, lo cual es muy positivo, pero también hay medidas antipáticas con el sector privado y tampoco hay un plan macroeconómico”. Los industriales hoy disfrutan del rebote económico y no hay nadie que se queje, pero tampoco hay un industrial que avizore con optimismo los próximos dos años. Para la gran mayoría de los hombres de negocios, el panorama futuro es incierto y nadie cree que este contexto de relativa calma vaya a durar por mucho tiempo, con brecha cambiaria, alta inflación y un riesgo país cercano a los 2.000 puntos.
El Gobierno necesita del aval empresario para avanzar, en las próximas semanas, con un acuerdo con el FMI. El propio organismo reclama que lo que se firme esté avalado por el sector privado, los sindicatos y todos los partidos políticos. De hecho, ya se están intercambiando ideas con algunos de ellos para allanar el camino y avanzar rápidamente con un consenso luego de finalizar con las discusiones técnicas con el staff.
Respecto de la conferencia industrial, titulada “Exportar valor argentino”, estarán presentes, como parte del Gobierno, Manzur; el canciller Santiago Cafiero; Kulfas, Moroni y, al cierre, Alberto Fernández, quien aún no está confirmado oficialmente pero la expectativa es que asista.
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