Los mercados ven en el horizonte más suba del dólar, más inflación y más controles

El escenario de los indicadores financieros empeoró tras las elecciones y refleja la falta de confianza en que el Gobierno pueda cerrar una negociación exitosa con el FMI

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Foto de archivo. Operadores trabajan
Foto de archivo. Operadores trabajan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en Buenos Aires, Argentina. REUTERS/Marcos Brindicci

El riesgo país llegó a perforar el techo de los 1.800 puntos básicos impulsados por problemas propios -las reservas de libre disponibilidad están prácticamente agotadas- y por el derrumbe de 10% de la lira turca frente al dólar. Cualquier soplo de viento en la Argentina es una ráfaga. Los inversores decidieron deshacerse de los activos locales y el riesgo país se reacomodó sobre el final con un alza de 41 unidades a 1.795 puntos básicos. Para que esto suceda, los bonos de la deuda externa con ley extranjera perdieron 1,8% en el exterior.

La situación del país es endeble y lo deja en una posición de debilidad para negociar con el FMI. Con estos niveles de riesgo país, el precio de los bonos locales se acerca a los niveles pre default. Los mercados financieros empeoraron tras las elecciones y reflejan la falta de confianza en los inversores de que el Gobierno pueda llevar a cabo una negociación exitosa con el FMI en el corto plazo. Lo que ven en el horizonte es suba del dólar, más inflación y más controles.

Pero el temor más grande es el derrumbe de las acciones de los bancos, arrastrados por el rumor persistente de que el Banco Central va a canjear la tenencia de Leliq de las entidades por bonos. Esto explica que la Bolsa, con negocios por $ 1.755 millones, haya sufrido fuertes caídas. El índice Merval de las acciones líderes cedió 2,75% y los bancos que integran el panel líder perdieron hasta 6,19% como fue el caso del BBVA y 4,48% cuando se trató del Banco Galicia. Desde las elecciones, el índice bursátil perdió 11,80% y acciones como las del Banco Galicia bajaron 2 dólares. La valuación de las empresas argentinas en dólares llegó a un piso impensable.

Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- negociaron un buen volumen de $3.676 millones y predominaron las alzas, después de derrumbe del lunes en Estados Unidos. Los certificados de mejor comportamiento fueron Central Puerto (+4,70%), Ternium (+2,45%) e IRSA Propiedades Comerciales y Ternium (+2,13%).

En el mercado cambiario hubo reacomodos siguiendo las tendencias que dejó el lunes, día en que operaron las bolsas del mundo. Por eso, se produjo la reacción negativa de los bonos que arrastraron, la baja del día anterior en los mercados extranjeros.

Los dólares financieros comenzaron demandados y luego se acomodaron, pero volvió la volatilidad. El MEP se operó por momentos a $ 208 y luego fue cediendo hasta 204,50 para cerrar a $ 205,82 (+$2,79). Lo curioso es que en el mercado oficial, donde no hubo intervención del Banco Central, cerró 60 centavos más caro que en el mercado del GD30 que es el más libre. Con el contado con liquidación sucedió lo mismo. En la plaza del GD30 finalizó a $ 218,25 (+$ 2,68) y en la del GD30 a $ 216,95 (+$2).

El “blue” o dólar libre, quedó afuera de este negocio por la insignificancia de sus operaciones y bajó 50 centavos a $201. Es el dólar más barato del sistema, fuera de los dólares comercial, oficial y solidario.

El Banco Central continuó su política cambiaria y el dólar mayorista subió 12 centavos, a un ritmo de 4 centavos diarios contabilizando sábado y domingo, y pudo comprar USD 30 millones que no impidieron que las reservas caigan nada menos que USD 123 millones a 42.150 millones.

En el mercado de futuros, por la presión cambiaria del Banco Central, cedieron todos los fines de mes. Fin de año cedió 0,23% a $ 105,02; fin de enero 0.27% a $111,02 y fin de febrero 0,38% a $ 115,51.

Según el informe semanal de Buenos Aires Valores (BAVSA), “el BCRA acelerará la tasa de devaluación del dólar oficial en las próximas semanas, tal vez esperando el aval político para hacerlo de cara al ‘plan plurianual’ que Alberto Fernández anunció que enviarán al Congreso en diciembre, en el marco de las negociaciones con el FMI. Sin embargo, también creemos que el tiempo apremia: el BCRA durante la semana vendió más de USD 115 millones en el MULC (Mercado Único Libre de Cambios), acumulando en noviembre ventas netas por un poco más de USD 775 millones”.

“Entendemos -agrega el informe- que, si bien la voluntad política es esperar a mayores definiciones con el FMI y con el Congreso, tal vez los tiempos del mercado no coincidan con esta voluntad, principalmente por la débil posición de reservas internacionales (algunas mediciones ya ubican las reservas netas líquidas cercanas a cero) y, al no haber stocks, por ser dependiente de un flujo que hoy tiene todos los incentivos a no aparecer: los exportadores retrasan lo máximo posible la liquidación de divisas, financiándose en tasas en pesos inferiores a las tasas implícitas en los futuros de dólar, y los importadores aceleran sus compras. Por esto, no podemos descartar reajustes en las regulaciones cambiarias por parte del BCRA, como venía realizando hasta el momento: ajustando y aflojando el cepo cambiario de acuerdo a sus necesidades y disponibilidades de dólares, los cuales a su vez están determinados por los flujos”.

Sobre la tendencia a la baja de los bonos de la deuda BAVSA señala que “con reservas netas que vienen descendiendo y con una perspectiva que no está clara, creemos que el mercado castiga los precios de los bonos debido a la situación de las reservas internacionales, punto clave para calcular la capacidad de repago”.

Para resumir, en el mercado cambiario hay una palabra: achicamiento. El cepo obligó a reducir el volumen en los negocios en dólares. Por caso, el MEP negocia la mitad de lo que operaba hace un mes y el contado con liquidación un 30%. La volatilidad continuará hoy y el mercado está volando a ciegas, con un radar con fallas.

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