El riesgo país que mide J.P. Morgan en el índice Embi+, es la biblia de los fondos de inversión internacionales. El indicador estima el riesgo de invertir en bonos de países emergentes comparándolos con los rendimientos a mismo plazo de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos. De allí surge el número mágico que abre o cierra la puerta a las inversiones financieras y a la posibilidad de renovar los bonos de la deuda en dólares ante cada vencimiento.
También rige la tasa de interés que hay que pagar cuando se toma nueva deuda o cuando se renueva. Para los fondos de inversión del mundo, cuando el riesgo es alto, directamente ese mercado prohibido.
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Hay otro indicador que habilita a prestar o invertir a los fondos. Son los de Standard & Poor’s y Moody’s. Cuando un país es declarado Grado de Inversión (Investment Grade) tiene las puertas abiertas para recibir inversiones y tomar dinero en el mercado de capitales del mundo. La contracara es Grado de Especulación que ostenta la Argentina.
Los bonos locales hoy tienen el récord post default de riesgo país -está en 1.744 puntos básicos y con tendencia al alza- y están afuera de cualquier cartera razonable. Morgan Stanley en su índice MSCI, que separa a los países entre “emergentes” y fronterizos”, la colocó en Standalone, una categoría indeseada que ostentan un reducido grupo de países que tienen barreras para acceder a las inversiones.
Un informe de AdCap Asset Management, indica que “los bonos en dólares continúan castigados ante falta de avances concretos con el FMI. Los bonos soberanos en dólares perdieron 15% desde las primarias de setiembre. Las noticias sobre el resultado de las elecciones y los comentarios sobre el potencial acuerdo con el FMI no fueron suficientes para impulsar el precio de estos activos. A esta altura de los acontecimientos luego de la larga y difícil reestructuración de deuda solo avances contundentes determinarán la mejora en los precios de estos bonos”.
Y razón no le falta. Hay bonos que cayeron hasta 40% y que para recuperar el valor que tenían cuando salieron del default, deberían subir su cotización en 100%. Los rendimientos son absurdos. Hay títulos como el AL30D que tienen una renta de 26%. Por supuesto, cuanto más alta la tasa, más grande el riesgo de perder o que vayan al default.
El problema es que los fondos saben que con negociar con el FMI no alcanza. Tienen presente la advertencia de Moody’s la consultora de riesgo, que pone sus temores en que la Argentina no pueda cumplir con lo acordado y le da grandes chances a que eso suceda.
“Esperamos -agrega el trabajo de AdCap- que la CNV eventualmente comience a relajar las diversas regulaciones que habían sido impuestas para reducir este mercado y aumentar la eficiencia de la intervención”.
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