El Fondo Monetario Internacional afirmó que espera que el proyecto que enviará el Gobierno al Congreso para discutir un programa económico plurianual discutido con el staff técnico del organismo “tenga un amplio apoyo político y social”. En ese sentido, el FMI aseguró que sigue trabajando para alcanzar un “entendimiento completo” con los funcionarios argentinos y mencionó a la inflación como uno de los problemas económicos centrales.
En una conferencia de prensa, el portavoz del organismo Gerry Rice mencionó que el organismo “está en contacto permanente” con el Poder Ejecutivo y que mantiene “un compromiso fuerte” para alcanzar un acuerdo en un programa que “solucione los desafíos económicos y sociales” que afronta la economía argentina.
En ese sentido, el funcionario del FMI dijo que no hay en agenda aún una misión en Buenos Aires o en Washington para cerrar un entendimiento. “Continuamos trabajando para lograr un entendimiento pleno sobre un plan integral que pueda abordar de manera duradera los desafíos económicos y sociales más urgentes de Argentina, incluida la alta inflación, que perjudica de manera desproporcionada a los más vulnerables”, mencionó Rice, en línea con lo que había dejado saber el FMI este lunes.
El portavoz del organismo Gerry Rice mencionó que el organismo “está en contacto permanente” con el Poder Ejecutivo y que mantiene “un compromiso fuerte” para alcanzar un acuerdo en un programa que “solucione los desafíos económicos y sociales”
En ese sentido, continuó: “Es importante que este plan cuente con un amplio apoyo político y social. Nuestro objetivo sigue siendo ayudar a Argentina y su gente”. Por otra parte, Gerry Rice afirmó que el FMI aún trabaja en el informe de revisión del programa Stand By firmado en 2018, en un reporte que se realiza habitualmente entre los acuerdos que tienen un monto de desembolsos excepcional, como fue el caso argentino.
En ese informe, habitualmente leído como una “autocrítica” del FMI respecto a por qué falló un programa, será enviado al directorio del organismo para su discusión y luego se publicará de forma completa, según informó Rice. No hay aún un calendario específico para su tratamiento.
Tras las elecciones, el presidente Alberto Fernández había adelantado que en la primera semana de diciembre el oficialismo ingresará en el Congreso un proyecto de ley que incluirá una serie de proyecciones macroeconómicas plurianuales, que en esencia es el fondo de la discusión con los técnicos del organismo financiero. Según explicaron desde el Gobierno, esto no implica que en las próximas dos semanas haya un consenso con el staff del FMI, sino que el Gobierno avanzará con su propia propuesta e intentará darle soporte político en el parlamento.
De todas formas, el Ministerio de Economía utilizará esta última ventana de pocas semanas antes de la presentación en el parlamento del proyecto de ley para retomar los contactos con el staff técnico del FMI y tratar de afinar detalles del entendimiento sobre cómo debería ser el programa financiero nuevo que firme la Argentina para reemplazar al Stand-By de 2018 y, sobre todo, con qué sendero fiscal, monetario y cambiario acompañará la economía argentina la puesta en marcha de ese nuevo acuerdo.
El anuncio presidencial implicó un giro en el carácter que tenía hasta el momento la negociación con el FMI. El Poder Ejecutivo decidió moverse hacia un consenso lo más amplio posible en el Congreso para tener un programa económico con apoyo político doméstico para regresar a las negociaciones con el organismo plantado con esos números.
La relación con el Fondo Monetario se tensó en las últimas semanas, e incluso el ministro Guzmán responsabilizó al organismo financiero por la demora en la concreción de un acuerdo, mientras el reloj corre: el propio Gobierno se puso como tope para cristalizar un nuevo programa fines de marzo del año próximo, cuando comienzan a caer los vencimientos más onerosos hacia Washington.
“Es importante que este plan cuente con un amplio apoyo político y social. Nuestro objetivo sigue siendo ayudar a Argentina y su gente” (Rice)
Con la novedad de ese proyecto de ley, la dinámica del acuerdo con el FMI podría trastocarse. En lugar de conseguir primero un entendimiento técnico y enviarlo a su debate en el parlamento, sería al revés: la discusión parlamentaria sobre las proyecciones macroeconómicas de los próximos años en primer lugar, su eventual sanción en el parlamento, un regreso del Gobierno hacia el staff del FMI con el texto hecho ley, y una recta final en la que el directorio del Fondo Monetario deberá rechazar o dar el aval a esos números.
El programa plurianual forma parte del núcleo de las discusiones con el staff del Fondo. Ese programa, que aparece como uno de los reclamos principales del sector privado hacia la conducción económica del Gobierno, incluye típicamente estimaciones de variables críticas que forman parte de las deliberaciones con el FMI. Entre ellas, el sendero de reducción del déficit fiscal de los próximos años, cómo será la velocidad de recorte en las tasas de inflación, proyecciones de variaciación del PBI, nivel de reservas en el Banco Central y, en ese sentido, cómo deberían ser de acuerdo a este último factor, los controles de capitales.
Quedará por resolver, en lo sucesivo, distintas cuestiones de la nueva estrategia: cómo será la negociación con la oposición para buscar un entendimiento sobre los números que le llevarán al Fondo Monetario, cómo quedarán desde diciembre la correlación de fuerzas en las dos cámaras, qué respuesta tendrá el staff técnico del organismo sobre los números que lleve el Gobierno en caso de conseguir la sanción y si tendrá, más adelante, el apoyo geopolítico suficiente para que ese consenso pase por el directorio.
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