Pasadas las elecciones legislativas, el Banco Central (BCRA) dejó de intervenir en los mercados para mantener a raya los dólares financieros (MEP y CCL) -lo que hizo que se ubicaran en pocos días por encima del blue-, pero por ahora se mantiene firme la intención del Gobierno de mantener controlado el tipo de cambio oficial, ya que una devaluación importante de una vez generaría mayor presión inflacionaria y un fuerte aumento de la pobreza, que también ya muestra cifras elevadas. Pero el escenario actual, con una brecha que se mantiene en el 100%, tampoco es sostenible porque no hay divisas, por lo que los analistas auguran una aceleración de la corrección cambiaria en algún momento de fin de este año o comienzos de 2022.
Es en este escenario de incertidumbre que los importadores, netos o fabricantes que demandan insumos, deben moverse para proyectar su negocio para el año próximo. “¿Cómo me van a pedir que aumente mis exportaciones si no tengo asegurados los dólares para comprar más insumos en el exterior?”, se quejó un empresario, ante la pregunta de Infobae. Hacía alusión a los requerimientos de información que las compañías ya comenzaron a recibir por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo para conocer cuáles son sus planes en materia de producción, inversión, comercio local y exportaciones. Entre varios datos que les solicitan, figura la de estimaciones de importaciones trimestrales para el año próximo.
“¿Cómo me van a pedir que aumente mis exportaciones si no tengo asegurados los dólares para comprar más insumos en el exterior?”, se quejó un empresario
Se trata de una dinámica de trabajo habitual por parte del Gobierno -el formulario existe desde la gestión del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno-, pero en el actual momento de escasez de dólares resulta, para muchas firmas, un trabajo administrativo sin sentido porque nadie puede asegurarles que puedan cumplir con sus planes. De todos modos, para el equipo que lidera Matías Kulfas resulta una herramienta de control y de seguimiento de cada empresa, más allá de que luego no les otorguen los cupos de importaciones solicitados.
Fuentes de diversos sectores precisaron que las empresas están completando los formularios, pero que aún no recibieron una respuesta oficial de cuánto será lo autorizado para importar en 2022. Será variable en función del sector y de cuántos dólares genere a través de sus exportaciones, pero lo que espera la mayoría es que por lo menos les autoricen lo mismo que este año. Pero todo dependerá de qué suceda con la cuestión cambiaria y cuán estresado esté el BCRA con el nivel de reservas. En el medio, el Gobierno debería acordar con el FMI y ese documento contemplará metas sobre el tipo de cambio y la acumulación de divisas por parte del organismo monetario. El oficialismo se encuentra en una encrucijada que deberá resolver: sin importaciones, el país no podrá acelerar su crecimiento.
“Es muy incierto el panorama de las importaciones para 2022 porque depende de muchos factores que aún no conocemos. Si sigue el atraso cambiario y, por lo tanto, la escasez de dólares, las a importaciones van a seguir muy complicadas, ya que como el dólar está subsidiado para las compras al exterior, el Gobierno las reprime por la vía cuantitativa”, manifestó a este medio el consultor Marcelo Elizondo. Y agregó que “si hay alguna corrección, se reduce la brecha y se normaliza el mercado, quizá aparezcan los dólares en el mercado oficial”. Pero también remarcó que deben corregirse los desequilibrios actuales, avanzar con el acuerdo con el FMI y darle más sustentabilidad a las políticas fiscal y monetaria. “Los empresarios están muy expectantes sobre cuáles serán estas señales”, aseveró el titular de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI).
La preocupación del sector privado respecto de las importaciones no sólo radica en las SIMI que puedan lograr -que este año fueron mucho menores a las requeridas-, sino también a las posibilidades de hacer los pagos al exterior, que si bien a partir de noviembre fueron flexibilizadas las últimas restricciones impuestas por el BCRA, muchas empresas continúan con problemas. Mucho más lo sufren quienes ingresan al país bienes finales.
Desde el sector autopartista afirmaron que las proyecciones para 2022 difieren según cada empresa, pero que en términos globales se espera un crecimiento en la producción de vehículos del orden del 15%, por lo que toda la cadena de valor incrementará por lo menos ese porcentaje lo que pide para insumos.
“Si sigue el atraso cambiario y, por lo tanto, la escasez de dólares, las a importaciones van a seguir muy complicadas, ya que como el dólar está subsidiado para las compras al exterior, el Gobierno las reprime por la vía cuantitativa” (Marcelo Elizondo)
De acuerdo con el informe de comercio exterior de la Asociación de Fábricas de Autocomponentes (AFAC), las importaciones de autopartes aumentaron un 81,8% en los primeros nueve meses del año, al alcanzar los USD 5.988 millones, incremento que se correlaciona con la suba en la producción de vehículos, que aumentó 85,5% (307.412 unidades fabricadas en este periodo). Las exportaciones, en tanto, ascendieron en el mismo período a USD 1.033 millones, por lo que el resultado de la balanza comercial fue deficitario en USD 4.956 millones, de acuerdo con el documento.
A nivel general, las compras al exterior en los primeros nueve meses del año -la de septiembre es la última cifra disponible- alcanzaron los USD 45.954 millones, equivalentes a un aumento del 51,5% interanual. Si bien se están recuperando, en línea con el rebote de la economía, la falta de dólares es una limitante para que crezcan aún más. Con estos valores, se ubican no sólo por encima de 2020, sino también de 2019, pero aún están abajo de los niveles de 2018, cuando en ese mismo período las importaciones habían alcanzado los USD 52.129 millones. Y se ubican USD 10.000 millones por debajo del mejor año de la última década, el 2013, que registró en estos mismos nueve meses un nivel de compras de USD 56.107 millones, de acuerdo con las cifras oficiales.
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