La primera medida que tomó el Gobierno en el lunes post-electoral fue poner más cepo al mercado de dólares financieros que está bajo su control. Si bien el límite de semanal de negocios de USD 50.000 nominales (alrededor de USD 16.000 en efectivo) se mantiene, cambiaron la forma de calcularlo y ya no es un valor neto semanal porque prohíben hacer más de una operación. Hasta ese momento, un inversor podía comprar y vender en la semana haciendo el parking para tomar ganancias en dólares. Ahora limita esas operaciones y por supuesto hará que la demanda de AL30D, sea menor. Este bono lo utiliza el BCRA para regular al mercado cambiario.
De hecho, las operaciones en esta plaza de dólar MEP bajaron casi a la mitad y, con una leve intervención del Banco Central sobre el final de la rueda, el monto de negocios fue de USD 17,7 millones contra USD 31 millones del viernes pasado. De esta manera, el dólar MEP cerró $ 4,70 arriba a $ 188,78. Que el BCRA dejara subir 2,6%el dólar que controla pareció una buena señal de querer unificar el MEP regulado con el libre. El mercado asoció esta política a una pronta negociación con el FMI que no permite el desdoblamiento cambiario.
La resolución de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que vino sobre el cierre de la rueda, dio por tierra con esas expectativas. Los controles siguen siendo la única herramienta para controlar el valor del dólar y la inflación.
Otro dato, que no se tomó en cuenta, fue la reducción del mercado porque hasta fin de mes, los bancos tienen prohibido aumentar sus tenencias en dólares. La ausencia de ellos es un dato importante.
En el mercado del GD30, donde no hay regulaciones tan estrictas, el MEP bajó 90 centavos a 197,6 (-0,45%). El contado con liquidación fue el más afectado y cedió $ 7,50 a $ 208,13 (-4%). Pero la novedad vino del lado del dólar mayorista que aumentó 6 centavos a $ 100,20 para dar una señal de que el anclaje no solo esta vigente, sino que es más estricto que antes de las elecciones porque esta devaluación, contando los días del fin de semana, equivale a 2 centavos diarios, contra 4 centavos de la semana pasada. Pero todo tiene un precio y el Banco Central debió vender USD 35 millones en esta plaza y las reservas bajaron USD 85 millones a 42.522 millones porque debe retornar el préstamo temporario al Banco de Basilea, además de soportar una caída del euro y de la libra esterlina por la revaluación del dólar en el mundo.
El dólar libre o “blue”, cedió 50 centavos a $ 199,50 porque hubo presión vendedora de los sobrecomprados y temor a que se haya diluido la fuerza de la divisa por las fuertes coberturas en la semana previa a las elecciones. El mercado tenía en su poder más dólares de los que podía soportar. Había sacrificado posiciones en pesos que necesitaban para cubrir distintas necesidades, a cuenta de una suba futura de la divisa.
Otra intervención importante fue la que hizo en el mercado de futuros del dólar para reforzar el anclaje. Aunque no tiene resto, porque consumió buena parte de los USD 6.500 millones que el FMI le autoriza para este tipo de regulaciones, se hizo vendedor en los meses clave que tenían incorporados en sus precios tasas muy elevadas. El contrato de noviembre cedió 1% a $ 101,11. Pero el de diciembre bajó 1,73% a $ 105,30 y el de enero 2,45%, a $ 111,88.
Los bonos atados al dólar (dollar linked), sensibles a lo que sucede en esta plaza, bajaron más de 1% porque además había una exagerada cobertura en estos papeles. De hecho, hubo un pase hacia los bonos indexados por el costo de vida porque apuestan a que la inflación será más elevada que la devaluación. Por eso los Boncer que vencen en 2022 aumentaron 1% y los TX23, 1,07%.
Los bonos de la deuda que estaban en un precio muy bajo y de oportunidad, tuvieron alzas y bajas pero los papeles más importantes terminaron con subas de poco más de 1% e hicieron bajar al riesgo país 65 unidades (-3,7%) a 1.683 puntos básicos. Los compradores se juegan a lograr ganancias importantes con estos papeles desarbitrados si hay arreglo con el FMI.
El parámetro que trajo más desconfianza sobre lo que vendrá, lo dieron los activos de riesgo. En la Bolsa, donde se operaron $ 2.346 millones, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 2,06%. La caída es preocupante porque fue con un elevado volumen y los papeles más afectados fueron los de los bancos que tienen atadas las manos para las operaciones en dólares.
Para muchos, la caída de los papeles de las entidades se debió a que estaban revaluados frente al retorno de los bonos de la deuda y se hizo un ajuste entre ambos. Las acciones más afectadas fueron las de Edenor (-5,04%), Transener (-4,25%) e YPF (-4,11%). Los bancos BBVA y Galicia tuvieron caídas de más de 3%.
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron una mala rueda, pero con una baja de casi 40% de los negocios respecto de la semana pasada porque se hicieron menos operaciones del dólar contado con liquidación. Se operaron $ 2.835 millones contra $ 4.500 millones del jueves pasado. Los certificados más afectados fueron los de BBVA (-3,26%), Edenor (-3,17%) y Globant (-2,66%). Lo mejor pasó por Central Puerto (+4,89%), MercadoLibre (+2,26%) y Telecom Argentina (+2,25%).
Lo que sucedió y, va a suceder, son rounds de estudio. El mercado quiere ver en que dirección avanzará el Gobierno y si efectivamente está decidido a cerrar a corto plazo un acuerdo con el FMI. Para eso tienen que conocer el plan económico que prometieron presentar.
La foto de la primera rueda es mejor de la esperada. La película, deja abiertos demasiados interrogantes sobre el destino del dólar y la capacidad del Central de contenerlo si no hay prontas respuestas del FMI. De hecho, en la primera rueda se endureció el cepo, se intervino en las plazas cambiarias y bajaron más las reservas.
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