En 13 de las 23 provincias argentinas el número de empleados públicos supera al de empleados en el sector privado. La Rioja y Santa Cruz ocupan la cima del ranking de empleo público, mientras que en la base están Córdoba y Mendoza.
En el conjunto del país, el empleo asalariado registrado del sector privado se encuentra a niveles similares a los del primer trimestre de 2011, hace más de diez años, pero a nivel provincial la evolución ha sido heterogénea y 13 de las provincias tienen actualmente menos empleados privados registrados que hace diez años.
La pérdida de empleo privado fue más intensa en Catamarca (- 13%), La Rioja (- 10%) y San Juan (- 7%). La provincia donde el empleo privado más creció es Neuquén (+ 26%), seguida por Chaco (+ 11%) y Corrientes (+ 10%).
En promedio, los salarios reales privados están hoy en el nivel más bajo del último decenio, aunque su evolución durante el período fue oscilante, en función de las negociaciones salariales y la evolución de la inflación. En todos los distritos (incluyendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) el poder adquisitivo de los salarios es hoy inferior a lo que era hace diez años. Las mayores pérdidas se dieron en Tucumán (- 26%), Neuquén (- 19%) y Corrientes (- 19%).
Actualmente, dice el trabajo, el mercado laboral exhibe una participación del 46% de la población total, por debajo de los niveles previos a la pandemia, y solo un tercio de la población del país trabaja en el sector privado: el 22% recibe salarios privados (13% registrados y 9% informales), un 10% es cuentapropista y 1,3% y 0,3% son, respectivamente, patrones y trabajadores sin remuneración (por caso, familiares). A su vez, 8% de la población total del país tiene un empleo público. El menor nivel de participación laboral se da en Formosa, donde 67% de la población se considera “inactiva”, seguida por San Juan (59% de inactividad), La Rioja, Santa Cruz y Santiago del Estero (estas 3, con 58%). Los únicos dos distritos en que la población “inactiva” es inferior al 50% son Mendoza y CABA, ambos con 49 por ciento.
Son constataciones de un trabajo de las economistas Laura Caullo y Azul Chincarini, del Ieral de la Fundación Meditérranea, en base a información de los ministerios de Trabajo y de Economía de la Nación y de dos series del Indec: la del Índice de Precios al Consumidor (IPC, que mide la inflación minorista) y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la base de datos oficial sobre condiciones de vida y socioeconómicas más amplia y actualizada de la Argentina.
En base a datos de la EPH Caullo y Chincarini destacan que en 13 de las 23 provincias argentinas el empleo público es más numeroso que el privado formal, algo que puede explicarse en alguna medida por el del sector docente, ya que la educación es una “facultad no delegada” de las provincias. Pero las cifras involucradas parecen trascender ese factor. En La Rioja, por ejemplo, el 18% de los habitantes (casi uno de cada cinco) tiene empleo público, contra 13% que trabaja en el sector privado, pero de estos menos de la mitad (el 6% del total) está registrado y el resto (7% del total) tiene trabajos e ingresos informales. Esto significa que por cada empleo en el sector privado registrado hay dos en el Estado. Y que de cada dos empleos en el sector privado, sumando formales e informales, hay tres en el estado.
Empleos, salarios y votos
En Santa Cruz la proporción de empleados públicos sobre el total de la población (17%) es un punto menor que en La Rioja, pero la proporción también supera la suma de empleos privados registrados (10%) y no registrados (5%). La provincia patagónica detenta además ek salario privado formal promedio más alto del país: $ 198.079 (a valores de septiembre) en el primer semestre del año, algo que podría deberse al peso de los sectores petrolero, minero y pesquero dentro de una actividad privada limitada. De hecho, el secretario del sindicato de petroleros privados de la provincia, Claudio Vidal, de generosa campaña electoral, tal vez este domingo sea elegido senador nacional por Santa Cruz, yendo “por fuera” del kirchnerismo, aunque en 2019 compitió en el mismo “lema” que la reelecta gobernadora, Alicia Kirchner.
En el otro extremo, Córdoba es la provincia de menor proporción de empleo público del país, 5% de sus habitantes trabaja en el Estado (nacional, provincial o municipal) y 12% lo hacen el sector privado formal.
“Los resultados anteriores no resultan sorprendentes dada la evolución del empleo asalariado formal, que mantuvo un curso descendente desde el primer trimestre 2018, acentuado en 2020 y alcanzando en el segundo trimestre 2021 unos 6,2 millones de puestos de trabajo, un valor que no supera a los niveles prepandemia y se asemeja al número de empleos de hace 10 años”, dice un pasaje del estudio. La evolución de las remuneraciones reales es oscilante, pero de tendencia, “debido al efecto de una inflación en ascenso”, notan Caullo y Chincarini.
Comparando los últimos datos de 2021 con el primer semestre 2011, en todas las provincias cayeron los salarios reales del sector privado. La reducción fue del 10% en promedio, pero los casos más notorios de pérdida del poder adquisitivo del salario privado se dieron en Tucumán (-26%), Neuquén (-19%) y Corrientes (-19%), en tanto Formosa (-7%), La Pampa (-7%) y CABA (-8%) fueron las jurisdicciones que más lograron contener la caída.
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