Son invaluables. Y escasas. A lo sumo se conoce el paradero de 5 o 6 de ellas. Y su valor histórico supera varias veces al que se puede obtener a través de una subasta. A tal punto que son la obsesión de los coleccionistas de monedas previas a 1881, cuando se unificó la emisión de dinero nacional.
Se trata de una moneda de 1836 que no llegó a circular y de la que sólo se acuñaron “ensayos”, versiones de muestra. Y que tienen como principal particularidad que lucían la efigie de Juan Manuel de Rosas en días en los que el político y militar era gobernador de Buenos Aires y vivía su auge como Restaurador de las Leyes. Un homenaje en vida que hasta para el propio hombre fuerte de la Confederación pareció excesivo. Por eso es una suerte de ejemplar “maldito”, que no circuló y que el propio “homenajeado” rechazó.
“Son piezas muy escasas, no más de 5 o 6 se sabe que existen, y son de otra liga completamente. Muy de vez en cuando aparece alguna en una subasta internacional, son consideradas rarezas de la numismática americana”, dijo Ariel Dabbah, coleccionista con más de 20 años de experiencia y miembro titular del Instituto Federal de Investigadores Numismáticos (Ifinra).
La Rioja, que en su territorio cuenta con un yacimiento que le permitía disponer de oro y plata, era una de las provincias capaces de acuñar sus propias monedas en días en que la moneda escaseaba en la Argentina y, en su lugar, se utilizaba comúnmente las de otros países.
El nuevo hombre fuerte de la provincia era Tomas Brizuela, un ex lugarteniente del recientemente asesinado Facundo Quiroga, y el objetivo del riojano era lograr la aceptación de sus monedas a nivel nacional para que su circulación no encontrara oposición. La idea que se le ocurrió para alcanzar ese objetivo parece haber sido elogiar al Restaurador.
Pero para sorpresa de los riojanos, el propio Rosas no estuvo de acuerdo. Y carta va, carta viene, rechazó la acuñación de una moneda con su busto en base a argumentos republicanos.
“(...) No pega bien, ni se acomoda a los principios de un Estado Republicano Federal en donde no hay potentados, ni principios, el busto de alguna persona en la moneda”, escribió el Restaurador en una carta a Brizuela citada por Mariano Alejandro Cohen, especialista en numismática y autor de “El Busto de Rosas en la Moneda”, el artículo de referencia para estas raras monedas que se puede encontrar online.
Rosas, relata Cohen, tenía en el antecedente de Simón Bolívar, quien sí había experimentado el honor de ser retratado en monedas bolivianas -que circulaban ampliamente en la Argentina de entonces- como experiencia con la que preferiría evitar la lisonja.
El antecedente “de haberse puesto en la moneda el busto del General Bolívar confirma mis observaciones, pues todos sabemos las grandes prevenciones que por esto se formaron contra él en los pueblos en que más brillaba su opinión, prevenciones que al fin lo llevaron al sepulcro, produciendo una disolución y completa anarquía en el bastisimo territorio que estaba bajo la influencia de su autoridad y crédito”, argumentó Rosas en otra carta citada por Cohen.
El malentendido, finalmente, se saldó en favor de la opinión del Restaurador. Y las monedas con el busto de Rosas no llegaron a circular.
Al menos no esas, en 1842 La Rioja Insistió con el tema -muerte de Brizuela de por medio-, no hizo mucho caso a las negativas llegadas de Buenos Aires y acuñó monedas de oro y plata, de distinto valor y tamaño que las originales, que sí llegaron a circular.
Pero los pocos ensayos de 1836 ganaron así el grado de escasez necesario para que los coleccionistas se desvivan por encontrarlas.
El trabajo de Cohen identifica cuatro monedas cuyo paradero es conocido. La primera, ubicada en el Museo del Banco Nación en la Ciudad de Buenos Aires, una segunda en una colección privada porteña y una más en la National Numismatic Collection, National Museum of American History at the Smithsonian Institution en Nueva York, Estados Unidos.
Una cuarta, hoy en una colección privada de Nueva York, fue parte de una subasta de 4 días de duración celebrada en abril de 2005 en esa misma ciudad la que la “Louis E. Eliasberg, Sr. Collection of World Gold Coins and Medals”.
El evento, que según un comunicado de la época archivado en el sitio web de la Professional Coin Grading Service casuó sensación por los más de USD 10 millones que se transaron por la llegada al mercado de tesoros que llevaban más de 60 años fuera del mercado de subastas, es el que le da un precio estimativo a la rara moneda de Rosas.
En ese momento, los 8 escudos con el busto de Rosas cambiaron de manos por USD 149.500.
Dos piezas más tienen paradero probable. La colección Peña, donada al Museo Udaondo de Luján, contaría con otras dos unidades. Pero el investigador no pudo acceder a ellas.
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