La salida de la pandemia muestra un escenario económico en que algunas actividades económicas ya pudieron recuperarse del mazazo que implicó para la actividad la irrupción de la pandemia y las medidas de aislamiento social estrictas que restringieron la producción para la mayor parte de los sectores. Un año y medio después de ese primer impacto, un puñado de rubros aún no logra despegar y otros que ya consiguieron levantar vuelo, no obstante, podrían afrontar nubarrones en los próximos meses.
El Gobierno decidió recientemente “remarcar” la expectativa de crecimiento de la economía para todo 2021, que según estimaciones oficiales ahora terminaría con una recuperación del PBI de 9 por ciento, lo que atribuyó entre otras cosas a que en la última parte del año habrá un impulso mayor de un sector al que le costó entrar en terreno positivo como el de los servicios.
Esto sucede, explican desde los despachos oficiales, porque durante la primera parte del año el repunte estuvo explicado por la actividad de la construcción y fabril, mientras que otros rubros se sumaron mucho después a la tendencia. En el equipo económico, incluso, se entusiasman con que la salida de la pandemia -aún nadie se anima a hablar de post pandemia- implique una “soga” de salvataje a los sectores más relegados y que todavía evidencian el impacto de la crisis sanitaria, principalmente entretenimiento, gastronomía y turismo.
Ese 9% que recalculó el Poder Ejecutivo como nuevo horizonte de crecimiento para el Producto Bruto este año es un poco mayor a las estimaciones privadas. Las consultoras tienen cifras que rondan entre el 8 y 8,5%, mientras que organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial ubican esa cifra en torno del 7,5 por ciento.
No es menor el “formato” que tenga la recuperación de la actividad en esta última parte del año porque, afirman los especialistas, de cierta forma marcará de qué manera podrán comportarse durante 2022, un año en el que las expectativas privadas están más atentas a cualquier alerta, por ejemplo, desde el mercado cambiario hasta el resultado de la buscada reestructuración de la deuda con el FMI, como a la política económica que caracterizará a la segunda mitad de la presidencia de Alberto Fernández.
El mapa de la realidad sectorial muestra que algunos rubros de la producción atravesaron mucho mejor que otros los primeros meses de salida del impacto económico de la pandemia de Covid-19 y que se perfilan mejor para el 2022. Infobae diseñó un “semáforo” de la economía en base a estimaciones y opiniones del sector privado y del propio Gobierno.
En verde, los mejor perfilados: Según un trabajo a pedido de Infobae por la consultora Abeceb, hay un grupo de actividades que tienen las perspectivas más favorables para los próximos meses. Entre ellos están los que implican servicios “presenciales”, como el turismo, gastronomía, transporte, entretenimiento. Si bien fueron algunos de los más golpeados, su horizonte de rebote es más pronunciado.
Presentan perspectivas favorables: el turismo, gastronomía, transporte, entretenimiento, y también indumentaria, calzado, juguetes, muebles, que se beneficiarían a partir de una sustitución de importaciones
También tienen buenas perspectivas aquellos que están beneficiados por menores restricciones y por una eventual “revancha del consumo”, entre los que identifican algunos rubros “protegidos” por la política industrial oficial. En ese listado incluyen a indumentaria, calzado, juguetes, muebles, a los que se beneficiaría a partir de una sustitución de importaciones con menor entrada de bienes finales.
También, explica Abeceb, hay otros sectores que aparecen como “soportes del cambio” para la post pandemia y otros que son considerados esenciales en un contexto como el actual. En ese aspecto menciona a la economía del conocimiento (uno de los sectores que más mano de obra demanda en la actualidad) y otros como logística de lo que se denomina “última milla” y laboratorios, sectores que tendrán más peso en la era post Covid, según la consultora.
Según un relevamiento sectorial de Invecq, con estimaciones privadas, se agregan a la lista de los más favorecidos por registrar a esta altura un nivel de actividad mayor al que tenían en 2019, antes del impacto de la pandemia, como los servicios públicos (5,9%), el comercio (4,9%) y a la industria manufacturera (4,2 por ciento).
Sobre la actividad fabril, una medición de la Consultora de Orlando Ferreres (OJF) mostró que en septiembre -un mes adelantado en relación con el último dato oficial de Indec- tuvo un avance de 1,4% mensual en la medición desestacionalizada, logrando anotar dos meses consecutivos de cifras positivas.
En la comparación anual, la suba fue de 11,4%, acumulando así una expansión de 14,5% para los primeros nueve meses: Se destacaron el complejo automotriz 35,4%, la elaboración de metales básicos 23,5% y los plásticos 19,4%, consideró OJF.
El Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo identificó en su último informe de coyuntura algunos sectores más favorecidos en un semáforo sectorial propio. En ese grupo ubica a la fabricación de maquinaria y equipo (con un aumento de la producción de 39,6% en comparación con 2019), químicos 17,6%, automotriz 27,4%, caucho y plástico 12%, materiales de la construcción 7,9%, madera y papel 5,9%, prendas de vestir, cuero y calzados 3,9% y alimentos 2 por ciento.
La industria manufacturera se perfila para terminar 2021 con su primera suba interanual en tres años, pero la Unión Industrial Argentina planteó algún asterisco en el horizonte. La UIA advirtió que el panorama para el cuarto trimestre del año y para 2022 “contiene varios elementos de incertidumbre, especialmente en el plano macroeconómico y en la demanda agregada”.
En ese sentido, destaca CEP XXI que el consumo privado, principal componente de la demanda agregada, continúa rezagado respecto a otros indicadores de la actividad económica. Por su parte, indicó que si bien las exportaciones se están recuperando en línea con el crecimiento mundial, “hay varias señales de alarma que deben considerarse, como el debilitamiento de ese crecimiento por la variante Delta, la caída en los precios internacionales y el elevado costo logístico del comercio exterior, impulsado tanto por el costo del flete como por la escasa disponibilidad de contenedores”.
El consumo privado, principal componente de la demanda agregada, continúa rezagado respecto a otros indicadores de la actividad económica (CEP XXI)
En amarillo, los sectores con advertencias: La construcción, que según Invecq en base a datos de Indec y del índice Construya, opera actualmente todavía por debajo de la prepandemia, un 4,5%, a pesar de las mejoras notorias respecto a 2020 (40,2% en el acumulado anual de 2021).
La Consultora Ferreres alertó que el sector tuvo un freno en su recuperación. “La construcción muestra una desaceleración en su avance, anotando en el noveno mes del año un crecimiento de 12,6% al comparar con igual mes del año pasado, que contrasta con las cifras superiores al 20% que presentaron los seis meses anteriores. De esta manera, el sector acumula para los meses transcurridos un avance de 25,0% en relación al mismo período de 2020″, consideró esa consultora.
De todas formas, para Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) “luego de una estrepitosa caída de la actividad (86% en abril 2020) y la pérdida de unos 76.000 puestos de trabajo, logramos recuperarnos durante doce meses desde agosto de 2020 de manera ininterrumpida, y superar los niveles de actividad y empleo prepandemia, logro que seguiremos profundizando en busca de nuestros máximos históricos”, dijo en diálogo con Infobae.
“Esto va en línea con un aspecto importante a destacar, que en el presente año la inversión pública del Presupuesto nacional ascendió a 2,2% del PBI, es decir que duplicó lo invertido en 2019 y 2020 y para el año que viene el proyecto de Presupuesto elevado al Congreso de la Nación estipula un 2,4% del PBI”, apuntó el ejecutivo.
En el presente año la inversión pública del Presupuesto nacional ascendió a 2,2% del PBI, es decir que duplicó lo invertido en 2019 y 2020 (Szczech)
Según Abeceb, la construcción presenta tanto oportunidades como desafíos. Entre los puntos a favor identifica las tasas de interés en pesos negativas y un contexto de cepo cambiario que vuelve atractivas a las inversiones en ladrillo. También anotó como activos los bajos costos en dólares para la construcción y la normalización de la obra pública.
Por el contrario, alerta que cuestiones como el deterioro poder de compra, el crédito hipotecario escaso, la baja renta que implica un alquiler para el propietario de una vivienda y la incertidumbre sobre la prórroga del blanqueo son aspectos a considerar. “Instamos al Congreso de la Nación a que trate el proyecto de ley de fomento al crédito hipotecario que promovimos, el cual está en condiciones de ser tratado hace ya un año. Esto implicaría mayor desarrollo para la industria de la construcción y, sobre todo, mayores posibilidades de acceso a la vivienda con créditos hipotecarios que varíen en CVS para los argentinos y contribuiría con la disminución de la pobreza”, agregó Szczech.
El Gobierno identificó en amarillo en su semáforo de rubros de la economía a la refinación de petróleo por haber registrado la más leve de sus bajas de los últimos meses (0,8%) frente a igual mes de 2019; a la siderurgia, ya que en agosto el sector mostró una baja de 2,8% frente al mismo mes de 2019 y el alojamiento en hoteles porque, consideró, “el turismo interno continuó en niveles históricamente bajos en julio, aunque mostró creciente actividad tras el pico de la segunda ola y las vacaciones de invierno”.
Para Abeceb, en tanto hay otros rubros que podrían ser promisorios por su buen posicionamiento externo, como el sector agropecuario, las economías regionales, la fabricación de pick ups, y los químicos, ayudados por buenos precios internacionales y demanda, pero que tienen sus riesgos, principalmente las restricciones para garantizar el abastecimiento local, algo que podría ser más notorio en casos como la industria de la carne bovina y el maíz.
El sector agropecuario, las economías regionales, la fabricación de pick ups, y los químicos, ayudados por buenos precios internacionales y demanda, tienen sus riesgos, principalmente por las restricciones para garantizar el abastecimiento (Abeceb)
En rojo, los rubros con más dificultades: Abeceb consideró que distintos sectores tienen, en lo sucesivo, distintas dificultades que se podrían presentar como obstáculos para su actividad. En ese grupo identificó aquellos rubros que son dependientes de insumos y de bienes finales importados, mayormente la industria (automotriz, textil y repuestos), mencionó, lo que atribuyó a mayores trabas y tensiones en cadenas globales de valor.
Otros podrían ser afectados por controles de precios, lo que presionaría sobre sus niveles de rentabilidad. En ese caso, remarca a las alimenticias de canasta básica y consumo masivo en general, en referencia al congelamiento de precios ya vigente hasta enero y que podría continuar luego de finalizados esos tres meses.
En otros casos se trata de rubros que esperan definiciones de tipo regulatorias por parte del Gobierno, como el petróleo y gas, minería, telecomunicaciones, salud, electricidad, que tienen que ver con reestructuración de contratos, precios relativos y medidas de estímulo.
Sobre el sector energético planteó Abeceb como una incógnita la aprobación del proyecto de Ley de Promoción Hidrocarburífera, cómo continuarán los precios internos regulados y cómo se resolverá la falta de infraestructura. Aunque se compensa en las proyecciones con el Plan Gas de estímulo a la oferta y los mejores precios internacionales.
Para la minería, por su parte, esa consultora marcó como relevante la ausencia de proyectos nuevos en corto plazo y la necesidad de incentivos, entre los que mencionó como ejemplo la existencia de un plan estratégico que incluya, por ejemplo, menores retenciones. El Gobierno aún no presentó el prometido plan minero que buscaba poner en discusión pública.
El Gobierno en su informe del CEP XXI marcó en rojo como los sectores con más dificultades el de la fundición de metales (12,7% versus 2019) y la molienda de oleaginosas, ya que el sector cayó 14,9% en agosto frente al mismo mes de 2019, tanto por los productos de soja como por los de girasol.
En un sentido similar, Orlando Ferreres consideró que el sector agropecuario observó durante septiembre una caída anual de 5,1%, acumulando para los nueve meses en análisis una merma de 6,9% respecto del mismo período del año pasado. En detalle, la actividad agrícola tuvo un nivel 3,4% menor al observado para igual mes del año pasado, mientras que la ganadería mostró una contracción de 6%, relacionado a la contracción de la faena.
La actividad agrícola tuvo un nivel 3,4% menor al observado para igual mes del año pasado, mientras que la ganadería mostró una contracción de 6% (OJF)
Según Abeceb, a pesar de los drivers a favor de este sector, aparecen luces de alerta por los eventuales impactos de “La Niña”, un incremento en los valores de los insumos y precios internacionales con riesgo a la baja.
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