Aunque el Banco Central relajó levemente las trabas al pago de importaciones luego de casi un mes de cepo duro que le permitió recomponer sus reservas, las trabas al ingreso al mercado de cambios para cancelar compras de bienes y servicios al exterior todavía pesan sobre las empresas. Por ejemplo, una de las medidas que fueron instauradas el 5 de octubre pasado y que no se echaron atrás es la que obliga a informar con antelación cualquier pago al exterior de USD 10.000 en adelante y que, según operadores, agrega costos y estira los tiempos para las transacciones más cotidianas.
Ante la sangría de reservas que sufría la entidad conducida por Miguel Pesce luego de las primarias de septiembre el Gobierno optó por cortar el chorro a principios de octubre mediante una modificación de las normas de operación de dólares financieros y un cierre más estricto para los pagos de importaciones de bienes y servicios. Ante las quejas empresarias a fines del mismo mes relajó los límites a los pagos anticipados, pero nunca se volvió al punto de partida.
Hoy, las empresas conviven con condiciones más duras para concretar pagos al exterior de hasta los bienes y servicios más nimios, como computadoras, servidores o hasta licencias de software que necesitan pagar como todos los años. Y esto es porque la Comunicación A 7375 del 5 de octubre último bajó de USD 50.000 a USD 10.000 el monto a partir del cual las firmas tienen que informar con 48 horas de anticipación que necesitan comprar divisas para un pago al exterior.
“El trabajo previo recae sobre comercio exterior, que están totalmente sobrepasadas”
Desde hace años el BCRA pide a los bancos que informen 3 días de operaciones cambiarias con dos días de antelación -o sea, 5 días en total-, para dar curso a las compras de divisas necesarias y programar cuál va a ser la demanda de dólares comerciales en cada rueda. Hasta septiembre consideraba de relevancia a aquellas que implicaban compras de USD 50.000 o más, pero desde el mes pasado decidió achicar el monto.
Con esa baja del nivel del radar, hasta las operaciones más sencillas pasaron a necesitar la atención de departamentos de comercio exterior -en las empresas grandes- o de una parte cada vez más relevante del personal administrativo de las empresas más chicas. Ya también para los bancos, que están viendo crecer la cantidad de empleados que deben destinar a comercio exterior.
“Las áreas de comercio exterior ahora tienen que verificar toda la documentación no sólo para operaciones grandes sino para cosas muy chiquitas. Tienen que mandar todo el papeleo 5 días antes, tienen muchas más operaciones de las que chequear despachos y otros trámites. Es un trabajo burocrático muy grande que le agregaste también a los bancos. A las mesas de operaciones implica ir a chequear cada una de las operaciones, pero el trabajo previo recae sobre comercio exterior, que están totalmente sobrepasadas”, dijo un operador cambiario de un banco.
“Si tenés que reportar y esperar aprobación de 5 operaciones es una cosa, si tenés que reportar 100 se te estiran mucho los plazos”
En otra entidad corroboraron que la burocracia resultante es enorme.
“Ralentiza los pagos por la obligación de informar operaciones de montos mas bajos. O sea, se suman operaciones a reportar y aprobar”, dijeron en un banco de origen extranjero.
“Si tenés que reportar y esperar aprobación de 5 operaciones es una cosa, si tenés que reportar 100 se te estiran mucho los plazos”, agregaron.
En empresas, mientras tanto, explican que hasta las operaciones más sencillas quedaron comprendidas dentro de la maraña de trámites. Pagos por software, pequeñas contrataciones, importaciones de servicios y otros gastos sencillos propios de la operatoria habitual pasaron a quedar revisadas. Tal es el engorro que algunos bancos están sugiriendo limitar esos pagos a menos de USD 10.000 diarios para que pasen debajo del radar y así se ahorren todo el largo proceso.
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