Durante el gobierno de Alberto Fernández, el Estado sumó 78.600 empleados y el sector privado perdió 140.000

El sector público en su conjunto, Nación, provincias y municipios, incrementó su cantidad de trabajadores en esa proporción según los datos oficiales. El mercado de trabajo se mantiene más expansivo en la administración pública y en las actividades independientes que en los empleadores particulares

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El empleo en el sector público es el que más crece y el que mantiene alta conflictividad laboral por la estabilidad de sus puestos (@ATE_PromSocial)
El empleo en el sector público es el que más crece y el que mantiene alta conflictividad laboral por la estabilidad de sus puestos (@ATE_PromSocial)

En agosto de 2021 el total de personas con trabajo registrado en el Sistema Integrado Previsional Argentino alcanzó a 12,168 millones, significó sendos aumentos de 0,5% y 2,8%, en comparación con el mes previo y un año antes, respectivamente, informó el Ministerio de Trabajo. Las cifras indican la reincorporación de 54.600 personas más respecto de julio y 327.000 en los pasados 12 meses.

De ese total, la cartera laboral contabilizó 9,67 millones de asalariados (incluyendo al sector privado, sector público y el trabajo en casas particulares) y 2,49 millones de trabajadores independientes (monotributistas y autónomos).

En una economía que aún no ha alcanzado los índices de actividad previos a la crisis sanitaria, y que el sector público enfrenta carencias financieras el tamaño del Estado sigue creciendo

Cabe notar que en una economía que aún no ha alcanzado los índices de actividad previos a los que se observaba antes de la irrupción de la crisis sanitaria, en la que el sector público enfrenta distintas carencias, el tamaño del Estado medido por la nómina de empleados en el sector público en su conjunto (nación, provincias y municipios) se elevó desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández en 78.644 personas; mientras que la dotación asalariada en el ámbito privado se contrajo en 139.076, según los datos provisorios de la cartera laboral.

Claramente, a la ausencia de políticas que incentiven la inversión productiva, principal generadora de empleos privados, se suma como restricción a la puerta de entrada al mundo de trabajo en relación de dependencia la persistencia de la prohibición de despidos, y ahora se agregan los controles discrecionales de precios que afectan la planificación de los negocios de las empresas.

El informe mensual de la cartera laboral destaca que “entre las ramas de actividad que mostraron mayor dinamismo mensual se encuentran Hoteles y restaurantes 1,2%, Pesca y Construcción 1%, en cada caso, Enseñanza 0,8%, Explotación de minas y canteras 0,2%; y muy levemente Comercio y reparaciones, y Suministro de electricidad, gas y agua 0,1 por ciento.

En la comparación mensual sin estacionalidad se observa que 15 de las 24 provincias mostraron variaciones positivas. Los crecimientos más importantes se verificaron en Catamarca 2,1%, Neuquén 0,8%, Formosa y Salta 0,6% -en cada caso-, San Luis 0,5, y Tucumán y Santa Cruz 0,4 por ciento.

Las jurisdicciones más importantes desde el punto de vista del volumen de empleo que representan crecieron de manera moderada (como es el caso de Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) o se mantuvieron estables (CABA)”, observó el Informe Laboral; así como que registraron bajas de puestos de trabajo privado asalariado Tierra del Fuego, Chaco y Jujuy 0,2%, cada una, Entre Ríos 0,5 y La Rioja 0,9% de la nómina.

Expectativas para el corto plazo

La Encuesta de Indicadores Laborales volvió a detectar en septiembre un modesto aumento de 0,2% del nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 personas ocupadas del total de los aglomerados relevados, en relación al mes anterior, un ritmo muy lento para recuperar los casi 140.000 puestos caídos en casi dos años de gobierno.

Y agrega: “Las expectativas netas de las empresas en relación a la contratación de personal para los próximos tres meses, continúan resultando positivas (5,1%), consolidando la tendencia creciente observada desde hace 6 meses”, sin embargo, el indicador, que surge de la diferencia entre la proporción de empleadores que esperan aumentar sus dotaciones y aquellos que esperan disminuirla, dio cuenta de que apenas 7,1% de las firmas declararon al encuestador que planificaban hacer cambios en el total de la nómina de trabajadores en relación de dependencia.

La renuncia se mantuvo como la causa principal de la desvinculación laboral, con un punto porcentual de la tasa de salida de 1,9 pp

Aún así, se inscribe como auspicio que ese nivel de expectativas positivas, resultaron mejores a las observadas en los meses previos a la irrupción de la pandemia.

No obstante, en sentido contrario, se detectó en el relevamiento mensual que la proporción de suspensiones se elevó levemente en el mes a 9,7% de las empresas, aunque se mantuvo por debajo de 1,5% del total de la nómina de personal.

De la EIL se desprende también que “la renuncia” se mantuvo como la causa principal de la desvinculación laboral, con un punto porcentual de la tasa de salida de 1,9 pp, seguida muy detrás con 0,4 pp la finalización de contrato laboral por tiempo determinado.

Pese a ese cuadro, los datos relevados por el Ministerio de Trabajo, determinaron que a fines de agosto el promedio de los salarios en el sector privado registrado se elevó 55,4%, unos dos puntos por arriba de la inflación, a $96.213 en valores brutos, aunque la mediana (la estimación que quita el efecto de los valores extremos de la serie) fue mucho menor: $75.231, con una recuperación en términos reales de casi cuatro puntos porcentuales.

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