Para no seguir emitiendo, el Banco Central ayudó a Guzmán a través de un cambio regulatorio

El Banco Central modificó una norma para asegurar la demanda de los bonos que licita Economía. Evita así aumentar la impresión de moneda pero la estrategia tiene, de todos modos, un efecto expansivo que presiona sobre la inflación

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Aunque ocurrió hace pocos días que el Presidente Alberto Fernández aseguró, en un fuerte tono de campaña, que la emisión monetaria no es la causa de la inflación, en el Banco Central hacen todos los esfuerzos requeridos para minimizar, en el marco de lo posible dado el contexto político, la impresión de moneda de cara a fin de año.

Es que en el Gobierno es cada vez mayor la preocupación por la aceleración de los precios. Y, a pesar de las declaraciones en modo electoral, existe la noción de las altas necesidades que se enfrentarán en el bimestre que se acaba de iniciar, estacionalmente el más deficitario del año. De ahí que en el Banco Central no esconden la vocación de que sea el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien logre avanzar con el calendario de colocación de deuda con la menor cantidad de complicaciones posibles. El objetivo no luce tan sencillo. A tal punto, el presidente de la autoridad monetaria, Miguel Pesce, está comprometido que, con distintas medidas, le brinda al ministro notoria asistencia en su búsqueda de financiamiento en el mercado. Es que la cifra que Economía aún debe obtener del mercado en apenas dos meses no es nada menor: entre noviembre y diciembre vencen más de $600.000 millones. La cifra es 30% superior a los $450 millones que recaudó entre los inversores en los primeros diez meses del año.

En este escenario, la última muestra de cooperación del BCRA fue la Comunicación A 7383, emitida a fin de la semana pasada, por la que la autoridad monetaria amplió el menú de títulos elegibles para integrar los encajes. Esto habilita a los bancos a canalizar mayor liquidez hacia el Tesoro con el fin de asegurar la demanda de los bonos que todos los meses licita Guzmán. Es que el BCRA ya emitió todo lo que tenía previsto para todo el año en relación al PBI y más de lo que estaba presupuestado en el programa financiero del año en términos nominales. Pudo hacerlo, en gran medida, gracias a la contabilidad aplicada para los DEG´s que giró el Fondo Monetario en agosto último. De todos modos, la estrategia tiene sus limitaciones y Economía aún debe completar su plan de colocación de deuda, hasta ahora cubierto en 50% de acuerdo al seguimiento realizado por Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma.

A pesar de las declaraciones en modo electoral, en el Gobierno existe la noción de las altas necesidades que se enfrentarán en el bimestre que se acaba de iniciar, estacionalmente el más deficitario del año

Es en esa misión que el Banco Central intenta ayudar, al acomodar la normativa de mayo último según la cual los bancos podían integrar los requisitos mínimos de liquidez con los bonos a 180 días que colocaba el Tesoro. A partir de ahora, podrán hacerlo también con bonos a 120 días. Pero lo cierto es que, si bien el éxito de las colocaciones de deuda disminuye la presión sobre el Banco Central para emitir, este modus operandi genera, de todos modos, una expansión monetaria. Es decir, los emita o no, el resultado sigue siendo una mayor inyección de pesos en la economía.

Así, de acuerdo a los cálculos del economista, más de 70% del financiamiento neto obtenido en el mercado se logró, precisamente, gracias al cambio regulatorio que permitió a las entidades financieras prestar parte de los fondos depositados en los encajes en vez de tener ese dinero inmovilizado. La contracara es que esos pesos entran, de esa manera, en circulación y presionan sobre el nivel de precios.

Para Caamaño, profundizar el uso de este mecanismo deja en evidencia la poca vocación del mercado de financiar genuinamente al Gobierno. “Este recurso resulta monetariamente expansivo y deja de lado aquella premisa del programa financiero 2021 de cubrir el 40% de las necesidades financieras con deuda para acotar la emisión destinada a financiar el déficit primario. Incluso así, el programa viene corriendo muy de atrás”, afirmó el consultor, quien calcula que la expansión monetaria alcanzó hasta octubre el equivalente a 3,6% del PBI.

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