Como se preveía, la rueda de hoy fue la más intensa del año. Cada día de los próximos 9, hasta las elecciones del 14 de noviembre, tendrá más intensidad que el día anterior y cada día el Banco Central deberá trabajar más para contener al dólar, pero con herramientas limitadas por la escasez de reservas.
Era absolutamente previsible que la cobertura en dólares avanzara y la curva de precios se fuera empinando a valores que parecen irracionales. Las fuertes ventas del viernes de dólares mayoristas a los importadores, lejos de calmar la demanda la enardecieron. El dólar oficial es a los inversores como la sangre a los tiburones. El mercado está al acecho porque las ve vulnerables y ataca las reservas.
Por eso el dólar MEP en la plaza del bono GD30D, en un rally tremendo sobre el final de la rueda, cerró a $204,60. Subió $6 (+3%) en un día. El contado con liquidación en el Senebi, el lugar donde cada operador negocia cara a cara con cliente sin que el precio aparezca en pantalla, en el contado inmediato se pagó a $215 en el minuto final de la rueda. El avance fue de $4,50 (+2,14%).
El “blue”, a todo esto, bajó $1,50 a $196 y quedó como el dólar más barato entre los que cotizan por afuera del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Cabe aclarar que esta plaza es insignificante en negocios y el humor de los compradores y vendedores es estacional. Los fines de mes son días de vendedores y, después de cobrar los sueldos o retirar algún plazo fijo, aparecen los compradores. No cabe duda que hoy puede cambiar el valor empujado por lo que sucede en las otras plazas del billete norteamericano.
En la plaza oficial, donde el Gobierno controla el valor del dólar con el bono AL30D que tiene un cupo por cliente de USD 50 mil nominales, alrededor de USD 19 mil cash, el MEP cerró a $179,22 previa intervención oficial de casi USD 20 millones. El precio del contado con liquidación en este mercado fue de $179,32, pero no es representativo por lo exiguo de los negocios.
El fin de semana le sirvió al Gobierno para enviar una señal de que no va a acelerar la devaluación. El dólar mayorista subió 8 centavos y esto da un promedio de menos de 3 centavos diarios. Una vuelta a la “normalidad”. Como no se vendieron dólares a los importadores y empresas, el Banco Central compró USD 20 millones que no pudieron impedir que las reservas pierdan USD 35 millones y cerraran en USD 42.781 millones.
La fuerza que toma la probabilidad de devaluación, hizo que el T2V2, el bono atado al precio del dólar oficial (dollar linked), subiera 0,70% y que el TV23 aumentara 0,97%. En otras palabras, el mercado no cree en esta demostración de persistencia del anclaje y apuesta, en el sentido contrario, a la devaluación.
Por eso el Banco Central tuvo que vender dólares a futuro en mayores cantidades para bajar los precios de los fines de mes entre noviembre y febrero que son clave. Ahora fin de año cotiza a $107,61 (-0,26%) y fin de enero a $114,17 (-0,20%).
Los inversores del exterior solo miran un lado del mercado y no es precisamente el MULC. Por eso los bonos de la deuda con ley extranjera que mide el Embi+, el indicador de riesgo país de J. P. Morgan, tuvieron otra rueda desafortunada y el riesgo aumentó 10 unidades al récord post default de 1.722 puntos. El 6 de octubre pasado, los inversores celebraban que el riesgo país perforara el piso de 1.600 puntos básicos para ubicarse en 1.591. En menos de un mes, los dólares financieros volaron y los bonos se derrumbaron. No es coincidencia.
Tampoco es incoherencia que las acciones en la Bolsa de Buenos Aires tengan subas importantes. Sus precios en dólares ubican a los papeles en valores en liquidación prestos a recuperar su valor histórico cuando la economía cambie. Esto significa, con una hipótesis de mínima, que hay papeles que en un par de años pueden aumentar más de 200% en dólares. Por eso los inversores toman posiciones. Y acá hay otra coincidencia. Los que sacan sus departamentos del mercado de alquileres los ponen en venta a precios hasta 40% más baratos para posicionarse en otros activos. Los inmuebles hoy no son una inversión, sino un gasto. El 35% de los inquilinos de Buenos Aires está en mora.
Por eso los brokers inmobiliarios cambiaron la orientación de sus negocios. De vender y alquilar departamentos, los más grandes pasaron a ser rematadores. Adrián Mercado indicó que la crisis le dio esta enorme oportunidad. Además, de haber sido uno de los subastadores de Falabella, la cadena que se está yendo de la Argentina, también lo es de compañías de bienes de capital que se deshacen de activos para capitalizarse como es el caso de Helport, una empresa de construcción y mantenimiento de la obra pública que, entre el jueves y viernes próximo, rematará online excavadoras, plantas asfálticas, palas cargadoras, motoniveladoras, grupos electrógenos y contenedores, entre otros bienes. Los cambios que llegaron con la pandemia y los controles de la economía llevaron a las empresas a transformarse de manera sorprendente para no desaparecer.
Por eso las acciones reaccionan en el peor momento económico del país. El inversor bursátil avezado basa su estrategia en lo que pasará dentro de un tiempo y hace quedar antiguo al dicho, por lo menos en la Argentina, de “compré cuando todos vendían y vendí cuando todos compraban”.
De esta manera, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, reaccionó tras la caída del viernes, con una suba de nada menos que 4,66% muy cerca de los máximos del día. El monto de negocio fue de $1.238 millones, algo inferior a las ruedas anteriores, pero en este escenario hace sustentable la suba de precios. Los ganadores fueron Central Puerto (+6,72%), Aluar (+6,66%) e YPF (+6,11%).
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron un excelente volumen de $3.919 millones. Los certificados argentinos, solo padecieron tres bajas. La más importante fue la de Edenor (-3,6%). Los que más subieron fueron los de IRSA (+5,1%), Tenaris (+3,9%) e YPF (+3,6%).
Faltan 9 ruedas para las elecciones y para el Banco Central ese lapso se asemeja a la eternidad. La cobertura aumenta a medida que se aproximan los comicios. La demanda es infinita y las reservas para hacerle frente, limitadas.
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