Alberto Fernández demoró hoy una hora su partida en un vuelo charter a Glasgow, Escocia, donde participará de una nueva Cumbre sobre el Cambio Climático, porque se reunió y conversó con Jeffrey Sachs, uno de los más conocidos economistas internacionales y profesor de la Universidad de Columbia, donde encabeza un centro de estudios ambientales.
Sachs respaldó el pedido del presidente para que se redistribuyan, en favor de los países más vulnerables y también de ingresos medios, como la Argentina, la parte de los DEGs que por USD 650.000 millones distribuyó recientemente el Fondo pero no fueron utilizados por algunos países y podrían reasignarlos a otros con escasez de recursos para enfrentar problemas derivados de la pandemia mundial de Covid-19 o problemas de liquidez o de deuda, como en el caso argentino.
Esa redistribución podría hacerse a través del Fondo de “Resiliencia y Sostenibilidad” que desde el Fondo impulsa su directora, Kristalina Georgieva, y que coincide en buena medida con pedidos que Guzmán había planteado en abril pasado, en la reunión de ministros de Finanzas del G20, junto a su par mexicano, el secretario de Hacienda y Crédito Público Arturo Herrera Gutiérrez.
Guzmán, cuyo mentor académico, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, también es profesor de la Universidad de Columbia, tiene una buena relación con Sachs de su paso por Columbia y también agradeció, en su momento, la firma de Sachs en una carta de más de un centenar de académicos y economistas que apoyó la negociación de Economía con los acreedores privados de la Argentina. El reconocido economista llegó a Roma por invitación de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Si bien no habló en ninguno de los eventos de la Cumbre de presidentes del G20, apoyó sin fisuras las propuestas argentinas respecto de los sobrecargos y la redistribución de los recursos del Fondo.
Tanto Stiglitz como Sachs también salieron públicamente en defensa de Georgieva, cuando la titular del Fondo fue duramente cuestionada por la presunta manipulación del informe “Doing Business 2018″ a favor de China, mientras era CEO del Banco Mundial.
Hoy el presidente Fernández planteó en su discurso la redistribución de recursos como una manera de “construir puentes de fraternidad y dejar atrás los muros del egoísmo”. También advirtió que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible está en terapia intensiva” porque “las brechas de bienestar corren el riesgo de convertirse en una fractura de dimensiones catastróficas” que “la pandemia ha incrementado” con “especial dureza en América Latina y el Caribe”.
“Quisiera que mi voz exprese el grito desesperado de los condenados de la tierra, por el hambre, la ausencia de trabajo, las migraciones forzadas, la pobreza, la discriminación de género y racial”, expresó.
Frente a los Líderes de las principales economías del mundo, congregados en Centro de Convenciones La Nuvola, y acompañado por los ministros de Relaciones Exteriores y de Economía, Santiago Cafiero y Martín Guzmán, y por el sherpa en el G20 y embajador ante los Estados Unidos, Jorge Argüello, Alberto Fernández pidió “poner al ser humano en el centro de las decisiones” y aseguró que “desde las periferias del mundo” se necesita “financiamiento genuino para el desarrollo, sin la complicidad local de quienes lo fugan a paraísos fiscales”.
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