El volcán Cumbre Vieja, en La Palma, una de las islas Canarias, llamó la atención mundial desde su entrada en erupción, hace ya más de un mes. Las explosiones y las coladas de lava fluyendo en ríos de fuego y piedra, abarcando unas 500.000 hectáreas y volcándose sobre el agua como para rellenar el mar, son una muestra impactante del poder de la naturaleza.
Por de pronto, la erupción ya dañó seriamente los dos pilares de la economía de La Palma: el turismo y los plátanos, principal producto de exportación de la isla.
La erupción ya dañó seriamente los dos pilares de la economía de La Palma: el turismo y los plátanos, principal producto de exportación de la isla
¿Cuál es el impacto sobre la tierra de esta forma específica de cataclismo natural? ¿Cuál su efecto económico? ¿Es siempre negativo? ¿Cuál es la experiencia argentina al respecto? Son algunas preguntas que surgen ante semejante poderío, al que en el caso de La Palma algunos quieren oponer un bombardeo aéreo que encauce la lava en una sola dirección, como en los años 30 del siglo XX intentó el legendario general George Patton domar el volcán Mauna Loa, en Hawaii, que al final se echó a dormir cuando quiso.
Riesgo potencial
Al fin y al cabo, las erupciones volcánicas son un riesgo potencial para 8% de la humanidad, de consecuencias poco investigadas, escribieron Johana Choumert-Nkolo, Anaïs Lamour y Pascale Phélinas en The Economics of Volcanos, un estudio publicado este año en la revista especializada The Economics of Disasters and Climate Change.
Un dato sorprendente, de un catálogo de volcanes y registro de erupciones de los últimos 10.000 años, del Instituto Smithsoniano, en Washington, es que al 15 de octubre pasado había en la tierra 48 volcanes en proceso eruptivo (así se considera si desde el inicio no hubo ningún período de más de 3 meses sin actividad diaria) y que en un día normal sobre la tierra hay unos 20 volcanes en plena erupción.
A su vez, un trabajo de los investigadores James Daniell , Friederman Wenzel y Andreas Schaefer sobre el costo económico de los desastres naturales calculó, para el período 1900-2015 un total de 7 billones (millones de millones) de dólares.
Al igual que en la Argentina, aunque en menor proporción, a nivel mundial el mayor daño proviene de inundaciones (40%), seguidas por terremotos (26%), tormentas de distinto tipo (19%) y sequías (12%). Un ranking en el que los volcanes se quedan con un modesto 1%, aunque esa estimación no incluye las pérdidas por “alerta volcánico” en la etapa previa a una erupción, cuando se logra evitar el grueso del costo en vidas.
Hitos históricos
Entre los hitos históricos está la erupción del Vesubio, que en el primer siglo de la era cristiana sepultó Pompeya y Herculano (redescubiertas recién en el siglo XVIII) y se llevó la vida de “Plinio el Viejo”, legendario sabio y general romano, primo del historiador Tácito, que con su flota intentó rescatar a la noble Rectina, cuya Villa estaba al pie del volcán.
Según la Universidad de Cambridge, la erupción del volcán Eldgjá, en Islandia, en 939, tuvo el curioso efecto de convertir al cristianismo a los vikingos
Otro, cuyo inicio estudios de la Universidad de Cambridge dataron en el año 939, fue la erupción en Islandia del Eldgjá: duró más de un año y tuvo el curioso efecto de convertir al cristianismo a los vikingos que entonces colonizaban la isla. Según el vulcanólogo Clive Oppenheimer, interpretaron la erupción como “un acto de Dios” del que da cuenta el Voluspá, poema medieval islandés.
Y otro aún, la erupción en 1883 del Krakatoa (historia que cuenta la película “Krakatoa, al este de Java”): causó una explosión equivalente a 23.000 bombas de Hiroshima, barrió el archipiélago homónimo, provocó tsunamis que recorrieron casi 8.000 kilómetros y se sintió en una décima parte del globo. Ya submarino, Krakatoa provocó otro tsunami con casi medio millar de muertos en 2018 y volvió a entrar en actividad en abril del año pasado.
Volcanes con onda
Pero no siempre los volcanes tienen efectos negativos. Son una fuentes de energía geotérmica en México, uno de los principales vectores energéticos de ese país, y principal atractivo turístico de Islandia, una isla volcánica cuya economía rescataron de la quiebra bancaria originada en la crisis mundial de 2008. En 2010, la erupción del Eyjafjallajokull (ni intente pronunciarlo) provocó la suspensión por dos semanas del tráfico aéreo en el norte de Europa, pero para la isla fue una bendición.
La recuperación se produjo con control de capitales y sin inversión, lo que podría llevar al equívoco del Gobierno argentino. Jorge Vasconcelos, economista del Ieral, destacó que Islandia salió de la crisis gracias al volcán, cuyos fuego y lava se pueden apreciar a buen resguardo, y una corona (la moneda islandesa, no la cresta del volcán) devaluada. El ingreso de turistas se quintuplicó, hasta 2,5 millones de visitas anuales y en el pico llevó a que hubiera 7 turistas por habitante. La ¿inversión? consistió en autorizar el arribo de aéreas extranjeras y el alojamiento en casas de familia.
Islandia estaba entonces bajo un programa del FMI que monitoreaba Julie Kozack, la misma que hoy, con el venezolano Luis Cubeddu, busca entender qué pretende Alberto Fernández y que entonces debatió el caso islandés con dos premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, el mentor académico del ministro Martín Guzmán.
Islandia abrió así su economía, al punto de que el comercio exterior llegó a explicar el 90% del PBI. Este año, la erupción del Fagradalshraun (en islandés: “hermoso valle de lava”), se sumó a la fiesta: en su sexta erupción en 20 años, lleva más de 7 meses escupiendo fuego y deslumbrando a quienes lo observan, seguros, desde el monte Fagradalsfjall, a 40 km de Reikiavik, la capital de la isla. “Es una erupción razonablemente larga”, dijo el vulcanólogo islandés Thorvaldur Thordarson.
En las Américas, los volcanes abundan entre EEUU (actualmente está en erupción el Kilauea, en Hawaii) y en México (faja volcánica mexicana) y en Centro América, donde en 2018 hubo una espectacular erupción del “Volcán de Fuego”, en Guatemala, que entró nuevamente en erupción a fines de septiembre pasado.
Además, Ecuador cobija el Chimborazo, que en 1802 escalaron el naturalista alemán Alexander von Humboldt y el botánico francés Aimé Bonpland. Por ubicación, su cumbre es el punto de la tierra más cercano al sol. Fue mientras iba hacia él y observaba el cambio de clima y vegetación que Humboldt concibió la idea de “ecosistema”, cuenta la escritora alemana Andrea Wulff en la deslumbrante biografía “La invención de la naturaleza”. Aquella y otras aventuras y escritos hicieron del sabio alemán el humano con más calles del mundo en su nombre. Bonpland se terminó afincando en la Argentina y Paraguay, donde investigó y divulgó las virtudes de la yerba mate.
Hudson y después
Hacia el sur, las erupciones que más afectaron a la Argentina en las últimas décadas tuvieron lugar del otro lado de la cordillera y llegaron con el viento. En 1991,el volcán Hudson, en Chile, llevó sus cenizas hacia Santa Cruz, arruinó la producción ovina de localidades como Los Antiguos, Perito Moreno y San Julián y la economía de la meseta central. Ocurrió tres semanas antes de la elección en que Néstor Kirchner, con poco más de 20.000 votos (algo menos de 33% de los emitidos) ganó la gobernación sumando los votos de su entonces enemigo interno, Arturo Puricelli.
El Hudson fue tremendo para la provincia, pero fue bien aprovechado por el flamante gobernador. “Desde los Andes a la costa atlántica, la ceniza mató 1,5 millón de ovejas y las plantaciones de frutas finas (..) El viento llevó las cenizas hasta Río Gallegos y aún hasta Buenos Aires (..) La ceniza atrajo la atención de las autoridades nacionales, que decidieron visitar la zona más afectada”, contó el ahora difunto Daniel Gatti, periodista y exmilitante revolucionario, en su libro “Kirchner, el amo del feudo”, la primera y más vívida biografía política de Kirchner y el kirchnerismo.
El auxilio del gobierno de Carlos Menem cobró forma en el “Acuerdo de Puerto Deseado” que -escribió Gatti- abarcó el “reconocimiento y cobro de regalías de petróleo mal liquidadas”, acreditado al año siguiente y origen de los llamados “fondos de Santa Cruz”, más fondos para viviendas, aportes no reintegrables para asistencia productiva y social, provincialización de puertos, convenio de pesca y preacuerdos de compensación de deudas entre Nación y Provincia y entre el BCRA y el Banco de Santa Cruz.
El gran acreedor
En una provincia fundida, Néstor Kirchner recibió una montaña de dinero, ascendió a un cargo clave en el banco provincial a un empleado de su máxima confianza, Lázaro Báez, y pasó a ser el gran acreedor de productores arruinados.
Localidades como Perito Moreno y San Julián pasaron a ser territorio minero
“La primera medida que adoptó fue el secuestro del medio aguinaldo y el sueldo de diciembre de 1991, medida que le permitió hacer caja y avanzar en una estrategia de sumisión de las estructuras que él denominaba ‘las corporaciones’ “, cuenta Gatti, para quien “lejos de las mentiras de los USD 1.000 millones de deuda, cuatro meses de atraso en los salarios y dos aguinaldos, Kirchner encontró una provincia que se posicionó en más de cuatro pesos por cada uno de deuda”. A los dólares por “regalías mal liquidadas” sumó USD 35 millones por la venta de áreas centrales de petróleo y USD 40 millones de otros créditos, como los de impuesto a los sellos, gracias a un fallo de la Corte Suprema de Justicia, la “corte adicta” del menemismo. En cierta forma, la erupción del Hudson parió al kirchnerismo, cuyos efectos sobre la política y la economía argentina siguen vigentes.
“Fue devastador, los pastizales quedaron tapados de ceniza”, recordó a Infobae Marcelo Cepernic -hijo de Jorge Cepernic, gobernador peronista de Santa Cruz en los 70s-, en cuyos campos el Inpres (Instituto Nacional de Prevención Sísmica, con sede en San Juan) acaba de instalar un sismógrafo, a raíz de dos recientes sismos en El Calafate.
Localidades como Perito Moreno y San Julián pasaron a ser territorio minero. Al noroeste de la provincia se perdió por completo la producción ovina y llevó años recuperar la frutihortícola, recuerda Walter Treffinger, productor de cerezas, frutillas y verduras en Los Antiguos, que entonces envió a su esposa e hijos a Caleta Olivia y aguantó meses en el pueblo, hasta que pasó lo peor.
“Lo que no te mata, te fortalece”, dice ahora Treffinger, celebrando el influjo turístico desde provincias como Córdoba y Santa Fe, en la que durante años cultivó clientes ofreciendo en ferias sus dulces y licores. El productor aclaró, además, que es falso, como circuló en algunos informes, que años después las cenizas hayan mejorado la fertilidad del suelo. “Era pura arena”, dice. De hecho, los informes técnicos de la época hablan de una “lluvia de silicio”.
Puyehue y cordón Caulle
Otra erupción con fuertes consecuencias económicas fue la del volcán Puyehue y el cordón Caulle, también del lado chileno, que en junio de 2011 cubrió de cenizas partes de Río Negro, Neuquén y el norte de Chubut, provocando cortes masivos de electricidad y de agua corriente y clausurando, antes de empezar, la temporada invernal, maná de localidades como Bariloche, Villa la Angostura, San Martín y Junín de los Andes. En la zona rural, las cenizas del Puyehue, igual que el Hudson en Santa Cruz, dañaron la agricultura y provocaron una alta mortandad de animales.
Según le contó el vulcanólogo Gustavo Villarosa al diario Río Negro en el décimo aniversario, en junio pasado, “hubo advertencias que no fueron atendidas del todo. Pero Bariloche cuenta hoy con más herramientas para la gestión de riesgo ante una nueva erupción, lo mismo que la red nacional de organismos vinculados al tema, desde el ministerio de Ciencia y Técnica hasta el Servicio Meteorológico”. Contra la intuición general, Villarosa explicó que los volcanes que expulsan grandes volúmenes de ceniza son más dañinos que los de lava, porque abarcan una superficie mayor, se mueven a mucha más velocidad y generan más daño económico. Los de lava pueden ser devastadores para la población solo si hay asentamientos cercanos al cráter, pues avanzan muy lentamente.
Bariloche cuenta hoy con más herramientas para la gestión de riesgo ante una nueva erupción
En la Argentina hay 38 volcanes activos. El Copahue, en Neuquén, es considerado el de mayor riesgo para la población, seguido por el Complejo Volcánico Planchón Peteroa, el Laguna del Maule y el Tupungatito (estos 3 en Mendoza) y el Lanín, en Neuquén, según un informe del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar).
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