Desde hace varios años, la marca de termos Stanley se convirtió en una marca fetiche y un objeto casi aspiracional para los argentinos. Y también en uno de los ejemplos más llamativos de cómo un producto importado en la Argentina puede llegar a varias veces más que un supermercado de Miami. Mientras que en los Estados Unidos los clásicos de un litro cuestan unos USD 20 (unos $3.960 al dólar informal); en la Argentina el precio ronda los $11.000, según distintas plataformas.
A pesar de que no hay faltantes y los productos se consiguen normalmente en locales y tiendas de comercio electrónico, las dificultades para la importación también afectan a la empresa que los trae al país, como sucede en general a todo el sector importador, lo que complicó planes para incorporar más productos de la marca al mercado local, según pudo saber Infobae de fuentes del mercado. La empresa prefirió no hacer comentarios al respecto.
En los Estados Unidos los clásicos de un litro cuestan unos USD 20 (unos $3.960 al dólar informal); en la Argentina el precio ronda los $11.000
Sin embargo, consiguieron incorporar nuevos productos: mates térmicos con más colores. Se trata de un desarrollo impulsado desde la empresa local Parallel en alianza con Stanley. Ambas empresas avanzaron en conjunto en la fabricación de un mate de acero, que permite conservar la temperatura del agua y la yerba. Ahora, además del verde tradicional de la marca, se suman cuatro colores: blanco, negro, azul y rojo.
Con todo, la marca continua siendo muy demandada por los argentinos. ¿Cómo logró imponerse un producto diseñado para el uso en actividades al aire libre, como pesca y campings, en el mercado local? Según contaron tiempo atrás sus importadores, la venta de los famosos termos verde militar durante una muestra en La Rural y el acuerdo con Taragüí para que lo usen los jugadores de la Selección lograron imponerlo como un producto deseado y de uso cotidiano. Los famosos que compartían sus fotos en redes hicieron el resto.
Detrás de la estrategia estuvo la empresa argentina Parallel, una firma dedicada a representar marcas internacionales, que hizo una propuesta a la dueña de Stanley para poder vender la marca en el país en 2012 y, luego de largos procesos, consiguieron lanzar el producto a mediados de 2015.
Al principio, se decidió que en la Argentina solo se vendan termos verdes, cuando la empresa los fabrica también en otros colores, como parte del plan de posicionamiento. Luego, llegaron al mercado local otros productos, con diferentes colores y hasta un mate térmico con el logo de la empresa. También lograron que en los Estados Unidos diseñara un “pico matero” especial solo para los artículos que se venden en la Argentina y Uruguay.
La marca Stanley tiene más de 100 años. El primer termo fue diseñado por William Stanley Jr en 1913, cuando inventó una botella portátil con un aislamiento con una doble pared de acero inoxidable que daba mejor resultado que el vidrio, que era lo que se usaba entonces como revestimiento interior. La versión, difícil de confirmar, es que quería que su café estuviera caliente durante todo el día, mientras trabajaba. Dos años después, comenzó la fabricación para la venta al público.
Así, un producto y una marca nacida en los Estados Unidos y destinada a un mercado muy específico como las actividades al aire libre —como campings, caminatas, pesca y escaladas— tuvo un cambio de rumbo y un éxito inesperado en la Argentina.
Antes de Stanley, casi nadie estaba pendiente de cuál era la marca de un termo, un producto casi genérico. Pero su crecimiento en el mercado local sorprendió hasta a los dueños de la marca estadounidense, la empresa PMI, que tiene su sede en Seattle. Para ellos, la Argentina como un “caso de éxito” y se convirtió en uno de los cinco principales mercados que tiene la compañía.
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