El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, atribuyó esta mañana la inflación argentina a una “puja distributiva” y a los “monopolios”, que es necesario regular. Pero días atrás Matías Kulfas, el ministro de Desarrollo Productivo, cartera de la que depende Comercio Interior, había señalado que Feletti coincide con él en que la inflación “es un fenómeno macroeconómico”.
En una extensa entrevista con el periodista, humorista e influencer Tomás Rebord, en “el método Rebord”, Kulfas defendió su libro “Los 3 kirchnerismos”, por el que los kirchneristas de paladar negro lo acusan poco menos que de enemigo de la causa popular, al punto de que recientemente Juan Grabois condenó, cual si fuera una indeseable categoría política, a “los Kulfas de la vida”.
En ese contexto, Rebord le preguntó si el congelamiento de precios no era un ejemplo de las cosas del kirchnerismo con las que no estaba de acuerdo.
El actual jefe de Feletti respondió: “Lo he dicho y lo sigo diciendo, lo digo públicamente, en conferencias de prensa: la inflación es un fenómeno macroeconómico, no es un fenómeno que se pueda combatir, resolver con acuerdos o controles de precios”.
Estado de excepción
Los controles prosiguió, sirven en dos tipos de situaciones. “Si tenés un plan de estabilización, te ayudan a hacerlo más rápido, a hacerlo mejor, a evitar que algún vivo se adelante y te complique todo el esquema general, o en momentos más críticos como fue por ejemplo el momento de la pandemia. Nosotros el año pasado pusimos precios máximos, que fue una medida parcial, porque el 20 de marzo de 2020 estábamos viendo imágenes de Europa con góndolas vacías. La gente yendo al supermercado como loca y nadie sabía nada. Hoy somos todos expertos en pandemia. En marzo de 2020 nadie sabía nada”.
Recuerdo que hablaba con Alfredo Coto y me decía “la compra de ayer fue como si fuera Navidad, no tengo mercadería para tanta demanda, no es habitual (Kulfas, sobre el inicio de la pandemia y la cuarentena)
Según el ministro, no había entonces conciencia del problema. “En Italia la gente se estaba muriendo en la puerta de los hospitales, no había respiradores, no había camas. Era una situación dramática. Se sabía poco y nada como iban a ser las cosas”. Así, justifica los controles de precios al inicio de la pandemia “con los supermercados vaciándose porque la gente iba como loca a comprar; recuerdo que hablaba con Alfredo Coto y me decía “la compra de ayer fue como si fuera Navidad, no tengo mercadería para tanta demanda, no es habitual”.
“Entre principios de marzo y el 20 de marzo los precios habían subido una barbaridad. Teníamos que poner un alto (...). Todos los precios se retrotrajeron al 6 de marzo. Aparte, todos estaban muy dulces porque entre las PASO y las elecciones generales los súper y las empresas habían hecho un poco de colchón previendo que podíamos tomar alguna medida. Con lo cual eso fue una medida de excepción”
Otra excepción
Veinte meses después, Kulfas vuelve a hablar de excepción para justificar los controles dispuestos por su inferior jerárquico. Así lo dice: “Ahora nuevamente lo que está planteando Roberto Feletti son medidas puntuales, porque tuvimos un año en que hicimos un gran esfuerzo en materia política alimentaria, de política salarial para que las paritarias realmente puedan ganarle a la inflación y tuvimos un shock internacional de los precios, un montón de problemas que impactaron en los costos. Necesitamos que el peso de la Canasta Básica se reduzca un poquito. Eso fue lo que plantea Feletti”.
E insiste: “Vuelvo a decir, ni él (por Feletti) ni yo pensamos que la inflación se resuelva en la secretaría de Comercio Interior, con controles de precios. Son una herramienta de ayuda, de apoyo. Es lo que pensé siempre y lo sigo pensando. No estamos hablando de todos los precios congelados, sino de situaciones puntuales, de cómo trabajar en algunas canastas que permitan proteger sobre todo a los sectores más vulnerables”.
Sapo de otro pozo
En la entrevista, Kulfas señala que algunos kirchneristas le suelen reprochar -sin haber leído- su libro sobre la política económica del kirchnerismo, cuyo saldo, aclara, es positivo. Y en respuesta a la crítica de Grabois sobre “los Kulfas de la vida”, responde: “no sé qué quiso decir con eso; me pareció muy poco afortunado, muy desagradable. Estoy molesto con él”.
Si algo hemos hecho es matarnos laburando, y con resultados positivos
No obstante, Kulfas niega haberse sentirse aludido por la frase sobre los “funcionarios que no funcionan” de la carta de Cristina Kirchner de octubre de 2020, y defiende enfáticamente su gestión. “De ninguna manera. No tengo ninguna duda (de que Cristina no se refería a él). Puedo estar horas hablando de todas las cosas que hicimos. Esta industria argentina, en pandemia, produce más de lo que producía durante el gobierno de Macri y destaca la inversión “de 5 marcas textiles de primer nivel en Catamarca y La Rioja” que atribuye a la “garra, pulmón corazón, cabeza y recursos” del Gobierno.
“¿Cuántos países tienen la industria creciendo”, plantea retóricamente Kulfas. Y responde. “China, por supuesto, y después no mucho más. En Chile, Brasil, EEUU y en Europa están haciendo lo que pueden. Acá estamos creciendo: el sector industrial, por supuesto, otros vienen más lento, la gastronomía, el turismo recién arrancan ahora. Si algo hemos hecho es matarnos laburando, y con resultados positivos”.
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